Esta semana saltó la noticia de la detención del cardenal Zen por parte del régimen comunista chino. El líder católico y activista, el cardenal Joseph Zen Ze-kiun, fue arrestado por la policía de seguridad nacional de Hong Kong, junto con la exdiputada opositora Margaret Ng Ngoi-yee y la cantante Denise Ho Wan-sze por presunta connivencia con fuerzas extranjeras.
Al conocerse lo ocurrido, tanto el Vaticano como la propia diócesis de Hong Kong emitieron sendos comunicados breves y tibios. Ahora, los obispos estadounidenses han decidido tomar partido y no callar ante este atropello de las libertades por parte de China.
La Conferencia Episcopal de Estados Unidos emitió un comunicado donde se dice que «tras la noticia del arresto del cardenal Joseph Zen de Hong Kong el 11 de mayo, el obispo David J. Malloy de Rockford y presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. hizo un llamado a la oración y a la búsqueda de la justicia».
La declaración completa del obispo Malloy sigue:
“La alarmante noticia del arresto el 11 de mayo en Hong Kong del cardenal Joseph Zen Ze-kiun debido a su papel anterior en la administración de un fondo humanitario para los manifestantes indica la tendencia a la baja en el respeto de las libertades fundamentales y los derechos humanos en Hong Kong. Este pastor inquebrantable y firme partidario de la democracia y la justicia fue arrestado junto con otros fideicomisarios de un fondo que pagaba los gastos médicos y legales de los manifestantes a favor de la democracia, un fondo que se disolvió en el otoño de 2021. Debido al apoyo del cardenal Zen a estos manifestantes, está siendo acusado de ‘colusión con fuerzas extranjeras’. Según la ley de seguridad nacional impuesta en junio de 2020, la ‘secesión, subversión y colusión con fuerzas extranjeras’ es un delito punible con penas de hasta cadena perpetua, aunque el cardenal Zen ha sido puesto en libertad bajo fianza.
“La oficina de prensa del Vaticano dijo el miércoles: ‘La Santa Sede ha recibido con preocupación la noticia del arresto del cardenal Zen y está siguiendo la evolución de la situación con extrema atención’. Me uno a la Santa Sede para expresar preocupación por el destino del cardenal Zen y otros que comparten su situación actual. Invito a todos los de buena voluntad a orar por su seguridad y para que prevalezca la justicia”.
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El Papa y el cardenal Parolin, callados ¡ que vergüenza!
El Cardenal Zen es un Confesor de la Fe.
Gracias Eminencia por su Fidelidad a Cristo y Su Iglesia
Bien por los obispos de EE.UU. En cambio, el argentino no lo defiende al cardenal Zen por quedar bien con su socio con pacto secreto, China.
La Bestia ataca de nuevo, como lo son todos los regímenes comunistas, hijos malditos del maligno.
Oremos por estos apóstoles y posiblemente mártires de la Fe.