Hace algunos días, en Infovaticana dedicamos un artículo al obispo de Tyler, Texas, Joseph E. Strickland.
El obispo Joseph E. Strickland fue nombrado cuarto obispo de Tyler, (Texas) en septiembre de 2012 por el Papa Benedicto XVI. Antes de ser nombrado obispo, desempeñó varios cargos en la diócesis, incluido el de vicario general, vicario judicial y párroco de la parroquia de la Catedral. Fue ordenado sacerdote en el año 1985.
Se trata de un obispo muy activo en redes sociales. Defensor de la buena doctrina y no duda en salir al paso cuando saltan noticias, ya sean nacionales o internacionales, comprometidas que atacan a la recta doctrina, aunque esos ataques o confusiones vengan de sectores de la Iglesia.
Este fin de semana ha vuelto a alzar la voz para pedir al cardenal alemán, Reinhard Marx, que vuelva al camino de la verdad. El obispo Strickland cito un tuit de un diácono de sus diócesis. Este diácono respondió a la noticia que compartió un periodista de Estados Unidos sobre la Misa «queer» que celebró Marx y que también informamos en este medio.
«Cardenal Marx Arrepiéntase. Reafirma tu fe. Conduce a la santidad a los que están a tu cuidado Estás abrazando, enseñando y promoviendo el veneno de la herejía. Por favor. Por favor. Por favor. Renuncia y arrepiéntete de tu herejía. Llevar a los fieles a Jesús ya la plenitud de la VERDAD católica», dijo Keith Fournier, diácono de la diócesis de Tyler. Aprovechando ese mensaje, su propio obispo, Joseph E. Strickland, lo compartió en sus redes sociales y añadió: «Algunos dirían… no retuitees esto, es demasiado controvertido. Yo digo que hay que oponerse a la postura del cardenal Marx. La verdad nos hace libres. Así, lógicamente, los mensajes falsos nos esclavizan. Debemos ser liberados de los falsos mensajes que nos llevan a la devastación».
Misa «queer» oficiada por el cardenal Marx
La semana pasada el cardenal celebró en su archidiócesis una Misa «queer». El Arzobispo Reinhard Marx acudió a la Iglesia de San Paul para el 20 aniversario del servicio queer de Munich. “Deseo una iglesia inclusiva”, dijo Marx.
El cardenal Marx no es un disidente al uso. Para empezar, es cualquier cosa menos una figura marginal o ajena a los más altos círculos de la jerarquía católica. Además de ser arzobispo de la rica y poderosa archidiócesis alemana de Munich-Frisinga e iniciador del ‘camino sinodal’ cuando presidía la Conferencia Episcopal Alemana, forma parte del muy exclusivo consejo de cardenales que asesora al Papa en la reforma de la Curia y es responsable de las finanzas vaticanas.
Eso hace especialmente simbólica su decisión de celebrar en la Iglesia de San Pablo de Munich la Misa con la que se celebrará el aniversario de su comunidad de católicos ‘queer’.
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Por caridad elemental y por testimonio elemental de fe, todo católico debe oponerse a tales enseñanzas, en tanto que pasaportes directos a la condenación de las almas.
De acuerdo.
Que yo sepa la Iglesia siempre ha sido inclusiva, o sea, que no ha dado la espalda a ningún feligrés que ha deseado unirse a Ella. Ya sea, ateo, judío, musulmán, un gran pecador o gay, siempre y cuando lo haga con corazón contrito. A nadie se le excluye, pero de ahí a hacer de la casa de Dios un burdel y preparar al mundo para la llegada del anticristo, en la que nada va a ser pecado, según lo que se adivina, pues ciertamente lo considero una herejía. Está claro que las profecías y advertencias Marianas, se están cumpliendo. El cisma, la Apostasía y el anticristo
Haceros joseicos, los joseicos tienen eso resuelto
“Deseo una iglesia inclusiva”, dijo Marx.
La Iglesia es y debe ser inclusiva con el pecador pero no con el pecado.
La iglesia debe preservar su auténtica y verdadera doctrina bimilenaria. No debe ir al compás de las modas e ideologías imperantes. Y lo hará contra viento y marea, aunque sean sólo unos pocos los que perseveren. Si Dios está con nosotros, ¿ Quién contra nosotros? Bendiciones para todos.
Esta admoniciòn del obispo Strickland es lo que deberìa haber hecho el Sumo Pontìfice… Gracias, Monseñor Strickland, Dios lo bendiga, y la Santìsima Virgen y San Josè lo protejan!