Es mucho más práctico, más eficaz, sugerir que hay una ruta inevitable por la que la humanidad va a transitar sí o sí, y que nos permite definir con toda fiabilidad y confianza qué es un ‘avance’ y qué un ‘retroceso’.
Cuando uno quiere pulsar el verdadero ‘espíritu del tiempo’, la ideología que se impone inconsciente por dominante, no debe fijarse principalmente en lo que se afirma aquí o allá, sino en lo que las palabras dan por supuesto.
Así, para anunciar la caída de Colombia en el campo de la Cultura de la Muerte, El País tituló que la nación hispanoamericana protagonizaba un “avance histórico”. Ese es el gran truco. Si se dan cuenta, los abortistas hace tiempo que apenas argumentan; ya no se oyen disparates como los de la antigua ministra Aído, en el sentido de que el feto “tiene vida, pero no humana”. En parte, porque la ciencia hace insostenible cualquier argumento, pero, sobre todo, porque no lo necesitan. Es mucho más práctico, más eficaz, sugerir que hay una ruta inevitable por la que la humanidad va a transitar sí o sí, y que nos permite definir con toda fiabilidad y confianza qué es un ‘avance’ y qué un ‘retroceso’.
Es sembrar una especie de fatalismo histórico que, hay que confesarlo, nos afecta a todos de un modo u otro. Así, nos cuesta no ver al menguante número de países que aún protegen la vida humana desde la concepción como plazas bizantinas que resisten en una lucha sin esperanza. Podemos confiar más o menos en que se mantengan, pero no hay en la narrativa la menor insinuación de que puedan contraatacar. Lo único que pueden hacer es aguantar un día más, un mes más, un año más. Porque el futuro está trazado.
En la propia Iglesia parece dominar a veces esa misma mentalidad. Muy a menudo, en realidad. Incluso de ese ‘Dios de las sorpresas’ del que gusta hablarnos el Santo Padre y que deberá revelarse en el Sínodo de Sínodos no esperamos sorpresa alguna en cuanto a la dirección de lo que salga de ahí. Los más optimistas pueden esperar que todo quede en agua de borrajas, en vagas declaraciones de intenciones, o que no se llegue demasiado lejos con las ‘novedades’. Pero nadie espera que la Iglesia se aparte en esto radicalmente del Mundo y despliegue la audacia de ser inactual.
El Padre Ángel, epítome del sacerdote que jalean los medios, se ha sumado a este mismo proceso con un adverbio revelador. En su encuentro con Ximo Puig, presidente de la Generalitat de Valencia, ha dicho que “todavía no hemos conseguido que [las mujeres] sean obispos o sacerdotes”.
Ahora, no me interesa especialmente que el mediático sacerdote sea partidario de la ordenación femenina, en línea con buena parte del episcopado alemán y, me temo, mundial. No, lo que hace reveladora su frase es el adverbio: todavía.
Ese “todavía” delata el convencimiento de que esa reforma llegará tarde o temprano, que está escrita en el Libro del Destino. ¿Por qué? Porque así lo quiere el Mundo. Nada más. No hay nada en las Escrituras o en dos mil años de Tradición -supuestamente, las fuentes únicas de una Revelación eterna- que nos indique que sea esa la voluntad de Dios. Pero el pensamiento secular es ese, y la Iglesia hoy parece haber olvidado que su papel en la historia ha sido enfrentarse al Mundo, no seguirle jadeando como un perrito faldero.
El padre Ángel: «Todavía no hemos conseguido que las mujeres sean obispos o sacerdotes»
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Como bien dice el articulista, el pensamiento global no da argumentos (porque no los tiene), pero el problema es que la «Iglesia de Francisco» tampoco quiere darlos.
Y aunque la Iglesia sí tiene argumentos para combatir la ideología del mundo, la consigna de Francisco es no intentar convencer, no hacer proselitismo, y mantenerse callados, hablando únicamente de aquello que gusta al mundo.
Ése señor llamado Angel, TODAVÍA no se entera que los pensamientos de Dios no son los pensamientos de los hombres.
Hasta se dice;
¿Quieres hacer reír a Dios?
Cuéntale tus planes.
Al tiempo,, y ya veremos que pasa. Y estoy igual.
Veremos o verán,,, como Dios disponga.
Con tal de llamar la atención es capaz de cualquier cosa y le da igual que sea buena, mala o regular.
En este caso concreto, el «todavía» se va a perpetuar en el tiempo. Y el aborto, le pese a quien le pese, ha empezado a retroceder.
Las ocurrencias de este cretino no deben ni pueden darnos frío o calor, pertenecen a su universo, el cual el centro es él y solo él. Con su pan se lo coma
No le puedes decir cretino; ¿no te das cuenta de que los verdaderos cretinos se pueden ofender de que los compares con el «padre» Angel?
Rayos, qué reflexión tan acertada.
A ver si logramos ser levadura de verdad. Ahora bien, recomiendo una «homilía» de John Newman cuando era capellán anglicano. Se titula «los riesgos de la fe»; me interpela mucho.
¡Ánimo, cristianos!
Lease el libro de D.Angel Mario Carreño titulado Padre Ángel: Caridad, soberbia e indisciplina, en el e da una detallada información sobre este conocido «presbitero»
El «Angelito», con tanta pose de currante a destajo, ha logrado crearse una imagen pro`pia de un vendedor de crecepelo. ¡Vaya bandarrilla está hecho el pajarito!
Cuando veo su imagen, en foto o en la tele, sólo me viene a la cabeza la melodía del «Aserejé», no sé por qué…
Ha convertido su parroquia en una pocilga. Ya está todo dicho
Siendo el articulo brillante, como siempre, la ordenación de mujeres no lo quiere ni siquiera el mundo. Lo quiere el diablo y su trinidad satánica junto con el falso profeta y el anticristo.
El mundo es de la pereza, la flojera, la comilona, la ostentación, la fama, el cotilleo, la cutrez, la horterada. El Diablo es el activista, el destructor el que mueve a la gente provocando un sentimiento de vacio que hay que llenar con cualquier meta contra Dios en el horizonte
Y pensar que este sujeto tiene 84 años y parece que tiene cuerda para rato… Por qué será que los malhechores son tan longevos y con la cabeza «clara» para escribir /actuar con maldad? «no hay mal que dure cien años»… Pues eso a esperar que la diñe y se encuentre con el que es EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA» verdad querido OSORO?
¿No podría ir a Moscú a convencer a Putin de que deje a Ucrania en paz?