La conciencia y la verdad en el pensamiento del beato cardenal John Henry Newman

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«Pienso que la fascinación que Newman ejerce sobre todos los que entran en su mundo espiritual es precisamente ésta: el haber vinculado la conciencia a la verdad, a Dios.» Esta es la reflexión que hacía el cardenal Carlo Caffarra en una lección magistral sobre el pensamiento de John Henry Newman, pronunciada en enero de 2011 en el Istituto Veritatis Splendor.

Esta intervención, y otras en las que el cardenal Caffarra profundiza en el pensamiento de Newman, se encuentran recogidas en las páginas del libro No anteponer nada a Cristopublicado recientemente por la editorial Homo Legens. Este libro póstumo contiene algunos de los pasajes más destacados de los discursos, homilías, catequesis y ponencias que Carlo Caffarra pronunció de febrero de 2004 a junio de 2017, así como algunos apuntes tomados de la conferencia que, bajo el título La educación de la conciencia moral según Newman, debía pronunciar en Londres en octubre de 2017.

Al hilo de las últimas noticias que señalan que John Henry Newman podría ser canonizado en 2019, les ofrecemos algunos fragmentos de No anteponer nada a Cristo en los que el cardenal Caffarra reflexiona sobre sus enseñanzas, en especial sobre aquellas referidas a la conciencia:

«Para Newman, la conciencia es la capacidad de reconocer la verdad y sus exigencias en los ámbitos decisivos para el destino eterno del hombre: la moral y la religión. La conciencia, por tanto, es la originaria, permanente e imprescindible revelación natural que Dios hace de sí mismo al hombre: es la primera [no en sentido cronológico] Palabra que Dios dice al hombre. Las conversiones de Newman son el camino de su conciencia, es decir, de la obediencia a la verdad que, gradualmente, se iba manifestando a su persona. Lo contrario de un camino de la propia subjetividad que se afirma a sí misma con total autonomía. El concepto que tiene Newman de la conciencia es exactamente lo opuesto del concepto elaborado por el subjetivismo moderno. Pienso que la fascinación que Newman ejerce sobre todos los que entran en su mundo espiritual es precisamente ésta: el haber vinculado la conciencia a la verdad, a Dios. Y, recíprocamente, el haber arraigado la verdad moral y religiosa dentro de la conciencia (…) »

(Lectio magistralis J.H. Newman: una propuesta educativa para la comunicación, hoy, Istituto Veritatis Splendor, 21 de enero de 2011.)

(…)

«El relativismo es como una metástasis. Si aceptas sus principios, cada experiencia humana, tanto personal como social, se corromperá. La enseñanza del beato John Henry Newman al respecto es de una enorme actualidad. Hacia el final de su vida dijo que el germen patógeno que corrompe el sentido religioso y la conciencia moral es el “principio liberal”, así lo llama él. Es decir, la convicción de que, en lo tocante al culto que le debemos a Dios, es indiferente lo que pensemos de Él; la convicción de que todas las religiones tienen el mismo valor. Newman juzga el principio así entendido como totalmente contrario a lo que él llama “el principio dogmático”, que está en la base de la propuesta cristiana. Del relativismo religioso al relativismo moral el paso es breve. No hay ningún problema en el hecho de que una religión justifique la poligamia, o que otra la condene. De hecho, no existe ninguna verdad absoluta sobre lo que está bien/mal.»

(Reflexiones y preguntas sobre Amoris Laetitia, entrevista de Maite Hickson, 11 de julio de 2016.)

(…)

«Newman parte siempre de una descripción de la conciencia moral como de una experiencia que toda persona humana vive en sí misma, cada día. Hoy diríamos que parte de una fenomenología de la conciencia. Escribe: «Por conciencia moral entiendo la individualización de actos dignos de alabanza o de desaprobación». Así pues, la conciencia moral es la facultad mediante la cual distingo, discierno, entre los diferentes actos que puedo hacer o he hecho, los actos dignos de alabanza y los actos dignos de desprecio. Y añade enseguida: «Pero la exactitud o la verdad de la alabanza o del desprecio en cada caso, es una cuestión no de fe, sino de juicio». Este es un punto fundamental en la doctrina de Newman. Él distingue en la conciencia moral dos aspectos o dos dimensiones, descritas de la manera siguiente. «The feeling of conscience […] is twofold: it is a moral sense, and a sense of duty». Pongo un ejemplo. Puedo llegar a pensar que en mi caso el hurto no es un acto injusto; mi sentido moral se ha corrompido. Sin embargo, eso no comporta que yo no conozca el mandamiento. Efectivamente, los ladrones defienden lo que han robado contra otros eventuales ladrones. Se trata de dos aspectos de la misma conciencia. El más importante es el primero, es decir, la consideración de la conciencia moral no como una norma del buen comportamiento, sino como una sanción del propio acto. Cuando Lady Macbeth trata de lavarse las manos de la sangre del regicidio, no está pensando en el mandamiento “no matarás” (sense of duty), sino en el hecho de que ella, su persona, se ha manchado de un delito horrendo (moral sense). Llegados a este punto, podemos ya intentar una primera definición de conciencia moral, según Newman. La conciencia moral es la simultánea conjugación del moral sense con el sense of duty. Es luz sobre lo que es bien/mal y, al mismo tiempo, guía de nuestra vida cotidiana, de nuestras opciones. En general, Newman prefiere hablar del moral sense, atento como es al sujeto concreto que actúa

(La educación de la conciencia moral según Newman, tomado de Tempi.it, conferencia que debía pronunciar en Londres el 21 de octubre de 2017 con ocasión del congreso The Education of Moral Conscience According to Newman, invitado por el John Henry Newman Cultural Centre.)

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Comentarios
3 comentarios en “La conciencia y la verdad en el pensamiento del beato cardenal John Henry Newman
  1. Algunos consideran Santo Tomás de Aquino el teólogo de la estructura y a Newman el teólogo del desarrollo. Es significativo que usara la palabra «desarrollo» y no evolución.

  2. Los conversos tienen mucho problema en aceptar a la Virgen María, y el rezo del rosario tal vez ni lo puedan, o con mucho trabajo, en cambio él, trata en su libro a María, con tan enorme delicadeza, con un amor nuevo y hermoso, que seguro a Ella debió agradarle. Que bueno que está en el cielo

    1. Sin ánimo de polémica: ALGUNOS conversos tienen problemas con aceptar a la Virgen María. Y MUCHOS se convierten justo por Ella.

      Cuando la «Llena de gracia» convirtió a un capellán anglicano
      es. gaudiumpress. org /content/56146-Cuando-la–Llena-de-gracia–convirtio-a-un-capellan-anglicano

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