El Vaticano pone un púlpito a James Martin en el Encuentro Mundial de Familias

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El Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Irlanda los días 25 y 26 de agosto con presencia de Su Santidad, ha hecho público su programa de esta su novena edición, un programa que llama la atención tanto por sus presencias como por sus ausencias.

Entre las segundas, tras el cataclismo que representó el reciente referéndum para abolir de la Constitución irlandesa la protección al no nacido, que triunfó por una abrumadora mayoría de dos tercios, llama la atención que el aborto, siquiera la palabra aborto, no figure una sola vez. En un encuentro católico de las familias.

Quizá no sea más sorprendente que el propio hecho de que el Papa no tuviera una sola palabra para los votantes católicos antes, durante o después del referéndum. Argentina, país natal del Santo Padre, también se prepara por estas fechas para una similar liquidación del derecho a la vida del no nacido, y hasta ahora tampoco se le ha oído a Su Santidad el menor comentario.

En estos días pasados, el Papa ha convocado de urgencia a ejecutivos de las grandes petroleras para que se conviertan a la ‘energía verde’, no a Cristo; les ha dicho que «no hay tiempo que perder», pero no se refería a la enorme confusión que reina en su rebaño, sino al Cambio Climático.

Ahora bien, no se trata de quitar hierro a la amenaza del Cambio Climático, obviando todo escepticismo. Si es así de urgente, que se acuerden las medidas oportunas. Pero, sinceramente, creo que hay autoridades más atendibles sobre climatología, o incluso política internacional. ¿Es mucho pedir que el Papa se ocupe de las cosas de la Iglesia y no de las del mundo?

Y no es que el programa ignore los temas de dicusión y solo se limite al enunciado. Leemos, por ejemplo, un punto del orden del día que reza: «Observar retos clave a las que se enfrentan hoy las familias», y enumera: Los sintecho, las adicciones, la violencia doméstica, el desplazamiento como migrantes y refugiados, las discapacidades y la separación y el divorcio. La posibilidad, refrendada por la ley, de que las madres puedan decidir la eliminación de sus hijos no nacidos no es, al parecer, un ‘reto clave’, aunque una mayoría de dos tercios parecería indicarlo así.

Pero si el nasciturus no tiene protagonismo en este ‘encuentro de las familias’, no sucede lo mismo con los omnipresentes LGBTI, a los que encontramos justo en el punto siguiente: «Explorar cómo pueden las parroquitas apoyar a las familias con miembros que se identifican como LGBTI+».

Identificarse como LGBTI+ es, desde luego, un ‘reto’ para una familia católica, aunque su proporción dentro de la población general es muy inferior al que podría pensarse con la atención obsesiva que le dedica nuestro tiempo y que parece estar calcando la Iglesia.

Pero hay un dato que nos ayuda a pensar que el tratamiento de este ‘reto’ no irá en la línea de lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad: quien se dedicará a esta ‘exploración’ en concreto será nuestro viejo amigo, el sacerdote jesuita americano Padre James Martin, editor de la revista America, asesor para Comunicación del Vaticano y autoproclamado apostol ante el ‘lobby’.

De James Martin y su cuestionable ortodoxia en este aspecto hemos tratado en diversas ocasiones aquí, y su prensencia en el encuentro no nos hace esperar lo mejor del mismo, sumado al misterioso silencio sobre el aborto.