Papa Francisco: Allí donde está la Virgen no entra el diablo

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(ACI).– “Allí donde la Virgen habita, el diablo no entra en esa casa”, afirmó el Papa Francisco en la Misa que presidió en la Basílica de Santa María La Mayor en Roma.

Así lo indicó el Santo Padre en la Eucaristía que presidió el domingo 28 de enero por la fiesta de la traslación de la Salus Populi Romani, el icono mariano ante el cual reza antes y después de cada uno de sus viajes internacionales.

En su homilía, el Papa resaltó que “la Madre custodia la fe, protege las relaciones, salva en la intemperie y preserva del mal. Allí donde la Virgen habita, el diablo no entra en esa casa. Donde está la Madre, la perturbación no prevalece, el miedo no vence”.

Reflexionando sobre la conocida oración “Bajo tu amparo”, el Pontífice exhortó a acudir a la Virgen en los momentos de peligro. “En los momentos turbulentos necesitamos acogernos bajo el manto de la Santa Madre de Dios” que “siempre permanece abierto para acogernos y protegernos”.

“La Virgen no se retrasa, lleva rápidamente hasta Jesús las necesidades concretas de la gente, como en las Bodas de Caná: ‘No tienen vino’. Así hace cada vez que la invocamos: cuando nos falta la esperanza, cuando nos falta la alegría, cuando se nos han agotado las fuerzas, cuando se apaga la estrella de la vida, la Madre interviene”.

María, continuó Francisco, “permanece atenta a las fatigas, sensible a las turbulencias, cercana al corazón. Y nunca, nunca desprecia nuestras oraciones, no deja ninguna atrás. Es Madre, no se avergüenza nunca de nosotros, sólo se preocupa de poder ayudar a sus hijos”.

El Papa resaltó que “si no la seguimos, vamos fuera del camino, porque es una señal de la vida espiritual. ¿Quién mejor que ella puede acompañarnos en el camino?”.

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Comentarios
5 comentarios en “Papa Francisco: Allí donde está la Virgen no entra el diablo
  1. Y, si entra, como es inocuo, pues no nos puede llevar a un infierno inexistente, no pasa nada. Habrá que animarle un poco, pues, con la misericorditis, se ha quedado sin trabajo. Ahora su trabajo ya lo hacen en roma con dedicación exclusiva y entusiasmo de neófito.

  2. Palabras vacías. Huecas. Su actitud ante la imagen de Nuestra Señora de Fátima lo dicen todo. Su actitud ante el Santísimo, también. No se arrodilla jamás. Solo se arrodilla ante unos inmigrantes musulmanes que no entienden nada. Por si fuera poco, a los fieles que todavía rezan oraciones vocales, les llama “cuentarrosarios”. Todas sus buenas palabras las desmiente con sus hechos.

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