La hija de Hillary Clinton coquetea con la ‘iglesia de Satán’

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Naturalmente, la joven Clinton defendió su desconcertante felicitación asegurando que ella no es una «adoradora de Satán», sino una metodista. Que es, por otra parte, lo que diría cualquier adorador de Satán que quisiera mantener abiertas sus opciones políticas.

Si los años responden a sus comienzos, este que empieza promete ser bastante raro. Llevamos solo cuatro días y ya se ha producido un incendio en la mansión de Hillary Clinton en Chappaqua (¿habrán ardido los archivos?), Steve Bannon, mano derecha de Trump en sus inicios, está ahora en guerra con su antiguo jefe, la bolsa vuelve a registrar un nuevo récord y un grupo de congresistas se reúne con una psiquiatra en Washington para determinar si el presidente está loco.

Ah, y Chelsea Clinton felicita el año en Twitter a la Iglesia de Satán.

Sí, el miércoles, Chelsea Clinton, hija del ex presidente Bill Clinton y su esposa, la ex candidata demócrata Hillary, escribió un tuit dirigido a la cuenta en esta red social de la Iglesia de Satán «Feliz Año Nuevo», y se dispararon todas las alarmas.

Naturalmente, la joven Clinton defendió su desconcertante felicitación asegurando que ella no es una «adoradora de Satán», sino una metodista. Que es, por otra parte, lo que diría cualquier adorador de Satán que quisiera mantener abiertas sus opciones políticas.

«¡Oh, por Dios! Podemos ser corteses, animados, respetuosos y amistosos con personas que no comparten nuestras creencias religiosas», respondió Chelsea a un tuit en el que se la acusaba de ser una neófita de la siniestra iglesia. Quizá no la sigo todo lo atentamente que debería, pero no la recuerdo intercambiando alegres felicitaciones o mostrándose «cortés, respetuosa o amistosa» con ningún trumpista, antiabortista o disidente de sus causas favoritas.

El jefe de campaña de Clinton fue invitado a una cena satánica

¿Es Chelsea una adoradora de Satán? Literalmente, no lo creo probable. Posible, sí. El jefe de campaña de su madre, John Podestá, suscitó antes de la derrota de su jefa rumores sin fin debido a sus inquietantes relaciones y gustos artísticos, entre la pedofilia, el canibalismo fingido y el satanismo.

Pero lo cierto es que si uno cree en el Diablo, lo de menos es apuntarse en una asociación que cae en el mal gusto de reconocerle, aunque solo sea como representación de… Bueno, no sé muy bien qué; no, una manera mucho mejor de adorarle es ofreciéndole esos sacrificios humanos que van camino de dejar pequeños todos los genocidios de la historia, los abortos voluntarios.

Es difícil imaginar algo que pueda complacer más al Enemigo que la visión de esos millones de madres en todo el mundo que se ponen en manos de un facultativo para que elimine a su propio hijo antes de nacer. Sin duda debe de ser para Satanás un espectáculo aceptable de adoración por parte de nuestras sociedades esos edificios protegidos por la policía donde señores con el título de doctor en Medicina van cada mañana, como usted a la oficina, a una jornada de descuartizar, abrasar y succionar no nacidos. Probablemente, dan los buenos días en la escalera.

Y resulta que no solo es Chelsea una ardiente partidaria del ‘derecho al aborto’, sino que su madre recibió en campaña millonarias donaciones de esa multinacional del aborto que merece, mejor que la patochada carnavalesca a la que Chelsea deseó un feliz año, el nombre de verdadera Iglesia de Satán, Planned Parenthood.

Planned Parenthood, por cierto, está teniendo que cerrar abortorios en varios Estados, porque Trump ha decidido cerrarles el grifo de las subvenciones millonarias. No nos extraña que quieran declararle loco.