Fellay explica los motivos que le llevaron a firmar la ‘Correctio Filialis’

|
El superior general de la FSSPX, Bernard Fellay. / Foto: FSSPX NEWS.

El superior general de la FSSPX insta al Papa Francisco a responder claramente y a intensificar el debate sobre temas capitales, al tiempo que espera que el documento que lleva su firma «permita una toma de conciencia más clara sobre la gravedad de la situación de la Iglesia».

Tras la publicación el pasado domingo 24 de septiembre de la ‘Correctio filialis de haeresibus propagatis’, Bernard Fellay, superior general de la FSSPX, ha explicado a FSSPX.Actualidad por qué decidió firmar este documento.

Lea también: Un grupo de 62 intelectuales católicos se adelanta a los cardenales con una Corrección Formal al Papa por Amoris Laetitia

Fellay defiende que la carta -en la que se afirma que en algunos pasajes de la exhortación apostólica Amoris laetitia «se insinúan o alientan posturas heréticas»- es una «acción filial importante».

«La enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo sobre el matrimonio no puede ser cambiada subrepticiamente, so pretexto de que los tiempos cambian y que la pastoral debe adaptarse a estos», argumenta Fellay, que añade que «en algunos países los obispos ya aceptan la comunión de las personas divorciadas y vueltas a casar civilmente, mientras que en otros la rechazan».

«¿Acaso se trata de una moral católica de fácil adaptación? ¿Se puede someter la moral a interpretaciones contradictorias?», se cuestiona en esta entrevista.

El superior general de la FSSPX sostiene que es necesario que el Papa responda claramente a una cuestión tan grave y que se intensifique el debate sobre temas capitales y espera que la Correctio Filialis «permita una toma de conciencia más clara sobre la gravedad de la situación de la Iglesia».

«Es por eso que decidí apoyar esta acción. Sin embargo, los nombres de los firmantes de la Correctio Filialis deben tener menos importancia que el valor objetivo de los argumentos expuestos», subraya Fellay, al tiempo que asegura que los signatarios del documento «no hacen más que decir en voz alta lo que muchos piensan en silencio».

Sobre si su firma en la Correctio Filialis pone en entredicho las relaciones de la Fraternidad San Pío X con Roma, Fellay responde: «Nuestro respeto hacia el Papa permanece intacto, y es precisamente por respeto a su función que le pedimos filialmente confirmar a sus hermanos.»

Citando la entrevista de Ettore Gotti Tedeschi a InfoVaticana, el superior de la Fraternidad San Pío X mantiene: «No somos enemigos del Papa, al contrario, actuamos así porque amamos a la Iglesia».

A continuación, las declaraciones de Bernard Fellay publicadas por FSSPX.NEWS:

FSSPX.Actualidad: ¿Por qué dio su apoyo a la Correctio filialis?

Mons. Fellay: Esta acción filial por parte de clérigos y laicos universitarios, preocupados por las proposiciones heterodoxas de Amoris lætitia, es importante. La enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo sobre el matrimonio no puede ser cambiada subrepticiamente, so pretexto de que los tiempos cambian y que la pastoral debe adaptarse a estos, proporcionando los medios para deformar la doctrina.

Entiendo que los autores de la Correctio filialis estén consternados por todas las divisiones causadas por Amoris lætitia, por las explicaciones que el Papa ha dado en sus recientes declaraciones, por sus palabras sobre la figura de Lutero… Actualmente, en algunos países, los obispos ya aceptan la comunión de las personas divorciadas y vueltas a casar civilmente, mientras que en otros la rechazan. ¿Acaso se trata de una moral católica de fácil adaptación? ¿Se puede someter la moral a interpretaciones contradictorias?

Desde septiembre de 2016, cuatro cardenales pidieron respetuosamente al Papa una «aclaración»; este año solicitaron también una audiencia. Como respuesta, no han recibido más que silencio, pero el silencio no es una respuesta. Sobre una cuestión tan grave y frente a las divisiones actuales, es necesario que el Santo Padre responda claramente sobre el tema.

En esta triste situación de confusión, es muy importante que el debate sobre estas cuestiones tan capitales se intensifique, a fin de que la verdad se restablezca y el error sea condenado.

Es por eso que decidí apoyar esta acción. Sin embargo, los nombres de los firmantes de la Correctio Filialis deben tener menos importancia que el valor objetivo de los argumentos expuestos.

FSSPX.Actualidad: ¿Esto pone en entredicho las relaciones de la Fraternidad San Pío X con Roma?

Mons. Fellay: Nuestro respeto hacia el Papa permanece intacto, y es precisamente por respeto a su función que le pedimos filialmente «confirmar a sus hermanos», rechazando públicamente estas proposiciones abiertamente heterodoxas que ocasionan tantas divisiones en la Iglesia.

Creo que la respuesta dada por Ettore Gotti Tedeschi[1], otro de los firmantes de laCorrectio filialis, es muy valiosa. En ella afirma, con razón, que no somos enemigos del Papa. Al contrario, actuamos así porque amamos a la Iglesia.

Esta actitud fue la de Monseñor Lefebvre y la de la Fraternidad San Pío X. En su declaración del 21 de noviembre de 1974, nuestro fundador dijo: “Nos adherimos de todo corazón y con toda nuestra alma a la Roma católica, guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias para el mantenimiento de esa fe; a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad. Por el contrario, nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir a la Roma de tendencia neo-modernista y neo-protestante”. Es precisamente este neo-modernismo y este neo-protestantismo lo que los autores de la Correctio filialisdenuncian justamente como las causas de los cambios operados por Amoris laetitia en la doctrina y en la moral del matrimonio.

Desde lo más profundo de nuestro ser estamos adheridos a Roma, Mater et Magistra. Dejaríamos de ser romanos si renunciáramos a su doctrina de más de 2,000 años; por el contrario, con una moral de circunstancia que se apoya peligrosamente sobre una doctrina débil, nos convertiríamos en los artífices de su demolición. Nuestra fidelidad a la Tradición no es un repliegue hacia el pasado sino una prenda de perennidad para el futuro. Es bajo esta única condición que podemos servir útilmente a la Iglesia.

FSSPX.Actualidad: ¿Qué espera usted de esta Correctio filialis?

Mons. Fellay: Lo que se espera es que permita una toma de conciencia más clara sobre la gravedad de la situación de la Iglesia por parte de los clérigos y de los fieles. Sí, como lo reconoció Benedicto XVI “la barca de Pedro se inunda por todas partes.” Esto no es una imagen poética, sino una realidad trágica. ¡En la batalla presente, lo que hay que defender es la fe y la moral!

Asimismo, podemos esperar que se manifiesten otros apoyos de parte de quienes están a cargo de las almas. Los signatarios de la Correctio filialis, al exponer estas proposiciones objetivamente heterodoxas, no hacen más que decir en voz alta lo que muchos piensan en silencio. ¿No será tiempo para estos pastores de decirlo alto y fuerte? Pero, también en este caso, el número de signatarios es menos importante que el valor objetivo de los argumentos. La Verdad revelada por Cristo no es cuantificable, sino, ante todo inmutable.

Debemos rogar a Dios para que el Vicario de Cristo restablezca la claridad completa sobre una cuestión tan fundamental; la ley divina del matrimonio no puede ser modificada sin ocasionar disidencias graves. Si no se hace nada al respecto, la división que está apareciendo en la Iglesia se volverá irreparable. Es por esto que rezamos para que puedan aplicarse verdaderamente las palabras de Nuestro Señor a San Pedro: “Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos” (Lc. 32, 22).

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
36 comentarios en “Fellay explica los motivos que le llevaron a firmar la ‘Correctio Filialis’
  1. El impacto es cada vez mayor. La Verdad se impone, aunque la defienda el barbero de la esquina.
    L’impatto mondiale e il significato della Correctio filialis

    (di Roberto de Mattei) La “correzione filiale” indirizzata a papa Francesco da oltre 60 studiosi cattolici e pastori della Chiesa ha avuto in tutto il mondo uno straordinario impatto. Non è mancato chi ha cercato di minimizzare l’iniziativa affermando che il numero dei firmatari «è limitato e marginale».

    Ma se l’iniziativa è irrilevante, perché le ripercussioni sono state tanto ampie, su tutti i media dei cinque continenti, compresi paesi come la Russia e la Cina? Una ricerca su Google News, ricorda Steve Skojec su One peter five ha dato il risultato di oltre 5.000 notizie, mentre oltre 100.000 sono le visite sul sito http://www.correctiofilialis.org in 48 ore.

    L’adesione su questo sito è ancora aperta, anche se solo alcune firme saranno rese visibili. È necessario ammettere che la ragione di questa eco mondiale è una sola: la verità può essere ignorata o repressa, ma quando si manifesta con chiarezza ha una sua forza intrinseca ed è destinata a diffondersi. Il principale nemico della verità non è l’errore, ma l’ambiguità. La causa della diffusione di errori ed eresie nella Chiesa non è dovuta alla forza di questi errori, ma al colpevole silenzio di chi dovrebbe difendere a viso aperto la verità del Vangelo.

    La verità annunciata dalla “correzione filiale” è che papa Francesco, attraverso una lunga serie di parole, atti e omissioni, «ha sostenuto, in modo diretto o indiretto (con quale e quanta consapevolezza non lo sappiamo né vogliamo giudicarlo)» almeno «sette proposizioni false ed eretiche, propagate nella Chiesa tanto con il pubblico ufficio quanto con atto privato». I firmatari insistono rispettosamente affinché il Papa «rigetti pubblicamente queste proposizioni, compiendo così il mandato di Nostro Signore Gesù Cristo dato a Pietro e attraverso di lui a tutti i suoi successori fino alla fine del mondo: “Ho pregato per te, perché la tua fede non venga meno. E tu, una volta convertito, conferma i tuoi fratelli”».

    Nessuna risposta è giunta finora nel merito della correzione, ma solo maldestri tentativi di squalificare o dividere i firmatari, concentrando il fuoco su qualcuno dei più conosciuti, come l’ex presidente dello IOR Ettore Gotti Tedeschi. In realtà, come lo stesso Gotti Tedeschi ha dichiarato in un’intervista a Marco Tosatti del 24 settembre, gli autori della Correctio hanno compiuto un atto di amore alla Chiesa e al Papato.

    Sia Gotti Tedeschi che un altro illustre firmatario, lo scrittore tedesco Martin Mosebach, sono stati applauditi lo scorso 14 settembre all’Angelicum da un pubblico di oltre 400 sacerdoti e laici, comprendente tre cardinali e diversi vescovi, in occasione del convegno sul decennale del motu proprio Summorum Pontificum. Altri due firmatari, i professori Claudio Pierantoni e Anna Silva, hanno espresso le medesime idee della Correctio in un convegno sul tema “Fare chiarezza”, organizzato il 23 aprile dalla Nuova Bussola Quotidiana, con il sostegno di altri porporati, tra cui il defunto cardinale Carlo Caffarra.

    Molti altri sottoscrittori del documento occupano, o hanno occupato, posti di rilievo nelle istituzioni ecclesiastiche. Altri ancora sono eminenti universitari. Se all’interno del mondo cattolico gli autori della Correctio fossero isolati, il loro documento non avrebbe avuto l’eco che ha ottenuto.

    La Correctio filialis è solo la punta di un vasto iceberg di malcontento per il disorientamento in cui oggi si trova la Chiesa. Una Supplica filiale a papa Francesco è stata sottoscritta nel 2015 da circa 900.000 firmatari in tutto il mondo e una Dichiarazione di fedeltà all’insegnamento immutabile della Chiesa sul matrimonio presentata nel 2016 da 80 personalità cattoliche ha raccolto 35.000 firme. Un anno fa, quattro cardinali hanno formulato i loro dubia sulla esortazione Amoris laetitia.

    L’impatto mondiale e il significato della #CorrectioFilialis #corrispondenzaromana
    Twitta la notizia!
    Nel frattempo, scandali di carattere economico e morale minano il pontificato di papa Francesco. Il vaticanista americano John Allen, di orientamento non certo tradizionale, ha rilevato su Crux del 25 settembre, quanto in questi giorni sia divenuta difficile la sua posizione. Tra le accuse più ridicole che vengono fatte ai sottoscrittori del documento, c’è quella di essere “lefebvriani”, a causa della firma del vescovo Bernard Fellay, Superiore della Fraternità San Pio X.

    La adesione di mons. Fellay a un documento di questo genere è un atto storico che chiarisce senza ombra di equivoci la posizione della Fraternità nei confronti del nuovo pontificato. Ma il “lefevrismo” è una locuzione verbale che ha per i progressisti lo stesso ruolo che la parola “fascismo” aveva per i comunisti negli anni Settanta: screditare l’avversario, senza discuterne le ragioni. La presenza di mons. Fellay è peraltro rassicurante per tutti i firmatari della Correctio. Come immaginare che nei loro confronti il Papa non abbia la comprensione e la benevolenza che ha dimostrato negli ultimi due anni verso la Fraternità San Pio X?

    Clicca qui per firmare la Correctio Filialis!

    L’arcivescovo di Chieti Bruno Forte, già segretario speciale del Sinodo dei vescovi sulla famiglia, ha dichiarato che la Correctio rappresenta «un atteggiamento pregiudizionalmente chiuso verso lo spirito del Concilio Vaticano II che papa Francesco così profondamente sta incarnando» (Avvenire, 26 settembre 2017). Lo spirito del Vaticano II, incarnato da papa Francesco, scrive a sua volta mons. Giuseppe Lorizio, sullo stesso quotidiano della CEI, consiste nel primato della pastorale sulla teologia, ovvero nella subordinazione della legge naturale all’esperienza di vita perché, egli spiega, «la pastorale comprende e include la teologia», e non viceversa. Mons. Lorizio insegna teologia presso la stessa Facoltà dell’Università Laterana di cui è stato decano Mons. Brunero Gherardini, morto il 22 settembre, alla vigilia della Correctio, che non ha potuto firmare a causa delle precarie condizioni di salute.

    Il grande esponente della scuola teologica romana ha mostrato nei suoi ultimi libri a quale approdo sciagurato ci porta il primato della pastorale annunciato dal Vaticano II e propagato dai suoi ermeneuti ultraprogressisti, tra i quali lo stesso Forte e l’improvvisato teologo Massimo Faggioli che, con Alberto Melloni, si stanno distinguendo per i loro inconsistenti attacchi alla Correctio. Mons. Forte ha aggiunto su Avvenire che il documento è una operazione che non può essere condivisa da «chi è fedele al successore di Pietro nel quale riconosce il pastore che il Signore ha dato alla Chiesa come guida della comunione universale. La fedeltà va sempre rivolta al Dio vivente, che oggi parla nella Chiesa attraverso il Papa».

    Dunque siamo arrivati al punto di definire papa Francesco “Dio vivente”, dimenticando che la Chiesa si fonda su Gesù Cristo, di cui il Papa è il rappresentante sulla terra, non il divino proprietario. Il Papa non è, come ha giustamente scritto Antonio Socci, un «secondo Gesù» (Libero, 24 settembre 2017), ma il 266mo successore di Pietro. Il suo mandato non è quello di cambiare o “migliorare” le parole di Nostro Signore, ma di custodirle e trasmetterle nella maniera più fedele. Se così non avviene, i cattolici hanno il dovere di rimproverarlo filialmente, seguendo l’esempio di san Paolo nei confronti del principe degli Apostoli Pietro (Gal. II, 11).

    Ci si stupisce infine del fatto che i cardinali Walter Brandmüller e Raymond Leo Burke non abbiano firmato il documento, ignorando, come sottolinea Rorate Coeli, che la Correctio dei Sessanta ha un carattere puramente teologico, mentre quella dei cardinali, quando arriverà, avrà ben altra autorità e portata, anche sul piano canonico. La correzione nei confronti del prossimo, prevista dal Vangelo e dal vigente Codice di Diritto canonico, all’art. 212 par.3, può avere diverse espressioni. «Questo principio di correzione fraterna all’interno della Chiesa – ha dichiarato mons. Atanasius Schneider in una recente intervista a Maike Hickson – è stato valido in ogni momento, anche verso il Papa, e quindi dovrebbe essere valido anche nel nostro tempo. Purtroppo, chiunque nei nostri giorni osi parlare di verità – anche quando lo fa con rispetto nei confronti dei Pastori della Chiesa – è classificato come un nemico dell’unità, come accadde a San Paolo; quando egli dichiarò: “Sono dunque diventato vostro nemico dicendovi la verità?” (Gal. 4,16)». (Roberto de Mattei)

  2. Solo eso faltaba, promocionar hasta los que han estado por años en contra de la Iglesia y la aceptación del Vaticano II, cuánto dolor le causaron a San Juan Juan Pablo II los lefrebrianos, el irrespeto que han tenido hacia el amado Papa Benedicto XVI, ahora olvidamos toda herida que han causado a la Iglesia y nos apoyamos en ellos para cuestionar y atacar al Papa Francisco, es increíble!!!

  3. Fué un niño quien dijo la Verdad : » El rey está desnudo «.
    AMORIS LAETITIA, I TEOLOGI, LE AUTORITÀ E QUEL BAMBINO POCO ISTRUITO CHE OSA RICORDARE: «MA 2+2 FA 4»
    Amoris laetitia, i teologi, le autorità e quel bambino poco istruito che osa ricordare: «Ma 2+2 fa 4»
    «Politics Trumps Theology in Filial Correction Response» di William M. Briggs, da OnePeterFive (traduzione di Chiesa e post concilio)

    Immaginate un uomo, in una posizione di spicco e con un importante curriculm accademico; un uomo autorevole, un consacrato, un uomo la cui parola è ascoltata dal Papa. Quest’uomo vi dice che, a volte, 2+2=5. L’affermazione di quest’uomo può essere vera in ragione del suo status?

    Immaginate ora un bambino, povero e senza i benefici di alcuna istruzione, un orfanello abbandonato, dire a quest’uomo importante: “Signore no, 2+2 fa sempre 4, anche per Dio stesso il quale non cambia la Verità”.

    Un momento! Cosa sta facendo questo ragazzino ignorante? Non si rende conto che sbaglia? Non ha alcuna autorità per correggere chicchessia! Perché dovremmo ascoltare un bambino?

    Qui ci viene in aiuto Massimo Faggioli, professore al Dipartimento di Teologia e Scienze Religiose della Villanova University, il quale dice che il bambino rappresenta una “marginale frangia di opposizione” al nostro grande personaggio. Il bambino “evidentemente non è un cardinale o un vescovo con un ruolo ufficiale nella Chiesa Cattolica”.

    David Gibson, direttore del Centro per le Religioni e Culture della Fordham University concorda. Egli dice che il tentativo di correzione del bambino è “nulla più di una petizione online”. Dice anche che “quanto un religioso viene accusato di errore si riempiono sempre le prime pagine dei giornali. Ma questi bambini, in realtà, sono i soliti noti agitatori di estrema destra che prima di prendersela con questo prete, nel passato, hanno avuto da ridire anche su altri”.

    Persino il New York Times – il New York Times! – ci rammenta che il bambino non è nemmeno cardinale; le sue critiche perciò non possono avere pregio.

    Possiamo allora solo concludere che il nostro ragazzino non ha autorità alcuna, quindi non ha alcun diritto di suggerire una correzione; che in realtà sta sbagliando e 2+2 non sempre risulta 4; che a volte, come disse Antonio Spadaro, il risultato può essere 5, oppure 3 o qualsiasi numero si preferisca. Anzi, il risultato reale non è importante purché la soluzione sia misericordiosa.

    Giusto?

    Se trovate questa spiegazione sensata, così come sembra esserlo a persone come Faggioli, Gibson e tutti gli altri seduti in tribuna e intenti a questionare sui titoli di coloro i quali hanno formulato la correzione filiale, allora vi siete arresi all’idea che la Chiesa sia una faccenda politica; che ogni battaglia sia una lotta di potere dove la parte più numerosa, o che può contare su una maggiore abilità strategica, può e deve prevalere.

    Le citazioni più sopra sono autentiche, ritoccate appena per adattare al nostro bambino immaginario le accuse di eresia nei confronti di alcune affermazioni di Papa Francesco.

    Faggioli e Gibson sono tutt’altro che soli. Dall’account twitter della Hope & Life Press sono stati rimproverati i sottoscrittori della correzione filiale: “non avete autorità alcuna per formulare correzioni di alcun tipo.”

    Anche il ben noto commentatore Austen Ivereigh non riesce ad andare oltre la prospettiva politica. Scrive: “Il grande errore tattico è stato di includere tra i vescovi solo Fellay. In questo modo i sottoscrittori si sono identificati con un movimento scismatico ostile al Vaticano II”. Sarebbe un po’ come dire: “Il grande errore tattico di questo bambino è stato di non coinvolgere un professore di ruolo che insegna matematica”.

    L’affermazione di Ivereigh è sbagliata anche perché la SSPX guidata dal Vescovo Fellay non è scismatica, come riconosciuto dallo stesso Papa Francesco il quale ha decretato valide le confessioni amministrate dai suoi consacrati durante “l’anno della Misericordia”. Ivereigh sicuramente lo sa ma ha scelto ugualmente di gettare sul tavolo la parola “scisma”, perché in politica e in guerra tutto è lecito.

    Ma l’errore più grave che commette Ivereigh è quando afferma che i numeri contano. “Teologi peraltro una definizione inappropriata; 62 poi è una minoranza esigua, se consideriamo l’accoglienza ricevuta da Amoris Latetitia; molti di loro sono ben noti tradizionalisti ostili”. Il che equivale a dire: “Solo i matematici tradizionalisti sono ancora attaccati alle formule antiche”.

    Se nell’anno 350 fosse esistito Twitter, Ivereigh avrebbe pubblicato: “Atanasio è un uomo solo e quasi nessuno lo appoggia. Lasciatelo perdere. Speriamo che le voci di scomunica da parte di Papa Liberio siano vere”.

    Queste reazioni alla correzione filiale, tutte squisitamente politiche, tradiscono un altro aspetto. È come se tutti questi negazionisti non credessero seriamente, o non credessero del tutto, nella componente soprannaturale della fede Cattolica. Cosa alla quale gli autori del documento, invece, evidentemente credono.

    Se, al contrario, i negazionisti considerassero il soprannaturale la parte più importante dell’intera questione, si sarebbero avute immediatamente vivaci discussioni nel merito dei sette punti. Sono davvero eresie? Tutte? Perché? Perchè no? Avrebbero detto: “andiamo al fondo di questa importantissima questione”. “La salvezza delle anime è preminente e le eresie non possono essere tollerate. Su questo punto concordiamo ma su quest’altro punto non siamo d’accordo”.

    Solo dopo avere elaborato, indagato e infine fatto il punto sulle singole questioni avrebbero potuto rivolgere l’attenzione ai sottoscrittori e alle loro intenzioni. Concentrarsi sulle persone e non sui contenuti è un inversione del corretto procedere. Che rivela molto.

  4. Opino que firma de Fellay promociona al Concilio Vaticano II y a San Juan Pablo II -tan vituperados por los lefebvrianos- habida cuenta que la Correctio Filialis se basa frecuentemente en citar dicho concilio y al santo polaco.

  5. Veo que mis opiniones alteran mucho a Juan Nadie y que una corte de cobardes aplaude la espuma que echa por la boca. Lamentable con o sin corrección. Valientes cobardes. Mando de nuevo saludos a su madre (la de Juan Nadie) y le recuerdo a Infovaticana que hay métodos para evitar que esto ocurra.
    Muchas gracias a los que sabeis qué es el respeto os gusten o no mis opiniones.
    Los calladitos y los jaleones… el coraje es una gran virtud pero que escasea . El miedo no es una excusa y menos para un… «católico»?? Un saludo

  6. Cierto que el arzobispo Marcel Lefebvre y sus seguidores causaron preocupación y dolor a San Juan Pablo II de Asís y a Benedicto XVI.
    Lo hicieron porque, mucho antes que los que ahora se alzan contra el calamitoso pontificado actual, ellos advirtieron el mal neomodernista y neoprotestante que corroe a la Iglesia desde el Concilio Vaticano II. Ahora que las consecuencias deletéreas de ese Concilio llegan a la destrucción de la moral cristiana, incluso en aspectos de familia y matrimonio donde San Juan Pablo II de Asís y Benedicto XVI se mantuvieron en la ortodoxia por una feliz incoherencia, son muchos quienes empiezan a abrir los ojos y, ellos por primera vez, reconocen como el arzobispo Lefebvre que hay que adherir a la Roma eterna y rechazar la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante.

  7. Las citas del Vaticano II y de San Juan Pablo II de Asís, mucho menos abundantes que las de Trento y en general el magisterio tradicional, juegan en el texto de la corrección filial un papel proporcionado. A diferencia de lo habitual en la Iglesia de hoy, donde el magisterio anterior al Vaticano II apenas asoma la cabeza bajo toneladas de citas vaticanosegundistas.

  8. Marian: He optado por el silencio respecto de los insultos del conocido de siempre. Los demás son acompañantes. Las cosas que se permite en este foro «católico» son verdaderamente sorprendente. Como si fuera placentero estar defiendo al Santo Padre y que además a uno lo insulten de un modo que tan grotesco y chabacano.

  9. Ahora empieza haber cierta normalidad, Fellay se apoya en el CV II, no importa en qué cantidad, pero se apoya. Empieza a estar en coherencia con el excomulgado Lefebvre que votó a favor y firmó TODOS los documentos del Sacrosanto Concilio.

  10. Gracias Ricardo, por supuesto a tí te tengo por valiente. También comparto tu opinión en lo referente al foro. Creo que precisamente en Infovaticana se habló en cierta ocasión de que ofender a un católico sale gratis… Ya sabemos que no tan gratis mirando más allá… Un saludo

  11. No es posible aceptar ni rechazar en bloque los textos del Concilio Vaticano II, prolijos y confusos, donde hay de todo como en botica: desde hermosas reafirmaciones de la doctrina tradicional hasta novedades heretizantes (la libertad religiosa, por ejemplo), pasando por ambigüedades y banalidades. El injustamente excomulgado (hasta su muerte) Lefebvre, quien como todos los padres presentes firmó al final de cada sesión del Vaticano II los documentos aprobados en ella (en prueba de veracidad, no de aprobación, pues contra varios votó no), formuló un criterio que igualmente sigue el injustamente excomulgado (hasta 2009) Fellay: se acepta cuando es conforme con la doctrina tradicional, se interpreta conforme a esa doctrina cuando es ambiguo y cabe esa interpretación, y se rechaza cuando es contrario a la doctrina tradicional. Esto último como hacen ahora quienes se alzan contra las novedades de Francisco y sin embargo siguen gozándose en llamar al benemérito Lefebvre «el excomulgado».

  12. Puede acompañarse cada cita del Concilio Vaticano II con la mención de su título Sacrosanto, incluso en mayúsculas. Ello no basta para demostrar su conformidad con el magisterio precedente. Como también puede acompañarse cada cita del Papa Francisco con la mención de sus títulos, Santísimo Padre etc., incluso en mayúsculas. Ello tampoco basta para demostrar su conformidad con el magisterio precedente. Es toda la cuestión del Vaticano II igual que de Amoris Laetitia. Neomodernismo y neoprotestantismo.

  13. Pero yo pensaba que cuando los lefebvrianos hablaban de los males del CV II, lo hacían del concilio en bloque. Nos informan ahora que era un modo de decir, parece que tiene partes buenas. Como lo reconoce Fellay apoyándose en él y en el Papa Wojtyla.

    Paralelamente, es falso que todos los padres presentes hayan firmado todos los documentos del CV II. La Iglesia no obliga a nadie a firmar lo que no está de acuerdo, de lo contrario se daría para equívocos. No existe ninguna firma de los non placet.

    Sería bueno, paralelamente, que el experto en contar números de citas de concilios nos dijera en forma exacta la cantidad de citas de Trento y la cantidad de citas del CV II que contiene el Catecismo de San Juan Pablo II, documento integrante de la Iglesia de hoy. Tal vez, el experto haya pesado mal y las toneladas de citas vaticano segundistas se hayan transformen en kilos. Y las citas al magisterio anterior al CV II se transformen en toneladas. Desmintiendo una vez más el esquema simple y simplificado de los lefebvrianos, plagado de mentiras e insultos cuando se refieren a los Papas conciliares hasta Benedicto XVI y sus gestiones.

    Bienvenido Fellay al CV II y a San Juan Pablo II, nunca lo había visto apoyarse en ellos. Esta es una gran novedad que trae la Correctio Filialis, junto a un cambio enorme en la postura acrítica de acercamiento que tenían los lefebvrianoshacia Francisco.

  14. El Concilio Vaticano II no proclama ningún dogma de Fe y es de carácter eminentemente pastoral y no doctrinal. Su gran novedad es la proclamación de la llamada universal a la santidad que San Josemaría Escrivá predicó insistentemente y con tremendas incomprensiones desde 1928. El objetivo que perseguía el CVII es actualizar el lenguaje para hacer más asequible el mensaje evangélico al hombre de nuestro tiempo, sin desnaturalizarlo. Si sus documentos alcanzaron ese objetivo es altamente discutible.

  15. Lefebvre votó non placet contra dos documentos del Vaticano II: Gaudium et spes y Dignitatis humanae, aprobados en la última sesión. Y sin embargo firmó el acta final de esa sesión, que es lo que los críticos desinformados le reprochan.
    Si usted ha tenido que esperar a leerme para enterarse de que ni el arzobispo Lefebvre ni sus seguidores rechazan en bloque el Concilio Vaticano II, mucho lo lamento. ¿Por qué habrían de rechazarlo cuando recuerda y reafirma la doctrina de siempre?
    Se me escapa por qué sería legítima la crítica al Papa Francisco, en cuanto que se aparta de la doctrina católica íntegra, y no sería en cambio legítima la crítica por iguales razones al Concilio Vaticano II. El Concilio no es superior al Papa, al contrario, nada vale sin la aprobación del Papa.
    Si Francisco ha podido apartarse de la doctrina católica íntegra ¿por qué sería imposible que lo hubiera hecho el Vaticano II en algunos de sus numerosos documentos y prolijos pasajes?
    Hay publicado un estudio matemático como el que usted reclama, si bien en este momento no puedo facilitarle la referencia. Allí se demuestra que el magisterio posconciliar se caracteriza por su autorreferencialidad: cita constante del Vaticano II y del magisterio posterior, cita ocasional del precedente magisterio de siglos.
    Buenas noches, paz y bien.

  16. Quien propuso el tema del peso de las citas al CV II y al Magisterio anterior fue usted, no yo. Por tanto, si conoce del tema, como supongo que lo hace al escribir, conteste la consulta concreta que hago, no remita a evasivas; diga cuánto hay citado el Catecismo de San Juan Pablo II referente a Trento y cuánto al CV II. Cuando logre, si lo logra, esbozar una respuesta, verá que usted se larga a hablar sobre toneladas de citas al CV II y nada de lo anterior a éste, no tiene ninguna información. Deje ser imprudente y no repita sonsonetes.

    También y esto es otra táctica llena de malicia de los lefebvrianos, es contraponer a unos Papas contra otros Papas, utilizando los habituales insultos: neomodernista, neoprotestante, misa bastarda, entre otros. Partimos de un error porque no hay dos Magisterios, sino uno sólo, hasta Francisco. El jesuita argentino, le enmienda la plana a lo que ha dicho el Señor y su Iglesia desde siempre, en cuanto a matrimonio y divorcio. Y para peor no recibe ni contesta a otros hermanos en la fe, que piden cristianamente aclaraciones sobre un documento oficial, como lo es una exhortación apostólica. La crítica está permitida dentro de la Iglesia, a la cual jamás voy a abandonar porque es mi casa.

    No tengo que esperar a leer a nadie para ver que utilizan un lenguaje impreciso, usted lo hace, para denostar un concilio, utilizando la táctica goebbelsiana de concentrar todos los males, supuesto o reales, en un hecho pasado, religión o raza, lo que sea. Punto de aplicación en la propaganda se llama esto en la estrategia de comunicación nazi o comunista; son tácticas que abrazan con mucho calor los lefebvrianos, utilizando tontos afines para multiplicarla.

    No voy a entrar a argumentar sobre Lefebvre, no es el propósito de este artículo a comentar. Sólo repito, los non placet no firmaron ningún documento emanado del CV II. Y en el caso concreto de Lefebre que los aprobó todos y firmó todos, tampoco existe intervención alguna, durante el CV II, en contra de los esquemas aprobados. Hay mucho más pero lo dejamos por aquí.

    Lo novedoso es ver a Fellay apoyarse en un concilio tan denostado y en un Papa tan insultado y despreciado por los lefebvristas, como lo es el santo polaco. Estas citas apoyándose en ambos o mejor, apoyarse en ellos, jamás lo había visto en Fellay; bienvenido el cambio, va siguiendo los pasos de Áreas Rifán, un lefebvriano que no ha abandonado el razonamiento, cambiando su actitud de insana rebeldía, pero sobre todo, un obispo católico que merece mi mayor respeto.

  17. LA CORRECTIO ESTÁ EN BUENAS MANOS. lA VIRGEN, MADRE DE LA IGLESIA, ESTÁ POR MEDIO.
    La Correctio filialis sotto la materna protezione di Maria
    (di Cristina Siccardi) La Correctio filialis de haeresibus propagatis nasce dalla Fede, dall’amore per la Chiesa e per il Papa e ciò si evince, oltre che dai contenuti, anche dalle date. Il documento, infatti, reca quella del 16 luglio, Festa della Madonna del Carmine e, non essendo giunta alcuna risposta dal Pontefice, la Correctio è stata pubblicata il 24 settembre, giorno in cui si celebrano due feste mariane: la Madonna della Mercede e Nostra Signora di Walsingham.

    L’anno è il 2017, centenario delle apparizioni di Nostra Signora di Fatima, alla quale il Vicario di Cristo ha rivolto questa preghiera, durante il suo pellegrinaggio il 12 maggio scorso: «Salve Madre di Misericordia, Signora dalla veste bianca! In questo luogo, da cui cent’anni or sono a tutti hai manifestato i disegni della misericordia di Dio, guardo la tua veste di luce e, come vescovo vestito di bianco, ricordo tutti coloro che, vestiti di candore battesimale, vogliono vivere in Dio e recitano i misteri di Cristo per ottenere la pace. […] Unito ai miei fratelli, nella Fede, nella Speranza e nell’Amore, a Te mi affido. Unito ai miei fratelli, mediante Te, a Dio mi consacro, o Vergine del Rosario di Fatima». A Lei, uniti a Papa Francesco, ci consacriamo affinché illumini la Chiesa per porla al servizio delle anime.

    La Madonna della Mercede è la Signora della Grazia gratuita, ossia la Signora della Misericordia: Lei imploriamo affinché possa toccare il cuore di Papa Francesco e renderlo misericordioso verso la Verità, capace di correggere gli errori che vanno disseminandosi ogni giorno di più tra i fedeli, confondendoli e abbandonandoli al peccato. «Dobbiamo avere punti fermi, e così forse li abbiamo meno. Ho peccato, sono stata perdonata, eppure ancora penso di non essere degna dei sacramenti. Ecco perché le aperture di Bergoglio non le capisco» (A. Gennaro, Papa Francesco eretico? “Peccatrici” in piazza San Pietro: “Divorziata, lui non mi ghettizza”. Ma c’è chi non si sente “degna”, in Il Fatto quotidiano, 25 settembre 2017).

    Quante volte, da quando è circolata l’Amoris laetitia (8 aprile 2016) abbiamo sentito da persone sposate (il matrimonio per la Chiesa è indissolubile), che vivono da concubini con i loro nuovi compagni: «finalmente possiamo fare la comunione, lo ha detto il Papa!»? Che cosa direbbe loro san Giovanni Battista (sappiamo bene che cosa gli costò la sua denuncia al concubinato fra Erode ed Erodiade) e cosa direbbe loro Gesù? Vangelo e Chiesa sono lì, chiarissimamente, a ricordare ciò che è materia di peccato mortale. Altrimenti che valore avrebbe il nostro Credo? Beatissimo Padre, abbia misericordia di noi!

    Ha dichiarato Ettore Gotti Tedeschi alla domanda «Perché ha deciso di firmare?»: «Perché voglio bene alla Chiesa, voglio molto bene al Pontefice e ai sacerdoti santi e mi preoccupo delle anime. Preoccuparsi delle anime non è prerogativa di un prete, lo è anche di un laico di fede vissuta che allevando figli, facendo apostolato, ha inteso cosa è l’educazione ai valori cristiani. Ho cinque figli ed avrò nipoti, vorrei che i valori in cui credo e sui quali li ho allevati possano permanere». (http://www.marcotosatti.com/2017/09/24/gotti-tedeschi-chi-ha-firmato-la-correzione-ama-il-papa-e-la-chiesa-i-suoi-nemici-si-nascondono-e-adulano/)

    Perché tanta incomprensione di fronte all’evidenza dei fatti? Il Cardinale Gualtiero Bassetti, Presidente della Cei, sostiene che «dobbiamo impegnarci nelle Diocesi, nelle parrocchie e negli uffici pastorali per recepire con autenticità lo spirito dell’esortazione apostolica Amoris laetitia» (F. Giansoldati, La Cei fa quadrato attorno al Papa: “L’Amoris laetitia va diffusa e fatta capire”, in Il Messaggero, 25 settembre 2017).

    L’impegno della Chiesa è quello di assistere e curare le anime, difendendole dagli errori e dai peccati, così come una buona madre (e ce ne sono ancora!) difende i propri figli dagli errori autolesivi. Così come la Madonna a Fatima ha plasticamente manifestato (la visione dell’Inferno ai tre pastorelli) la sua intenzione materna e protettiva di richiamare le anime alla conversione per tenersi distanti dagli errori e dai peccati.

    Tuttavia Bassetti sostiene: «Il contesto attuale – caratterizzato da un crescente aumento di convivenze, separazioni e divorzi, nonché da un tasso di natalità che continua a diminuire drammaticamente – ci impone di guardare alla famiglia in modo concreto, senza cercare alcuna scorciatoia, scorgendo nelle fragilità della famiglia non solo i limiti dell’uomo, ma soprattutto il luogo della Grazia» (ibidem), ma la Grazia opera e abbonda laddove il peccato (non il peccatore!) viene respinto e non accolto, e nel farlo non ci sono affatto scorciatoie, ma impegno meritorio agli occhi di Dio. Le scorciatoie, semmai, sono quelle che scavalcano le leggi divine per arrivare al più accomodante risultato umano, che non presta attenzione alla coscienza.

    La conversione è la via indispensabile ed essenziale perché la Grazia irrompa nella vita di ciascuno con i suoi corroboranti ausili.

    Importante poi il significato da attribuire a Nostra Signora di Walsingham, amata Patrona dell’Inghilterra. La Madonna apparve nell’XI secolo, era il 1061, alla nobildonna inglese Lady Richeldis, nel villaggio di Walsingham, nella contea di Norfolk dell’Inghilterra orientale (terra cattolica violentemente perseguitata, si legga, al riguardo, il documentato articolo di Elisabetta Sala, autrice del prezioso saggio Elisabetta «la Sanguinaria». La creazione di un mito.

    La persecuzione di un popolo (Edizioni Ares, Milano 2010). Lady Richeldis fece erigere la Santa Casa, replica della Casa di Nazareth ove ebbe luogo l’Annunciazione (edificio che fu traslato miracolosamente a Loreto). Divenne santuario. E presto luogo di pellegrinaggio, imprescindibile per i cattolici inglesi, alla stregua di Glastonbury, di Canterbury e fu considerato alternativo, quando, a causa di guerre e sconvolgimenti politici, il viaggio per Roma e Compostela diventava impraticabile.

    Il santuario venne soppresso nel 1538, durante il regno di Enrico VIII, quando il sovrano abbandonò la Chiesa di Roma a causa di un divorzio che egli pretendeva per potersi risposare, ma che la Chiesa non poteva dottrinalmente ammettere, pena la sua stessa Missione. E quella venerata immagine della Madonna con il Bambino, apparsa secoli prima, fu messa al rogo. Tuttavia questo culto mariano perdura, in quanto i cattolici inglesi concentrano la loro devozione intorno alla Slipper Chapel, costruita nel 1340 come ultima stazione per i pellegrini sulla via di Walsingham. A differenza della Santa Casa, essa sopravvisse alla rivoluzione anglicana.

    Sotto la materna protezione della Madonna del Carmine, della Madonna della Mercede, di Nostra Signora di Walsingham, di Nostra Signora di Fatima è stata posta la Correctio filialis de haeresibus propagatis affinché possano sopravvivere, grazie all’intervento misericordioso di Sua Santità Francesco, gli insegnamenti misericordiosi, sia negli intenti che nelle applicazioni, della Santa Chiesa, Nostra Madre. (Cristina Siccardi)

  18. Al parecer no es goebbelsiano concentrar todo el mal neomodernista y neoprotestante sobre Francisco, el único Papa que se ha apartado de la doctrina católica íntegra. Nos ha caído del cielo, o del infierno, y no guarda ninguna relación con lo vivido por la Iglesia desde los tiempos de su juventud y formación. San Juan Pablo II de Asís ¡ruega por nosotros!
    No se sabe si el magnífico Rifan piensa lo mismo que usted, pero desde luego ni ha firmado la corrección filial ni se le ha oído.
    En fin, reverendo Padre, si más tarde tengo tiempo y sigue usted por aquí le contestaré sobre las matemáticas.
    Que tenga usted un buen día.

  19. Felicito a Infovaticana por la amplia y completa cobertura que está facilitando sobre la corrección filial. Hasta intercomunal se ha hecho eco.

  20. Ecco perché nessun cardinale ha firmato la «correzione filiale»
    Nella nostra traduzione da LifeSiteNews un articolo che spiega i motivi della mancata firma della Correzione filiale da parte di cardinali e vescovi.

    Dopo l’uscita della storica «correzione filiale» al papa nel fine settimana, molti cattolici si sono chiesti con preoccupazione perché nessun cardinale abbia apposto la sua firma.

    In particolare il cardinale Raymond Burke, dopo la mancata risposta di Papa Francesco all’invito di chiarire Amoris Laetitia, aveva annunciato pubblicamente una imminente «correzione formale» da parte dei cardinali. Allora perché non ha firmato questa «correzione filiale «?
    La risposta fondamentale è sono gli studiosi e i pastori che hanno promosso l’iniziativa che hanno scelto di non chiedere l’adesione dei cardinali. «Volevamo che fosse un’iniziativa indipendente», ha detto il portavoce Dr. Joseph Shaw a LifeSiteNews. «Abbiamo preso la decisione di non includere i cardinali». E nello stesso tempo smentisce tutte le voci – apparse sui social media – che ci fossero dei prelati ad agire dietro le quinte, dichiarando: «Vogliamo chiarire che il cardinale Burke non è assolutamente coinvolto in questa iniziativa».

    La ragione principale per non chiedere ai cardinali di firmare il documento è stata la prudenza. «Non è logico aspettarsi che un cardinale firmi qualsiasi documento di questa natura», ha detto Shaw, «perché egli è troppo vicino alla persona del papa».

    Shaw, membro della St. Benet’s Hall dell’Oxford University, ha confrontato la correzione di 25 pagine all’essenziale testo dei Dubia inviato a Papa Francesco dai Cardinali Brandmüller, Burke, Caffara e Meisner nel 2016. Shaw ha lodato la lettera dei Dubia per la sua «semplicità» e per le espressioni di fedeltà al Papa. Ha spiegato che un cardinale non avrebbe facilmente firmato un documento teologico complesso e serio come la Correzione Filiale se non scritto da lui stesso.

    «Gli ecclesiastici più importanti sono tanto più attenti nella formulazione», ha detto Shaw. «Preferiscono la brevità».

    Secondo Shaw, i teologi e i pastori hanno più libertà dei presuli per configurare gli argomenti contro Amoris Laetitia e i relativi problemi. Nel frattempo, il modo in cui è esposta la Correzione Filiale «dovrebbe essere utile a una grande varietà di cattolici».

    Naturalmente, il documento era originariamente destinato ad un sola persona. La Correzione Filiale è stata inviata a Roma sei settimane fa e, Shaw ha detto a LifeSiteNews, è stato consegnato personalmente a Papa Francesco a Casa Santa Marta. I firmatari non hanno ricevuto alcuna risposta.

    «Se Papa Francesco avesse risposto, ci sarebbe stata una relazione diversa» ha detto Shaw. «Ora abbiamo incluso anche i fedeli cattolici».

    Shaw sa che i media sono interessati a chi e a quanti hanno firmato, ma afferma che il punto chiave non è il numero dei firmatari della correzione fraterna. L’aspetto importante è quello degli argomenti presentati. Ecco perché i firmatari sono tutti studiosi o pastori.

    «Il modo in cui la Chiesa sviluppa le cose è conforme agli argomenti [teologici]» ha spiegato Shaw. «C’è sviluppo quando ci sono argomenti principali che prevalgono». Ha sottolineato che per secoli le persone hanno sostenuto il dogma dell’Immacolata Concezione. «È molto importante che gli argomenti siano costruiti», ha sottolineato Shaw.

    La Correzione Filiale è stata redatta da un gruppo tra i firmatari che lo ha mostrato agli altri studiosi e pastori per i loro commenti e contributi. È stato riveduto molte volte prima che venisse firmato e inviato.

    Shaw ha riconosciuto che alcuni cattolici hanno sollevato perplessità per la firma del vescovo Bernard Fellay della Fraternità San Pio X, un ordine di sacerdoti la cui condizione canonica è ancora irrisolta. Ma ha lodato il vescovo senza riserve.

    «È notevole l’esposizione del Vescovo Fellay», ha detto Shaw. «Il suo impegno verso la verità è prevalso sulle preoccupazioni politiche, [per facilitare] la regolarizzazione». Secondo Shaw, la Correzione Filiale è un modo di Fellay per comunicarlo alla sua comunità e «ai cattolici in generale».

    Mentre molti cattolici chiedono di firmare la Correzione Filiale, Shaw osserva che è stata pubblicata su Change.org una petizione ausiliaria indipendente.
    LifeSiteNews ha anche lanciato oggi una petizione che supporta l’iniziativa.

    «Sono contento che le persone ci supportino in questi modi», ha detto Shaw.
    [Traduzione a cura di Chiesa e post Concilio]

  21. El Catecismo de Juan Pablo II, reverendo Padre, no es todo el magisterio posconciliar, si bien reconozco su significado eminente dentro del mismo. Además representa un esfuerzo, loable aunque incompleto, de enderezamiento y recuperación de cierta continuidad, lo cual no es el caso de muchos otros documentos posconciliares (lamento no haber reencontrado todavía en internet el magnífico estudio estadístico, en inglés, que prueba de modo aplastante la autorreferencialidad de ese magisterio posconciliar).
    Con todo, tengo a la vista la lista de citas en mi ejemplar de 1992 (no de la posterior edición corregida, 1997) del Catecismo de Juan Pablo II. La lista de las citas de los concilios ecuménicos anteriores al siglo XX, incluyendo Trento y terminando con el Vaticano I, ocupa una página y media. La lista de las citas del Vaticano II ocupa casi cuatro páginas, bastante más del doble. Quizá a usted le parezca proporcionado y acorde con la historia de la Iglesia y del dogma. Quizá porque, como Pablo VI, cree que el Vaticano II es, bajo ciertos aspectos, más importantes que Nicea. Yo no creo que el único concilio general que se quiso meramente pastoral, y último de la serie en casi dos mil años, merezca esa primacía.

  22. Usted dice que nunca va a abandonar la Iglesia, no obstante Francisco, porque es su casa.
    Eso mismo decía desde los años 60 del pasado siglo el arzobispo Lefebvre, no obstante el concilio Vaticano II y la hecatombe que le siguió: «Para seguir siendo católicos ¿habría que hacerse protestantes?»

  23. Y para la historia de las numerosas intervenciones del arzobispo Lefebvre durante el Vaticano II, sus votos en contra y firma de actas, le remito a las páginas 380 a 468 de su biografía por el obispo Bernard Tissier de Mallerais (¡horror! hijo fiel del arzobispo), publicada en español por la editorial Actas en 2012. Demasiada materia para reproducirla en este lugar.
    Paz y bien.

  24. Dos signatarios explican por qué hicieron el inusual paso de «corregir» al Papa

    Desde que se publicó la corrección filial el domingo, más de 80 signatarios han añadido sus nombres a los 62. Aquí dos de esos nuevos firmantes, un obispo y un sacerdote-académico, explican sus razones:

    Obispo René Henry Gracida

    Varios amigos me han preguntado por qué elegí, el domingo pasado, firmar la corrección filial. Francamente me sorprende que alguien tenga que preguntar, porque la respuesta es tan simple y, espero, evidente: me encanta la Iglesia.

    Amo a la Iglesia como el cuerpo místico de Cristo. Me encanta la Iglesia como comunidad de hombres y mujeres fieles, jóvenes y viejos, liberales y conservadores. Me duele ver sufrir a la gente, como sufro personalmente, en la crisis actual que aflige a la Iglesia.

    La corrección filial está tan bien redactada, tan respetuosa, tan completa, tan detallada en la explicación de las bases para objetar a las siete áreas de la heterodoxia cercanas a la herejía, que espero que muchos de mis hermanos obispos estén felices de firmarlo. Tal vez ingenuamente, pensé que mi firma podría alentar a más obispos a hacer públicas sus opiniones, y tal vez algunos lo harán, pero muchos son tímidos y temerosos de represalias por parte de Roma.

    Como he dicho antes, tomo esperanza del precedente del siglo IV, cuando – según el beato cardenal John Henry Newman – la mayoría de los obispos eran arrianos o semi-arrianos. Los laicos apoyaron a San Atanasio y lo ayudaron a ganar la condena del arrianismo. Los laicos de nuestro tiempo, que están sufriendo tanto, como resultado de un mal liderazgo, o ningún liderazgo, merecen ver más obispos anunciar su apoyo a la corrección.

    También me han preguntado lo que creo que sucederá si no se da respuesta a la corrección o la dubia. Lamento decir que no creo que haya algo que los hombres puedan hacer; una resolución de la crisis depende enteramente de Nuestro Señor Jesucristo.

    Obispo Gracida, ahora jubilado, ha sido obispo auxiliar en la Arquidiócesis de Miami, Obispo de Pensacola-Tallahassee y de Corpus Christi

    P. Andrew Pinsent

    Firmé la corrección filial no por falta de respeto filial al Santo Padre, sino por la gravedad de la situación.

    La corrección es un paso siguiente, consistente con la enseñanza de Jesucristo (Mateo 18: 15-17) y San Pablo confrontando a San Pedro (Gál 2:11), que sigue una serie de peticiones sin respuesta desde 2015. Éstas incluyen: 

    -Una con casi 800.000 firmas de 178 países e incluso 202 prelados, antes del sínodo familiar manipulado ridículamente; 

    -El llamamiento de los 45 académicos y clérigos al Colegio de Cardenales para repudiar posibles lecturas heréticas de Amoris Laetitia;

    -La dubia de los cuatro cardenales, a quienes el Papa ni siquiera tuvo la cortesía de reunirse; 

    -Y la declaración de las cofraternidades que representan a miles de sacerdotes de todo el mundo.

    Como advirtió recientemente el profesor Josef Seifert, antes de ser despedido por hacer esta advertencia, nos enfrentamos al riesgo de la destrucción total de las enseñanzas morales de la Iglesia Católica. Añadiría que las contradicciones que ahora se introducen niegan la razón misma y son catastróficas para la misión de la Iglesia de ofrecer salvación a las almas. Puesto que he dado mi propia vida al sacerdocio exclusivamente para la salvación de las almas, tuve que añadir mi nombre a la corrección.

    P. Pinsent es Director de Investigación del Centro Ian Ramsey para la Ciencia y la Religión en la Universidad de Oxford

  25. Yo no quiero que Francisco los reciba o que conteste a los dubia, porque va a generar todavía más confusión, aparte que ya ha contestado indirectamente bendiciendo las interpretaciones más extremas y sacrílegas. Quiero la corrección fraternal ya y que se marche de una vez y nos deje vivir a los católicos nuestra catolicidad rígida no homologada por los poderes mundiales ni por el pandemónium de las religiones. Y quiero que el siguiente papa sea un papa mártir y corrija todo lo que hay que corregir, que es mucho.

  26. Reverendo Tonto

    Voy a demostrar la verdad contra alguna mentira goebbelsiana que usted formula, además de que no tiene comprensión lectora de los autores que cita.

    1. Usted afirma falsamente que “lo habitual en la Iglesia de hoy, donde el magisterio anterior al Vaticano II apenas asoma la cabeza bajo toneladas de citas vaticanosegundistas”.

    La verdad en un solo ejemplo: Catecismo de San Juan Pablo II, según indice de Textos, citados anteriores al CVII en cantidad de páginas 49, Textos citados desde el CV II en adelante, 7 páginas. Con estos datos, comprobables fácilmente, queda una reverenda estupidez suya desmontada, aunque no vamos a exigir a tontos útiles a la estrategia goebbelsiana del lefebvrismo de atribuir todos los males de la Iglesia a un solo hecho, el CVII, que reconozcan su estado alterado de la mente. En Alemania fueron millones con Hitler; uno más no cambia mucho la anestesia mental a que tienden los frustrados en la vida.

    2. Otra fantasia del reverendo tonto cuando sostiene que “Lefebvre, quien como todos los padres presentes firmó al final de cada sesión del Vaticano II los documentos aprobados en ella (en prueba de veracidad, no de aprobación, pues contra varios votó no)

    Ocurre que el reverendo nos remite a que leamos a Monseñor Tissier de Mallerais. Al hacerlo se comprueba que sostiene Monseñor lo contrario que a lo que Reverendo tonto dice que sostiene. Monseñor dice en su biografía de Lefebvre que sobre la DH “en todo caso, la ADHESIÓN de Sus Excelencias Marcel Lefebvre y Antonio de Castro Mayer quedó oficialmente registrada en las Actas del Concilio. Si Monseñor Lefebvre afirmó después, en repetidas ocasiones, que no había firmado la libertad religiosa, como tampoco Gaudium et spes, lo hizo llevado por la lógica de su oposición anterior y posterior a la promulgación de la libertad religiosa, y engañado por su memoria o por algún error”

    Es decir, que el propio Tissier de Mallerais argumenta que la firma en las Acta synodalia significa ADHESIÓN, como no puede ser de otra manera pues lo que firmó Lefebvre es el ACTA DE PROMULGACIÓN, junto al Papa y otros padres conciliares de la DH y TODOS los demás documentos. A lo cual NO TENÍA NINGUNA OBLIGACIÓN de hacerlo como lo demuestra el propio Tissier de Mallerais al afirmar que “la comparación del número de votantes sobre la libertad religiosa (2386) con el de los Padres presentes que firmaron la promulgación (2364) muestra que al menos veintidós Padres, tanto si votaron a favor como en contra, no firmaron los documentos. Monseñor Marcel Lefebvre no fue uno de ellos”.

    En resumen, no sabemos con total seguridad qué votó Lefebvre en el concilio porque el voto a los esquemas en el CV II era secreto. Pero no descartamos su voto non placet en algún documento y que luego de darlo haya cambiado de postura. Ratzinger tiene experiencia en que cuando firma Lefebvre algo un día, al día siguiente dicha firma la borra, tal vez como sostiene Tissier de Mallerais “engañado por su memoria o por algún error”. Si Mallerais sostiene que Lefebvre tenía mala memoria o cometía errores no se lo voy discutir porque el fue su discípulo.

    Para terminar y no irnos del tema que nos ocupa y que no es otro que Fellay en su cambio de postura en cuanto a que jamás lo vimos apoyarse en el CV II y en San Juan Pablo II y, ahora, en una transformación sorprendente y positiva, realiza un giro de 180 grados en la dirección correcta, firmando la Correctio Filialis que se basa doctrinalmente en todo el Magisterio de la Iglesia hasta Francisco,apoyándose incluso en el injustamente ensuciado Sacrosanto Concilio Vaticano II y en el gran santo polaco de Asís . Esperemos que Fellay que no haya firmado la Correctio Filialis “engañado por su memoria o por algún error” al modo de mentor Lefebvre.

  27. Reverendo tonto, falta de comprensión lectora etc. Advierto tarde que comparte usted el estilo de muchos otros comentaristas en este tipo de foros con quien nunca debato. Inútil intentarlo, como se demuestra con la forma en que despacha la evidente desproporción entre las citas del Vaticano II y de todos los concilios anteriores en el Catecismo de Juan Pablo II de Asís. Francisco, en cambio, es un meteorito que nos ha caído del cielo, o del infierno, y que no guarda ninguna relación con el Vaticano II y con todo lo ocurrido desde entonces en la Iglesia. En fin, que Dios le de paciencia para soportarlo sin celo amargo.

  28. http://panoramacatolico.info/articulo/el-suicidio-de-la-alteracion-de-la-fe-en-la-liturgia-i
    Por el Padre Paul Kramer

    El título «El Suicidio de la Alteración de la Fe en la Liturgia» no es de mi autoría. Pertenece a una frase de un discurso del Papa Pío XII, quien previó la inminencia de una crisis de fe y habló de una Iglesia dubitativa, así como hubo un Pedro dubitativo, en alusión a las negaciones que Pedro hizo de Nuestro Señor en la noche de su Pasión.

    Los heréticos han desarrollado un método para atacar a la Iglesia: infiltrar a la Jerarquía católica y luego cambiar la liturgia para enmudecer la profesión explícita de la fe. De este modo han logrado que la liturgia dé sustento a sus doctrinas heterodoxas. El Papa Pío XII ya había advertido sobre este pelígro, definiéndolo como «el suicidio de la alteración de la fe en la liturgia».

    Muchos sacerdotes y fieles no ven problema alguno en el Nuevo Rito de la Misa. Se consideran a sí mismos como sostenedores de la Tradición católica y hablan con vehemencia contra el modernismo. Pero las sutilezas de demonio son grandes y se engañan consintiendo en posiciones modernistas sin darse cuenta. Ustedes seguramente conocen el truco que se emplea para engañar a los sapos: si se los pone en agua caliente, de inmediato saltan afuera; si se los pone en agua fría y se comienza a calentar el agua lentamente, no perciben el calor hasta que es demasiado tarde. Ya están cocinados.

    He visto suceder este fenómeno con muchos obispos católicos. Hace veinticinco, treinta años… eran férreos archiconservadores. Pero, poco a poco, fueron adquiriendo compromisos, y hacia el final de sus gobiernos diocesanos, ellos aun se consideraban férreos archiconservadores, pilares de la tradición apostólica de la Iglesia sin advertir que casi nadie ya podía creer que lo fuesen. Estaban viviendo una ilusión. No voy a mencionar nombres ahora. Ellos tendrán su juicio ante Jesucristo. No hay necesidad de que yo los juzgue.

    Este error -muy frecuente por cierto- consiste en pensar en la tradición apostólica como algo escindido del dogma, y considerar la fe, la moral y todo lo demás como meros asuntos disciplinarios que pueden ser cambiados según la voluntad del legislador, sea este el Obispo o Papa.

    Tenemos hoy innumerables obispos que insisten a sus sacerdotes y fieles que adhieran al Nuevo Rito de Paulo VI porque -afirman con vehemencia- fue decretado por el Papa y por lo tanto, en humilde obediencia, debe ser aceptado. Afirman que no es de católicos leales insistir en el apego al Antiguo Rito. Sin embargo tenemos aquí las enseñanzas de los Doctores de la Iglesia que insisten en el apego a la liturgia tradicional de la Iglesia. Por ejemplo, uno de los más grandes Papas nos explica que si el Papa mismo se atreviera a hacer dichos cambios, no debería ser obedecido.

    Y luego, avanzando más en la historia encontramos al Card. Torquemada -teólogo oficial del Papa Eugenio IV en el Concilio de Florencia- quien sostuvo el principio de que la costumbre gobierna la liturgia. El Card. Torquemada explicó, citando al Papa Inocencio III -en el libro que acabo de mencionar- que si el Papa intentara cambiar la costumbres de la Iglesia, especialmente en materia de ritos litúrgicos, si él intentara cambiar las ceremonias litúrgicas de la Iglesia, cometería un acto cismático.

    El gran teólogo español Suárez, definido por Paulo IV como el más pío y excelente Doctor, un siglo más tarde, explicó que «si el Papa intentara cambiar la liturgia, caería en cisma». Esta es la enseñanza de dos de los más grandes teólogos de sus respectivos siglos, aprobada por sus respectivos pontífices, que reconocieron en estas enseñanzas la expresión de la doctrina de los sucesores de Pedro, de su Magisterio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles