Müller: En la Iglesia se ha dado prioridad al poder y no a la fe cristiana

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El cardenal Müller critica que ahora se considere que la institución más importante del Vaticano es la Secretaría de Estado y no la Congregación para la Doctrina de la Fe: «La diplomacia y las cuestiones de poder son ahora prioritarias y esto es un cambio crucial equivocado, que debe ser enmendado».

(Maike Hickson/ One Peter Five)– Gloria von Thurn und Taxis, una prominente princesa católica alemana es una gran defensora de las causas católicas ortodoxas en Alemania. Hace unos días dio la bienvenida al Cardenal Gerhard Müller –anterior prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe– en el Reiss-Engelhorn-Museen en Mannheim, Alemania, con ocasión de la presentación pública de su nuevo libro sobre el papado (El Papa – Misión y Mandato). Tanto el arzobispo Georg Gänswein, como el prelado Wilhelm Imkamp –director del Santuario Maria Vesperbild (Augsburgo)–, participaron en la presentación del libro, que tuvo forma de debate público y que estuvo moderado por el historiador de la Iglesia Protestante Christoph Markschies.

Durante su sesión, el Cardenal Müller, según los informes publicados por el periódico católico Die Tagespost, como por el periódico alemán digital Mannheimer Morgen, hizo algunas declaraciones útiles y alentadoras sobre la actual situación de la Iglesia Católica. En primer lugar, hablando del papado, el cardenal alemán dejó claro que una «competencia teológica» profunda y disciplinada debe ser el fundamento de la «autoridad magisterial». El éxito en la relación entre Magisterio y Teología depende de una buena formación. El Die Tagespost resume sus palabras así:

«¿Confiar sólo en la inspiración del Espíritu Santo en cuestiones teológicas? Una idea aterradora para el profesor de Dogmática [Müller]. Müller hace referencia, aquí, al ejemplo de San Roberto Belarmino (1542-1621) que le indicó a Clemente VIII (1536-1605) con palabras claras su falta de competencia teológica».

Según el Mannheimer Morgen, Müller citó las palabras que San Roberto Belarmino le había dicho con firmeza al Papa: «¡Usted no sabe nada de esto!». El periódico continúa: «Esto sucedió hace mucho tiempo. Pero el Cardenal Gerhard Ludwig Müller le ha nombrado explícitamente como su modelo y ha citado con alegría esa frase». Según este periódico, es evidente que la herida de Müller por su reciente destitución «sigue siendo profunda, muy profunda».

Como informa el Mannheimer Morgen, el Cardenal Müller hizo alguna crítica severa al estado actual de las cosas en el Vaticano:

«Ahora se considera que la institución más importante del Vaticano es la Secretaría de Estado y no la Congregación [para la Doctrina de la Fe]. «La diplomacia y las cuestiones de poder son ahora prioritarias y esto es un cambio crucial equivocado, que debe ser enmendado». El centro debería ser la fe cristiana y el Papa debería ser meramente un «siervo de la salvación»».

Como ejemplo, el Cardenal Müller hizo referencia a la reciente visita del Cardenal Pietro Parolin a Moscú y la repercusión pública que ha tenido: las imágenes de Parolin con Putin y el Patriarca Cirilo están dando, según Müller, una «visión funesta porque se puede caer en la trampa de pensar que religión y política son todo uno». En palabras de Die Tagespost, Müller observó:

«Nunca ha salido bien cuando la misión de la Iglesia ha girado alrededor del poder, centrándose sólo en éste. “El centro del Papado no es el propio Papa, sino la fe cristiana”. Él [Müller] desearía “una preparación teológica más clara de los documentos [oficiales]”».

El Arzobispo Mons. Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia, también habló durante el debate público. No pareció objetar a ninguna de las críticas educadas, pero firmes, del Cardenal Müller. Como escribe el Mannheimer Morgen: «Gänswein ni criticó a Müller ni se distanció de él». Según Tagespost,  Gänswein dijo: «No creo que los católicos hayan dejado de estar unidos al Papa. Si los cardenales critican las declaraciones y la conducta papal, ¿qué hay de malo en ello?». También observó que el propio Papa ha invitado a hablar con libertad. «Que éste u otro cardenal sean de distinta opinión, es algo que el pontificado debe soportar», es el resumen que hace el Tagespost. Gänswein también añadió que, a lo largo de la historia de la Iglesia, los cardenales a veces han criticado duramente a los Papas y dijo: «No veo esto como una crítica del oficio papal, sino como una crítica a ciertas declaraciones que posiblemente han sido malinterpretadas por las personas, también fuera de la Iglesia».

Estas palabras, pronunciadas por el hombre que es también el secretario personal del Papa emérito Benedicto XVI, pueden ser también leídas en el contexto de la reciente destitución del profesor Josef Seifert por el arzobispo de Granada, España, con la explícita referencia de desaprobación a la educada crítica de Seifert de Amoris Laetitia;  pero también pueden serlo en el contexto de los cuatro cardenales de los dubia y sus propias preguntas, educadas y directas, dirigidas al Santo Padre.

De forma semejante, el prelado Imkamp, también él un historiador erudito –había trabajado durante un tiempo para el entonces profesor Walter Brandmüller en la Universidad de Augsburgo–, hizo unos comentarios útiles. Según el Tagespot, también él valora mucho los debates católicos entre prelados de alto rango: «El Colegio de Cardenales no es como un  Departamento Político [Comunista], sino el “más bello ejemplo del funcionamiento del principio sinodal en la Iglesia Católica”. Siempre ha sido el “lugar privilegiado del desacuerdo”: “los cardenales siempre se han desafiado entre ellos y a cada Papa”. En todos los pontificados de los últimos quinientos años, ha habido cardenales que han tenido disputas –algunas muy intensas– entre ellos».

¿Acaso estamos viendo aquí las primeras señales de una defensa educada y ejemplar de los cuatro cardenales de los dubia –y también un apoyo hacia el Cardenal Müller–, como también hacia esos laicos que han planteado cuestiones serias relacionadas con el papado de Francisco? ¿Acaso estamos viendo también los primeros signos de una mayor convicción y valor en el propio Cardenal Müller, que le insta a hablar claramente allí donde su cargo como cardenal le exige defender la fe católica?

Artículo de Maike Hickson publicado originalmente en One Peter Five.Traducido por Helena Faccia Serrano para InfoVaticana.