‘Quien trabaje por la santidad del matrimonio y la familia será combatido’

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Esta fue la advertencia que le hizo Sor Lucía de Fátima al cardenal Carlo Caffarra en una larga carta en la que aseguró que la batalla final entre Dios y Satanás tendrá lugar en el terreno del matrimonio y la familia.

La batalla final entre Dios y Satanás tendrá lugar en el terreno del matrimonio y la familia. Así lo afirmó la vidente de Fátima Sor Lucía en una larga carta dirigida al cardenal Carlo Caffarra, en la que también le advirtió acerca de los ataques que tendrían que afrontar quienes defendieran el matrimonio y la familia.

El cardenal Caffarra reveló en una entrevista en 2008 que cuando recibió el encargo de Juan Pablo II de establecer el Instituto Pontificio para los Estudios del Matrimonio y la Familia, escribió una carta a Sor Lucía. «Inexplicablemente, ya que no esperaba una respuesta, viendo que sólo había pedido sus oraciones, recibí una larga carta escrita por ella», indicó el arzobispo italiano.

La carta recogía que la batalla final entre el Señor y el reinado de Satanás sería sobre la familia y el matrimonio y advertía de que quienes trabajaran por la santidad del matrimonio y de la familia serían combatidos y sufrirían todo tipo de oposición.

Caffarra, primer presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, fue a lo largo de su vida una referencia mundial en moral familiar y matrimonial y un destacado defensor de estas instituciones.

Desde la sede episcopal de Bolonia -que ocupó en diciembre de 2003- difundió una nota en la que, entre otras cosas, se leía que “es imposible considerarse católico si de uno u otro modo se reconoce el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo”(…) “es imposible hacer cohabitar en la propia conciencia la fe católica y el apoyo a la equiparación entre unión homosexual y matrimonio: ambas se contradicen.”

Su defensa del matrimonio y la familia le supuso, cumpliéndose la advertencia de Sor Lucía, cargar sobre sus espaldas todo tipo de ataques. Y fue también su preocupación pastoral por el bien de las almas la que le llevó a intervenir públicamente cuando fue testigo del desconcierto y confusión en muchos fieles a raíz de interpretaciones no sólo divergentes, sino también contradictorias de la exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia sobre el amor en la familia.

Impulsado en conciencia por su responsabilidad pastoral, presentó en septiembre de 2016 junto a los cardenales Walter Brandmüller, Raymond L. Burke y Joachim Meisner, cinco “dubia” al Papa Francisco pidiéndole que disipara las incertezas y clarificara algunos puntos de “Amoris Laetitia”.

A causa de la publicación de las «dubia», el cardenal Caffarra y los otros tres firmantes de la carta fueron objeto de los ataques de quienes no dudaron en dedicarles todo tipo de acusaciones y descalificaciones.

Sobre las acusaciones recibidas habló el propio cardenal Caffarra en una entrevista publicada por Il Foglio: «Algunas personas siguen diciendo que no somos obedientes al Magisterio del Papa. Es falso y calumnioso. Justo porque no queremos ser indóciles hemos escrito al Papa. Yo puedo ser dócil al magisterio del Papa si sé lo que el Papa enseña en materia de fe y de vida cristiana. Pero el problema es exactamente esto: que sobre los puntos fundamentales no se entienden bien lo que el Papa enseña, como lo demuestra el conflicto de interpretación entre los obispos».

Tras reiterar que «simplemente y respetuosamente hemos hecho preguntas», Caffarra añadía en esta entrevista que no merecían atención las acusaciones de querer dividir la Iglesia: «La división, que ya existe en la Iglesia, es la causa de la carta, no su efecto. Sin embargo, las cosas indignas en la Iglesia son, sobre todo en un contexto como este, los insultos y las amenazas de sanciones canónicas.»