El Papa Francisco no tolera la infiltración de la masonería en la Iglesia y, en los últimos años, ha buscado la expulsión de los masones de instituciones como la Orden de Malta.
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En un artículo, el vaticanista Sandro Magister sostiene que la masonería es la «bestia negra» de Francisco desde que vivía en Argentina y está convencido de su presencia en la Orden de Malta.
El 9 de septiembre de 2014, según relata Magister, el Papa entregó al cardenal Burke como patrón de la Orden la tarea prioritaria de eliminar «el espíritu secular y, en concreto, la masonería, de la Orden de Malta».
En esa misma audiencia, Francisco aseguró que no tenía una «información exacta» sobre la presencia de los masones entre los Caballeros, pero que «estaba seguro de su existencia». Así lo cuenta el propio cardenal Burke en un informe sobre los acontecimientos recientes de la Orden, cuya circulación autorizó de manera reservada entre los Caballeros de Alemania.
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En una entrevista concedida a InfoVaticana el pasado mes de abril, el purpurado estadounidense afirmaba: «El Papa fue muy claro conmigo sobre eso, que un masón no puede ser un miembro de la Orden de Malta. Y me dijo que hay personas que persisten en su pertenencia a la masonería, y que los miembros de la masonería debían ser expulsados.»
El 23 de junio de 2016, al recibir al entonces Gran Maestre, Matthew Festing, y al Gran Canciller, Albrecht Freiherr von Boeselager, Francisco les preguntó por los progresos llevados a cabo por el cardenal Burke «para limpiar la Orden de masones».
El 10 de noviembre de 2016, el Papa ordenó a Burke que siguiera buscando esas «listas de masones, que por fuerza deben existir», anunciando también que incluiría este mandato en una carta oficial. Poco después, en una carta del pasado 1 de diciembre al cardenal Burke, Francisco pide evitar que en la Orden se dé la pertenencia a asociaciones, movimientos y organizaciones contrarios a la fe católica o de carácter relativista.
«Si esto sucediera se deberá invitar a los Caballeros que sean miembros de dichas asociaciones, movimientos y organizaciones a retirar su adhesión, al ser ésta incompatible con la fe católica y la pertenencia a la Orden», asegura en la misiva.
Magister concluye su artículo con la afirmación de que «Jorge Mario Bergoglio es profundamente hostil a la masonería», a pesar del entusiasmo que los masones han manifestado hacia él.
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