Cuando Benedicto XVI obligó a un cardenal a pedirle perdón a otro

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La última vez que un cardenal insultó gravemente a otro, como ha hecho Maradiaga con los cuatro cardenales que han consultado al Papa sobre Amoris Laetitia, Benedicto XVI intercedió para restaurar la comunión eclesial.

Muchos católicos se han quedado notablemente consternados al ver a un cardenal de la Iglesia insultar de manera tan grave y ofensiva a otros, como ha hecho el purpurado hondureño, Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, con los purpurados Burke, Caffarra, Brandmuller y Meisner.

Maradiaga insulta a los cuatro cardenales y siembra la división en la Iglesia

Hay que remontarse hasta hace siete años para encontrar un caso similar de ataques furibundos de un purpurado a otro. En concreto, en junio de 2010, en pleno pontificado de Benedicto XVI, el austriaco Cristoph Schonborn arremetió duramente contra Sodano, al que acusó de encubrimiento de pedofilia.

En aquel momento, le faltaron horas a Benedicto XVI, el Papa, para restaurar la comunión eclesial, y llamó a filas a los cardenales implicados, a los que obligó a disculparse. El Papa, creía Benedicto, tiene que restaurar la comunión.

Así lo contó Aciprensa en aquel momento:

La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó un comunicado sobre la audiencia que el Papa Benedicto XVI concedió al Arzobispo de Viena, Cardenal Christoph Schönborn, quien se disculpó con el Cardenal Angelo Sodano, ex Secretario de Estado, por la repercusión de unas recientes declaraciones.

Según el comunicado, el Cardenal Schonborn “había pedido poder informar personalmente al Papa acerca de la situación actual de la Iglesia en Austria. En particular, el Cardenal Schönborn ha querido aclarar el significado exacto de sus recientes declaraciones sobre algunos aspectos de la disciplina eclesiástica actual, así como algunos juicios sobre la actitud de la Secretaría de Estado, en particular por el entonces Secretario de Estado del Papa Juan Pablo II (Cardenal Angelo Sodano, NDR), en relación con el fallecido Cardenal Hans Hermann Groër, Arzobispo de Viena de 1986 a 1995”.

Recientemente, el Cardenal Schönborn negó que el Cardenal Joseph Ratzinger haya encubierto acusaciones de abuso sexual en la Iglesia y en una entrevista a la televisión austríaca ORF habría acusado directamente al Cardenal Sodano, de haber bloqueado una investigación sobre Groer.

El comunicado explica que “posteriormente se ha invitado al encuentro a los cardenales Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio y Tarcisio Bertone, secretario de Estado. En la segunda parte de la audiencia se han aclarado y resuelto algunos equívocos muy difundidos y en parte derivados de algunas expresiones del cardenal Christoph Schönborn, que manifiesta su pesar por las interpretaciones que se han hecho”.

Asimismo, la Santa Sede recuerda en el comunicado que “en la Iglesia, cuando se trata de acusaciones contra un cardenal, la competencia corresponde exclusivamente al Papa; las otras instancias pueden tener una función de asesoramiento, siempre con el debido respeto por las personas”.

También explica que “la palabra ‘chiacchiericcio’ (charloteo)” pronunciada por el Cardenal Sodano, “fue interpretada erróneamente como una falta de respeto a las víctimas de abusos sexuales, por las cuales el Cardenal Angelo Sodano nutre los mismos sentimientos de compasión y de condena del mal como los expresados en diversas ocasiones por el Santo Padre. Esta palabra, pronunciada al inicio de la Misa de Pascua, se había tomado literalmente de la homilía pontificia del Domingo de Ramos y se refería a la ‘valentía’ que no se deja intimidar por el parloteo de las opiniones dominantes”.

Finalmente, el texto sostiene que “el Santo Padre, recordando con gran afecto su visita pastoral a Austria, envía por medio del cardenal Christoph Schönborn su saludo y aliento a la Iglesia en Austria y a sus pastores, confiando a la celestial protección de María, tan venerada en Mariazell, el camino de una comunión eclesial renovada».