Testimonio de una familia en el Sínodo

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El matrimonio mexicano de la familia Galindo, transmite su testimonio en la primera Congregación General del Sínodo de la familia.   A continuación, el testimonio del matrimonio: Somos el matrimonio conformado por Andrés y Clara Galindo de México. Hace ya 45 años que formamos la familia Galindo Rubio. Dios nos permitió tener 2 hijos ahora ya casados y 4 nietos. Iniciamos nuestra vida, como muchos matrimonios, con mucha ilusión, pero también con momentos positivos y negativos tanto emocionales como económicos. Los primeros años no fueron fáciles sobre todo por algunas presiones de algunos familiares que no nos auguraban mucho éxito en nuestra nueva vida que estábamos iniciando, al grado que por los problemas económicos que teníamos buscaron separarnos. Y un día llegó a nuestra casa un familiar con los documentos ya preparados para que firmáramos nuestro divorcio. A pesar de la insistencia porque diéramos ése paso, Andrés y yo, decidimos luchar contra el desequilibrio que había provocado aquel suceso y sacar adelante nuestro matrimonio y la familia que empezábamos a formar, aunque ésta decisión fue sin tener una conciencia clara de lo que significaba el sacramento del matrimonio. Poco tiempo después, gracias a Dios tuvimos la oportunidad de vivir una experiencia de relación en el Encuentro Matrimonial Católico, en donde aprendimos a comunicarnos, a saber perdonar, pero sobre todo el conocer cuál era el plan de Dios para nosotros como matrimonio y como familia. Y así seguimos luchando por nuestra relación, pero ahora con un poco más de conciencia de acuerdo al plan de Dios. Un tiempo después en que pasábamos nuevamente por una etapa muy difícil de nuestra vida ya que Andrés se había quedado sin trabajo y nuestra situación económica se veía mermada, un querido amigo nos pidió que lo acompañáramos a la Basílica de Guadalupe, en donde aprovechamos para pedirle a nuestra querida Madre y a nuestro Sr. Dios, a que nos ayudaran a resolver nuestros problemas y prometimos que nosotros haríamos lo que nos pidieran. Saliendo de la Basílica fuimos invitados a colaborar dentro de la Pastoral Familiar y lo primero que pensamos fue en decir que no, que primero teníamos que resolver nuestros problemas económicos. Pero gracias a Dios y a nuestra Sra. pudimos recapacitar y aceptamos servir a nuestra Iglesia en la Pastoral Familiar. Durante nuestro servicio a nuestra Iglesia, tanto en México como en Centroamérica, hemos podido corroborar en diversos Cursos, Asambleas, Congresos etc. que los grandes problemas por lo que pasan las familias son provocados por factores Sociales, Culturales, Políticos, Educativos, Económicos y religiosos y el matrimonio y la familia, se ven debilitados y frágiles, y su propia fuerza necesita ser rescatada a través de la formación y enseñanza de su identidad y misión. La pastoral de la familia es hoy, la pastoral del 3er. Milenio, por los pequeños y grandes ataques de algunas instituciones tanto gubernamentales como civiles hacia el matrimonio, la familia y la vida. Requiere de Pastores enamorados del proyecto de Dios, para hacer una pastoral de la Familia que nazca del corazón del Pastor, para que las familias sean guiadas, acompañadas y formadas según el plan de Dios, para que vivan su identidad y misión.

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