El arzobispo irlandés Eamon Martin asegura que lamenta los resultados del referéndum sobre el matrimonio homosexual, pero sostiene que la institución católica no ha perdido fuerza en el país.
La aprobación por referéndum del matrimonio homosexual ha provocado que la Iglesia en Irlanda esté de luto. Así lo ha manifestado el arzobispo irlandés Eamon Martin en una entrevista para una cadena pública comentando la reacción de los católicos ante la aprobación popular de la unión de personas del mismo sexo.
Asimismo, el prelado ha querido felicitar a la gente que «tomó la valiente decisión de defender a la unión en matrimonio de un hombre y una mujer en este país». Martin negó, sin embargo, que la Iglesia haya perdido influencia en un país de fuerte tradición católica a pesar del apoyo de la mayoría al «sí» en el referéndum.
«Tenemos profundas convicciones respecto al significado de la institución del matrimonio», defiende el arzobispo, comentando las declaraciones del secretario de Estado de la Santa Sede que afirmó que el resultado del referéndum había sido «una derrota para la humanidad».
El arzobispo irlandés ha querido insistir en que, con esas palabras, el secretario de Estado de la Santa Sede «trataba de expresar ese sentimiento de pérdida, de luto incluso» que provocó ese plebiscito, que convirtió a Irlanda en el primer país que ha consultado a su electorado, de poco más de tres millones, sobre este asunto.
«Por un lado estuvo el debate sobre el significado del matrimonio y, por otro, el de la cuestión del respeto hacia los homosexuales y la necesidad de mostrar tolerancia», dijo el máximo dirigente católico en la República de Irlanda e Irlanda del Norte.
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No, señores, no. La culpa no la tienen ni los fieles irlandeses ni tampoco su clero.
No se puede decir «quien soy yo para juzgar» y esperar que los irlandeses voten NO.
No se puede uno entrevistar con transexuales a bombo y platillo mientras a la familia de Asi Bibi se la deja en la puerta y esperar que los irlandeses voten NO.
No se puede lavar los pies a bombo y platillo a transexuales y esperar que los irlandeses voten NO.
No se puede bautizar a hijos de lesbianas a bombo y platillo en San Pedro y esperar que los irlandeses voten NO.
¿Con qué autoridad moral van los obispos irlandeses a defender el NO si su superior da explícitamente visibilidad a los gays con todos esos actos y palabras?
Y por supuesto, ¿cómo espera la CEE que los católicos pongamos la X en la Renta ante todo este panorama?
Veremos hasta donde llega la famosa tolerancia, palabra que me resulta desagradable, pues se toleran las chiquilladas. Los adultos lo que pedimos es respeto.
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Y nunca se han caracterizado los progres por respetar a los demás, especialmente si se trata de cosas del catolicismo.
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En aplicación del referendum, que modifica la constitución, será necesario promulgar varias leyes, como la cosa no se tome en serio, la ley puede obligar a un cura a celebrar una boda homo.
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Ante esto o bien el cura celebra, con lo que queda fuera en el acto o no celebra y le cae el peso de la ley y cuando se trata de curas la ley es muy pesada.
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Gracias a la propia incompetencia del clero irlandés podemos encontrarnos sin clero en el país pues o bien serán expulsados si celebran o irán a prisión si no celebran.
Vanlop: Confunde usted respeto con otra cosa.
Cuando los católicos se empeñan en tener una capilla en una universidad pública (donde no pinta nada…) y los estudiantes reclaman que se quite la capilla de ahí. ¿Quién es el intolerante? ¿Por qué les cuesta tanto entender que con dinero público no se puede mantener una religión?
Yo no quiero en mi universidad ninguna capilla a la religión que persiguió a Galileo por decir que la Tierra gira alrededor del Sol. ¿Quién es el intolerante? ¿El que dice que la Tierra gira alrededor del Sol o el que se escandaliza y le obliga a retractarse?