El vaticanista Andrés Beltramo da cuenta de las disensiones internas que se han producido en los primeros días del Sínodo. Los desacuerdos existen. Y parecen ser claros. A una semana del comienzo de una de las asambleas del Sínodo de los Obispos más dinámicas de los últimos años, comienzan a delinearse los trazos que caracterizan una discusión fundamental y que -a decir verdad- durará muchos meses. Al menos hasta el próximo año, cuando tenga lugar otra asamblea similar. Ya se sabe que durará del 4 al 15 de octubre de 2015 y llevará por título: “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. Por esa razón, todo lo discutido por los padres sinodales en la primera semana de este Sínodo 2014 es absolutamente preliminar. Deberá ser profundizado a lo largo de los próximos días y en los siguientes meses. Tendrá que pasar el Sínodo del próximo año y aún así todos los dichos de los obispos serán sólo opiniones. Muy válidas, por supuesto, pero tocará al Papa llevar esas recomendaciones a un documento que, sólo entonces, pasará a formar parte del magisterio de la Iglesia. Aunque diversos participantes han sostenido que en la cumbre episcopal se respira un espíritu de fraternidad y colaboración (eso nadie lo pone en duda), los disensos no han faltado. Tampoco las críticas. Una buena parte de ellas surgieron este lunes, después de la lectura en el aula de la “Relatio post disceptationem”, la relación después de las disertaciones. Se trata del documento que resume las posiciones expresadas durante el Sínodo en su primera semana de trabajo. Más de 260 discursos fueron sintetizados en unas 10 páginas que quedaron en el centro de una significativa polémica. “Un debate abierto, con tonos claros, en el cual tomaron parte 41 padres (sinodales) bajo la presidencia del cardenal Raymundo Damasceno Assis”, informó L’Osservatore Romano en su edición vespertina del lunes. El relato del periódico vaticano llamó la atención. Ofreció muchos detalles particulares, a diferencia del reporte sobre las mismas discusiones libres que ofreció la sala de prensa del Vaticano. Por ejemplo, en el diario aparecieron los nombres de los obispos que tomaron la palabra ante el pleno. Entre ellos destacan los cardenales Walter Kasper, George Pell, Joao Braz de Aviz, Peter Turkson, Marc Ouellet, Philippe Nakellentuba Ouédraogo, Fernando Filoni, Timothy Dolan, Lluis Martínez Sistach, Christophe Schönborn, Andre Vingt-Trois, Raymond Leo Burke, Odilo Scherer, Wilfried Fox Napier, Stanislaw Rylko, Gerhard Müller, Angelo Scola e Carlo Cafarra. Además del patriarca Gregorio III Laham y los arzobispos Vincenzo Paglia y Bruno Forte. Lea el artículo completo de Andrés Beltramo en Sacro Profano
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
maldito tu, tibio, que no eres ni frio ni caliente, y estoy por vomitarte de mi boca
Yo a Kasper y a sus secuaces mas que tibios lo que los veo es anglicanos, pero sin tener la decencia de marcharse, y al Papa consintiendo, cuando tenía que ser el primero en dar ejemplo, en cumplir y hacer cumplir la moral católica, al menos entre quienes tiene autoridad directa.
Yo lo que estoy viendo venir es un tremendo cisma en nuestra Iglesia. Y tras él una expantada o huída de muchos fieles de unas dimensiones apocalípticas. Si debemos los católicos permanecer fieles… ¿a qué Iglesia debemos de hacerlo?, ¿a la que desde el siglo I ha llegado hasta el siglo XX o a la de este siglo XXI?. Y no me valen las monsergas de que «ambas son la misma». Ésta nueva Iglesia que vemos no se parece en casi nada a la otra… Luego, ¿a qué Iglesia debemos permanecer fieles?. ¿Podría alguien responderme a esta pregunta?.
Un saludo
Fieles a Cristo, hermano Antunez, fieles a Jesucristo que Él sembrará en nuestros corazones la respuesta correcta. No lo dude, no estamos solos, unicamente pasamos por el calvario como Él. Dios le bendiga.
No debería dudar del Papa, sr. Antúnez y seguidores.
El Papa es nombrado por el Espíritu Santo.