Quinta visita pastoral del Papa a una parroquia de su diócesis

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Visita Pastoral

El papa Francisco realizó ayer su quinta visita pastoral a una parroquia romana desde el inicio de su pontificado, al acudir al templo de Santa María de la Oración, del municipio periférico de Guidonia, donde aseguró que “Dios nos pide hacer el camino” pero “no para hacer turismo”.

Roma, 16 mar (EFE). “El objetivo de la vida espiritual es ponerse en camino porque Dios ha querido salvar a un pueblo que camina”, explicó durante su catequesis en el templo.

Sin embargo, Francisco, revestido con la capa pluvial morada propia de la Cuaresma, aseguró que en ese camino existen dos peligros.

“Uno consiste en detenerse porque quien se para, como el agua, se estanca y se corrompe. El otro riesgo es el de vagar, en vez de caminar, es decir, hacer turismo”, explicó.

La visita comenzó al filo de las 17.00, hora local (16.00 GMT), cuando el papa Francisco llegó a las puertas del templo, donde fue recibido por cientos de curiosos y de vecinos del municipio romano de Guidonia con pancartas, banderines y rosarios, entre otros objetos.

En primer lugar, el pontífice mantuvo un encuentro con algunos enfermos y discapacitados de la parroquia para después saludar a un grupo de muchachos que, actualmente, se preparan para tomar la primera comunión y la confirmación.

Acto seguido, el papa comenzó su eucaristía en la que volvió a criticar a la sociedad actual, caracterizada, a su juicio, por los chismes.

Durante la homilía, el papa también invitó a los presentes a escuchar la palabra de Dios.

“Escuchamos la radio, la televisión, los chismes de las personas… atendemos a muchas cosas pero ¿empleamos un poco de tiempo en escuchar a Jesús?”, cuestionó.

El templo se encuentra en la periferia de la capital italiana, en el municipio de Guidonia, y su párroco, Francesco Bagalà, acusó la precariedad que sufre el municipio en declaraciones recogidas por Radio Vaticana.

“Esta es una parroquia de la periferia de Roma. Aquí hacen falta servicios sociales y más escuelas, servicios, plazas públicas… La población del barrio es joven. Se trata de un barrio dormitorio”, explicó Bagalà.

El sacerdote hizo hincapié en la “necesidad” de una escuela en Guidonia, hasta ahora inexistente.

“Están claras las consecuencias de no contar con una escuela en el vecindario. Esperemos que llegue pronto”, afirmó.

Texto completo de la homilía de la misa que el Papa Francisco celebró en la parroquia Santa María de la Oración

En la oración, al inicio de la Misa, hemos pedido al Señor dos gracias: “Escuchar a tu amado Hijo, para que nuestra fe se nutra de la Palabra de Dios”, y – la otra gracia – “purificar los ojos de nuestro espíritu, para que podamos gozar un día la visión de la gloria”. Escuchar. La gracia de escuchar y la gracia de purificar los ojos. Esto es propiamente con relación al Evangelio que hemos escuchado. Cuando el Señor se transfigura delante de Pedro, Santiago y Juan, ellos sienten la voz de Dios Padre, que dice: “Éste es mi Hijo, ¡escúchenlo!”. La gracia de escuchar a Jesús. ¿Para qué? Para nutrir nuestra fe con la Palabra de Dios. Y ésta es una tarea del cristiano. ¿Cuáles son las tareas del cristiano? Quizás me dirán: ir a Misa los domingos, hacer ayuno y abstinencia en Semana Santa, hacer esto… Pero la primera tarea del cristiano es escuchar la Palabra de Dios, escuchar a Jesús, porque Él nos habla y Él nos salva con su Palabra; y Él también hace más robusta, más fuerte nuestra fe con esta palabra. ¡Escuchar a Jesús!

“¡Pero Padre, yo escucho a Jesús, lo escucho tanto!” – “¿Sí? ¿Qué escuchas?” – “Escucho la radio, escucho la televisión, escucho los comentarios de la gente…”. Tantas cosas escuchamos nosotros durante la jornada, tantas cosas… Pero yo les hago una pregunta: ¿Tomamos un poco de tiempo, cada día, para escuchar a Jesús, para escuchar la Palabra de Jesús? En casa, ¿tenemos el Evangelio? Y cada día escuchamos a Jesús en el Evangelio, ¿leemos un párrafo del Evangelio? ¿O tenemos miedo de esto, o no estamos acostumbrados?

¡Escuchar la Palabra de Jesús para nutrirnos! Esto significa que la Palabra de Jesús es el alimento más fuerte para el alma: ¡nos nutre el alma, nos nutre la fe! Yo les sugiero, cada día, de tomar algunos minutos y leer un pasaje del Evangelio y escuchar qué pasa allí. Sentir a Jesús, y esa Palabra de Jesús, cada día, entra en nuestro corazón y nos hace más fuertes en la fe.

También les sugiero tener un pequeño Evangelio, uno chiquitito, que se puede llevar en el bolsillo, en la cartera, y cuando tenemos un poco de tiempo, tal vez en el autobús… cuando se puede en el autobús, porque tantas veces en el bus estamos un poco presionados para mantener el equilibrio y también para cuidar los bolsillos, ¿no?… Pero cuando tú estas sentado aquí o allá, puedes leer también durante la jornada, tomar el Evangelio y leer dos palabritas. ¡El Evangelio siempre con nosotros!

Se decía de algunos mártires de los primeros tiempos – por ejemplo de santa Cecilia – que llevaban siempre el Evangelio con ellos: ellos llevaban el Evangelio; ella, Cecilia, llevaba el Evangelio; justamente porque es nuestro primer alimento, es la Palabra de Jesús, lo que nutre nuestra fe.

Y después, la segunda gracia que hemos pedido es la gracia de la purificación de los ojos, de los ojos de nuestro espíritu, para preparar los ojos de nuestro espíritu a la vida eterna. ¡Purificar los ojos! Yo estoy invitado a escuchar a Jesús; y Jesús se nos manifiesta y con su Transfiguración nos invita a mirarlo; y mirar a Jesús purifica nuestros ojos y los prepara a la vida eterna, a la visión del Cielo. Quizás nuestros ojos están un poco enfermos porque vemos tantas cosas que no son de Jesús, o en contra de Jesús: cosas mundanas, cosas que no hacen bien a la luz del alma. Y así esta luz se apaga lentamente y, sin saberlo, terminamos en la oscuridad interior, en la oscuridad espiritual, en la oscuridad de la fe, oscuridad porque no estamos acostumbrados a mirar, a imaginar las cosas de Jesús.

Esto es lo que hoy nosotros hemos pedido al Padre, que nos enseñe a escuchar a Jesús y a mirar a Jesús. Escuchar su palabra, y piensen en lo que les decía del Evangelio: ¡es muy importante! Y mirar: cuando leo el Evangelio, imaginar y mirar cómo era Jesús, cómo hacía las cosas. Y así nuestra inteligencia, nuestro corazón, van adelante en el camino de la esperanza, en el que el Señor nos pone, como hemos escuchado que hizo con nuestro padre Abrahám. Recuerden siempre: escuchar a Jesús, para hacer que nuestra fe sea más fuerte. Mirar a Jesús, para preparar nuestros ojos a la bella visión de su rostro, donde todos nosotros – que el Señor nos de siempre la gracia – nos encontraremos en una Misa sinfín. Así sea.

Fuente: Radio Vaticana

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