¿Cómo saber cuando un grupo cristiano tiene un comportamiento sectario?

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Parecen majos y cristianos, pero ¿cumplen los 4 criterios para ver si son un grupo sectario? Dwight Longenecker lleva 50 años de vida pastoral, primero como protestante, después como cura católico, a ambos lados del Atlántico. Y ha comprobado que hay que detectar y prevenir los comportamientos sectarios, que parasitan la verdadera vida religiosa.

(Religión en libertad)- El padre Dwight Longenecker ha sido pastor fundamentalista protestante, evangélico de tipo carismático, episcopaliano, clérigo anglicano y desde hace bastantes años es cura católico, capellán en una universidad católica y un defensor firme del magisterio católico. En 50 años de apostolado cristiano, ha tenido cargos pastorales en EEUU y en Inglaterra y ha conocido muchas comunidades, católicas, anglicanas y protestantes.

Y aquí y allá, en parroquias, colegios, grupos de oración y apostolados varios, en ambientes de lo más diverso, se ha encontrado grupos sectarios, que además, a primera vista, parecían «muy similares a auténticas comunidades cristianas llenas de Espíritu», que parecían «comunidades cristianas buenas, auténticas y dinámicas»… pero no lo eran.

Por eso, el padre Longenecker propone prestar atención a 4 criterios que delatan a los grupos sectarios:

1. Todo es maravilloso… y todos dicen qué maravilloso es:

«Esta es la primera señal de lo sectario: todo es demasiado maravilloso y todo el mundo está dispuesto a contarte lo maravilloso que es todo», señala Longenecker. En el mundo real, las cosas buenas y malas van juntas. En las sectas, las cosas feas, incómodas, molestas, se ocultan y se ofrece sólo una fachada maravillosa.

2. Los líderes también son maravillosos… pero no hay ninguna transparencia:

En un grupo sectario, el líder es triunfante, magnífico, estupendo. Y concentra todo el liderazgo de forma absoluta y nada transparente. Nadie puede acceder al círculo de toma de decisiones, no rinde cuentan reales a nadie (aunque diga ser fiel a la jerarquía, magisterio, etc…). A veces no es un líder personal, sino un grupo de directores. Puede ser que tengan un voto de secreto (lo llamarán «confidencialidad» o «discreción»). «Si encuentras un liderazgo no transparente de este tipo, no te asombres, y sospecha», dice Longenecker.

3. La crítica y el disentir no están permitidos:

En un grupo sectario se exige lealtad absoluta y acrítica, y quien haga preguntas críticas, exprese un «leal alternativa» o señale problemas, será aislado y etiquetado como «un problemático». Como en el grupo se supone que todo es maravilloso, quien no es capaz de disfrutar y ve problemas es doblemente incómodo. Al disidente le dirán que no es «suficientemente espiritual», o no es «de la élite», y muchas veces puede ser señalado como el culpable de que algo no funcione.

4. Sólo el grupo es «realmente» bueno… y todos los demás «nos persiguen»:

Cuando un grupo es sectario, considera que los de «fuera» son tibios, o están corrompidos, o son directamente el enemigo. En el pensamiento sectario, no vale la pena tender puentes con los demás, pensar que se puede aprender algo de ellos, que es bueno tratar con ellos y hacer cosas juntos… ¡aunque sean cristianos de convicciones similares!

Hay que mantener a «los de fuera» a distancia de los nuestros, para que no «nos debiliten», o contaminen, o «distraigan a nuestra gente». Además, si los demás nos critican es porque nuestro grupo es el único verdaderamente bueno. Los de «fuera» nos envidian, o les molesta nuestra excelencia… o Dios quiere que suframos su incomprensión, como prueba de que hemos sido elegidos.

Así surge un grupo sectario

Longenecker señala que a menudo los grupos con comportamiento sectario no nacen como tales, no tienen un iniciador que buscaba crear una secta. «De forma inconsciente, ciertos individuos empiezan a comportarse de manera sectaria y se apoyan unos a otros.

El líder empieza a crear una atmósfera religiosa tan maravillosa que de hecho no es real, y personas con esa necesidad llegarán al grupo y alimentarán estas llamas», señala el padre Longenecker. Los que sospechan lo que está pasando y tratan de reaccionar serán excluidos o marginalizados.

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Los 5 antídotos contra el sectarismo

1. El sistema parroquial católico: ve a la parroquia que te toca:

Para Longenecker, que ha conocido varias realidades protestantes, el sistema católico de parroquias tiene al menos la ventaja de dificultar el fenómeno sectario porque se espera que el fiel acuda a la parroquia que le toca geográficamente, donde se encontrará con feligreses, catequistas y pastores de lo más variado, y casi nunca «maravillosos».

Es gente reunida porque «les toca», porque viven en esa demarcación. Así es más difícil que un líder intente crear un grupo de perfectos, maravillosos y escogidos… porque está obligado a trabajar con lo que hay allí.

2. El sentido común:

«El sentido común baja las cosas a tierra y pincha el globo de la pomposidad», asegura Longenecker.

3. La libertad para criticar y disentir:

«Un verdadero líder servidor y un verdadero grupo basado en el servicio valorará a todos los miembros y será fuerte para escuchar a las voces críticas. Tratarán la crítica como algo positivo y estarán abiertos a ella, y a los de fuera», resume Longenecker.

4. Confesión y admisión de errores:

En los ambientes católicos, la confesión sacramental es una herramienta eficaz para dificultar varios tipos de dinámicas sectarias. Es más difícil creerse un «elegido perfecto y especial» cuando cada semana o cada mes reconoces tus pecados ante un confesor. El sectario, dice este sacerdote, «nunca será capaz de hacer una verdadera confesión, auténtica, honesta, ni pedirá disculpas». «Si tu líder o tus compañeros son incapaces de decir perdón, lo siento, es que tienes problemas».

5. La humildad: sin ella, la religión no es verdadera:

«Humildad» viene de «humus», tierra. La auténtica religión toca de pies a tierra, es humilde, y también está abierta al «humor», a la risa. Un grupo capaz de reírse de sí mismo, de sus defectos y manías, es más difícil que caiga en lo sectario.

Artículo publicado en Religion en Libertad

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Comentarios
24 comentarios en “¿Cómo saber cuando un grupo cristiano tiene un comportamiento sectario?
  1. ¿Libertad para criticar y disentir…? ¿Confesión y admisión de errores…?

    Del Barça a los focolares, pasando por los scouts o el PP, no hay un solo grupo, religioso o no, que acepte esas dos premisas. Así pues ¿todos son sectarios…?

    Curiosamente, la vida diocesana y parroquial son los lugares donde menos se toleran esas dos premisas. Hasta tal punto es cierto que cada párroco, o cada obispo, se traslada con su propio séquito de palmeros. Cada vez que un nuevo párroco, o un nuevo obispo, toman posesión, de repente aparecen personas totalmente desconocidas en esa parroquia, o diócesis, que copan los puestos de administración y mando.

    A otro nivel, sucede exactamente lo mismo en la Santa Sede. Así, resulta que es maravilloso el ejemplo de Juan Pablo II resistiendo frente a la enfermedad sin abandonar la Silla de Pedro. Pero muerto Juan Pablo II, resulta que es igualmente maravilloso el ejemplo de Benedicto XVI por renunciar a esa misma Silla de Pedro debido a que se siente algo «mayor».

    Es posible que el sectarismo esté en las estructuras. Pero si está en las estructuras es porque antes está en los individuos.

    Los individuos somos sectarios en interés propio. Es un triste reflejo de nuestra naturaleza caída que rechaza el Mandamiento Nuevo.

    Los criterios usados, arrasan con todo. Quizá habría que refinar su descripción un poco más.

  2. Estoy de acuerdo con lo que dice el comentario primero (Cougar).
    Y si el análisis del padre Dwigh es acertado, me hecho a temblar por lo humilde y maravilloso que es el papa Francisco, según opinan algunos Obispos y Monseñores, gentes de Iglesia y aduladores, (es tan humilde que come lo que todos) dijo un Cardenal.
    Los dos periodistas que escribieron el artículo «Este Papa no nos gusta», fueron expedientados y cesados en 24 horas.
    Toma las decisiones colegialmente.. pero impone lo que quiere, (Sandro Magister).
    En fín, para pensar si despues de una vida diciendo lo de las sectas, no acabaremos igual que otros.

  3. Errores del fundador, pero sobre todo errores de la institución: situación jurídica, dirección espiritual, abuso de poder, dineros, faltas de humildad, mentiras al santo padre,….

  4. Es verdad, del Opus se dicen muchas tonterías y calumnias.
    Entonces, muchas mentiras al Santo Padre y mucho decir que hay cosas raras con los dineros, pero el Santo Padre Francisco tiene que poner a curas del Opus a manejar los dineros del Vaticano porque no se fía de los demás.Mucho hablar de que tienen secretismo, y lo que no entiende la gente es que lo que pasa es que están acojonados con los bulos y las calumnias.Pero oye, no se les conoce ni un sólo escándalo cierto, todo son habladurías indemostrables

    1. Siempre ha habido escándalos en la Obra, tampoco seamos ingenuos. Pero también es cierto que el Opus no se anda con cuentos, cuando un miembro se porta mal cortan por lo sano. No olvidemos que es una secta, un grupo cerrado y bien organizado por estratos o niveles, muchos de ellos impenetrables.

  5. Mucho se dice lo de Marqués, pero no se dice que sólo tenía dos sotanas, por lo tanto, que al pobre hombre le hiciera ilusión lo de marqués, ni quita ni pone nada, es una idiotez como otra cualquiera como cualquier idiotez que te pueda hacer ilusión a tí.Lo importante es que no se reflejó en tener Yate.Mucho decir que sus colegios son elitistas, pero no se dice que entre todos los privados, son los baratos. Nunca se dice que el verdadero motivo de que les retiren el concierto económico en sus colegios es porque se niegan a retirar el dogma de la Iglesia en la asignatura de Religión, y que el pretexto es que separan a niños de niñas.

  6. El que este libre de culpa … de esta forma silenció el Señor a todos.
    El Opus no es lo mejor, tampoco lo peor; no coincido con lo que dice sobre que sus colegios son baratos. No lo son, pero esto deviene de la persecución personal del PSOE y en particular de Alfonso Guerra, quien juró que acabaría con ellos. El Opus sigue ahí, y «alfonsito esta hecho un carcamal», ¡¡es que no se enteran!!

  7. Llevo muchos años relacionado con la Obra: sobre 30 de 47 que tengo. Durante ese período he comprobado comportamientos sectarios sólo en algunos iluminados que afortunadamente se han ido quedando por el camino y nunca mejor dicho. Algunos años he estado más separado de la Obra por culpa de estas personas que con su radicalismo violentaban los fundamentos de nuestra común fe. Me fui dando cuenta que radicales sectarios los hay n todas partes. En el fútbol por ejemplo. En las Hermandades. En los partidos políticos de cualquier signo. Son las personas los que para bien o para mal etiquetan especialmente los malos. El reencuentro con la Obra ha sido maravilloso. El carisma de San Josemaría me ha ayudado y me está ayudando a vivir mi fe de una forma más completa. Y no veo radicales ni sectarios en el Opus. Sí los veo en los enemigos de la Iglesia que muerden a todo lo que se menea especialmente si sus principios son firmes y su determinación insobornable y en la Obra hay muchas personas con ese perfil. La mayoría. Su generosidad, paciencia, humildad y amor conmueve a cualquiera que se acerca. Os invito desde el fondo de mi alma a que Is acerquéis sin prejuicios al Opus Dei.

    1. No creo que el problema del Opus Dei actual sea de sectarismo, sino de haber abandonado gran parte de su espíritu fundacional, de gran catequesis, con el entierro de las tres campanadas, si bien el prelado Ocáriz, en su misiva del pasado 7 de marzo, reconoce la actual gravísima crisis de la Iglesia, misiva que, seguramente, no le habrá gustado nada a un Francisco revanchista que, durante su pontificado, le va a negar la ordenación episcopal, cosa que ya ha hecho hasta ahora, a diferencia de Juan Pablo II con los prelados Del Portillo y Echevarría. Por cierto, san Josemaría rehabilitó el marquesado de Peralta con la única finalidad de transmitírselo a su hermano menor Santiago, que no estaba legitimado al efecto, como así hizo. ¿ Tanto cuesta entender esta simpleza ?

      1. Totalmente de acuerdo. Yo también noto que la Obra francisquea y se da más importancia a la pedagogía que a la doctrina, a las formas que al fondo.

      2. Lo del marquesado es una nimiedad («una idiotez» dice Palete), pero es MENTIRA la justificación oficial que dice que rehabilitó el marquesado de Peralta con la única finalidad de transmitírselo a su hermano Santiago «que no estaba legitimado al efecto».

        Santiago Escrivá, sí estaba legitimado para la rehabilitación; le era suficiente el consentimiento de su hermano José María, renunciando al efecto. Todo esto según la legislación entonces vigente sobre rehabilitación de títulos nobiliarios.

        Pero donde la mentira (del Opus oficial) queda patente es en el BOE de 25 de enero de 1968 . En la misma página (1088) donde José María reivindica el título de marqués de Peralta, su hermano Santiago reivindica el título de Barón de San Felipe (o sea que sí «estaba legitimado»). Pero aún hay más; en esa misma página José Antonio de Urbina (segundón) reivindica el título de marqués del Vado (previa renuncia se su hermano mayor Fernando, que era sacerdote)

        1. Pues que todas las mentiras sean como esa, pues el hecho elocuente es que lo transmitió y nunca hizo ostentación de títulos. Es más, incluso bromeaba con lo de fundador, diciendo que sólo conocía uno: el cognac. Te veo, Juanjo, un poco quemao por alguna experiencia que aún no has superado.

  8. Pues yo si creo que hay sectarismo en todos los movimientos religiosos, porque el ser humano tiende a formar grupos compactos. Hoy en día como la familia amplia ha desaparecido y no hay clan o tribu. Par una persona espiritual un buen lugar para encontrarse a gusto es en un movimiento religioso. Yo conozco algo estos movimientos, y no dudo de la espiritualidad de las personas que lo componen que me parece ejemplares pero sí es verdad que se encuentran encantados de conocerse incardinados en ese grupo. Lo malo suele ser cuando se ponen más esperanzas en el grupo que en Jesucristo, y luego vienen las desilusiones.

  9. El punto 4 de sectarismo, si creo que se vive por lo menos en los que escriben comentarios en esta pagina. Asi pues, si defiendes que no estás de acuerdo con alguna crítica hecha al Papa, eres papólatra, no importa lo que defiendas o dejes de defender, está prohibido ver nada bueno, todo es maldad en él. Si por algún acontecimiento o noticia que pasa el grupito este, ve una conspiración, sin realmente comentar y meditar el hecho en si, comentas las bondades o desacuerdos de la noticia en si, sin presumir que hay conspiración, deciden que o eres tonto, o eres ingenuo y no te enteras de nada.
    Esto normalmente surge de una manera autómatica, lo promueve uno y el grupo lo corrobora todo enseguida, como un coro que repite el estribillo esperado.
    En fin, somos humanos, pero es una pena que no utilicemos cada uno nuestra visión personal, que normalmente si fuera meditada, no coincidiria siempre con el grupo, y no nos llevaría a ser gemelos de expresión, a veces de violencia contagiada.

  10. Muy de acuerdo con lo que se dice en este artículo de ReL. Sólo uniría algunos comentarios:

    Entre los síntomas:

    – Estructura institucional piramidal y promoción en la misma, por el Nº de enemigos internos «cazados». Alguna experiencia tengo con esto. Como se trata de darse valor cazando a enemigos, estos se inventan entre quienes son menos allegados al personaje que quiere promocionar.

    Al antídoto «Sistema parroquial católico». Habría que indicar que algunas parroquias se convierten en espacios casi sectarios. Sobre todo cuando no se acepta más que un punto de vista y entendimiento. Hay parroquias «progres» o «tradis» o «friendly» o seguidoras del lider «X, Y o Z», en las que sólo eres aceptado si eres de los «elegidos».

    Propondría otro antídoto:

    – Menos estructura humana y pirámides de mando. Más oración y trascendencia. Cuando el centro es Cristo y la santidad es la única jerarquía aceptable, los «trepa estructuras» escapan rápidamente.

  11. Una pena que que el articulista no haga mención a las tres sectas más poderosas dentro de la Iglesia Católica, aunque guarden escasa, por no decir nula, relación con el catolicismo : la autodenominada mafia de san gallen, que consiguió la anómala y atípica renuncia de Benedicto XVI y la ulterior elección anómala de Francisco, cuya condición de pontífice es harto discutible; la extendidísima mafia de la misericorditis, que pretende vendernos un cielo sin infierno y sin necesidad de conversión, un cielo al que van todos menos los católicos, esa especie tan rígida a extinguir; y la mafia homosexualista legebetera, que quiere legalizar en la Iglesia todos los pecados de la carne, que también son del espíritu, en especial la homosexualidad, la transexualidad y el adulterio, y transformar el sacerdocio en un refugio sodomita a fin de destruirlo. En las tres mafias Francisco resulta implicado, si es que no las encabeza.

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