Este organismo estudiará el papel de las diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia. En su viaje a Armenia, Francisco negó que la creación de esta comisión abriera la puerta a la ordenación de mujeres.
La Santa Sede ha comunicado la creación de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres, que tendrá como objetivo estudiar el papel de las diaconisas en los primeros años de la Iglesia.
En el viaje de regreso de Armenia el pasado 26 de junio, el Papa Francisco aclaró que la creación de la comisión no implicaba que la Iglesia abriese la puerta a la ordenación de mujeres. Es más, el Santo Padre manifestó su enfado por las manipulaciones mediáticas de sus palabras sobre este tema.
El pontífice explicó en su encuentro con los periodistas que en los primeros siglos existían estas mujeres que ayudaban al obispo en el bautismo de las mujeres, en la unción prebautismal de las mujeres, y cuando la mujer iba al obispo porque el marido le pegaba.
La creación de esta comisión fue anunciada por el Papa el pasado 12 de mayo durante una audiencia en el Aula Pablo VI con las religiosas de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) con las que abordó el papel de la mujer al servicio de la Iglesia.
Fueron las religiosas las que propusieron al Santo Padre la creación de una comisión oficial que estudiara la exclusión de las mujeres del diaconado y el papel de las diaconisas en los primeros años de la Iglesia.
Durante la audiencia, Francisco explicó que había comentado con algunos expertos el tema de las diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia, pero que realmente no se sabía cuál era su papel y si habían sido ordenadas.
“¿En cuanto a crear una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión? Creo que sí. Sería hacer el bien de la Iglesia y aclarar este punto. Estoy de acuerdo y hablaré para que se pueda realizar algo así. Acepto la propuesta. Me parece algo útil esta comisión que aclare bien las cosas”, respondió en aquel momento el pontífice.
Ahora esa propuesta se hace realidad tal y como ha anunciado la Santa Sede. La comisión, formada por doce miembros, estará presidida por monseñor Luis Francisco Ladarria Ferrer, arzobispo de Tibica y secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Otros miembros de la comisión son la religiosa Nuria Calduch-Benages, de la Pontificia Comisión Bíblica; la profesora Francesca Cocchini, de la Universidad de «La Sapienza» de Roma; el reverendo Piero Coda, de la Comisión Teológica Internacional, y el docente y sacerdote Robert Dodaro.
También el profesor de la Universidad de Comillas de Madrid, Santiago Madrigal; Mary Melone, rectora de la Pontificia Universidad «Augustinuanum» de Roma; y el profesor emérito de la Universidad de Bonn, Karl-Heinz Menke.
También serán miembros de la comisión el profesor de la Pontificia Universidad Salesiana de Roma, Aimable Musoni; Bernard Pottier, del «Institut d’Etudez Théologiques» de Bruselas; la profesora Marianne Schlosser, de la Universidad de Viena; Michelina Tenace, de la Universidad Gregoriana de Roma y Phyllys Zagano, de la «Hofstra University».
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Me gusta la composición de la comisión, con abundante presencia de mujeres. Sigo desde hace tiempo a Phyllis Zagano, especialmente a través de sus artículos en la revista «America», de los jesuitas de EEUU. Es una gran experta en cristianismo primitivo y, más en concreto, en el papel de la mujer y el diaconado. Y está bien que no haya cardenales, solo expertos.
Rrrr
Habiendo un salesiano yo tranquilo
Me parece un ejercicio inútil, pues ya está bastante estudiado el tema y no es un tema de gran importancia para la Iglesia. Lo que hay en la Iglesia es una participación mucho menor de los hombres que las mujeres en la vida de la Iglesia. El peligro es que los hombres lleguen a pensar la que Iglesia es cosa de mujeres. ¿No sería más sensato y urgente estudiar modos de aumentar la partiicpación de los hombres en la pastoral de la Iglesia. Estoy convencido de que esta comisión no va a encontrar nada nuevo. Es otra ocurrencia del Papa Francisco, como tantas anteriores, como los dos Sínodos, que no han hecho más que sembrar confusión también gracias a Amoris Laetitia que está llena de ambiguedad. ‘¿Para qué gastar tiempo y esfuerzos en tales comisiones cuando la secularización avanza tanto dentro de la misma Iglesia?