Virgen de Laus

|

laus

El 4 de mayo celebramos la festividad de Nuestra Señora de Laus  por ser la fecha en que se reconoció oficialmente, en 2008, el carácter sobrenatural de las apariciones de la Virgen a Benoîte Rencurel, en el Santuario de Laus, en los Alpes franceses. Éstas son las primeras apariciones marianas reconocidas oficialmente en el siglo XXI por el Vaticano.

Las apariciones de Laus se remontan al siglo XVII: durante cuatro meses, cada día, Benoîte llevaba a su rebaño cerca del lugar donde encontró a la «Bella Señora» durante su rezo del rosario. Esta le reveló: «Soy la Señora María, la Madre de Jesús» y la preparó a convertirse en testigo de la gracia de la conversión.

La Virgen María pidió a Benoîte la construcción de una iglesia que atrajera a los cristianos deseosos de vivir un camino de santidad, especialmente a través del sacramento de la reconciliación.

Y así sucedió: desde los orígenes de las peregrinaciones, las curaciones físicas y morales fueron reconocidas en gran número, especialmente por las unciones del aceite de la lámpara del Santuario aplicadas con fe, según el consejo que la Virgen María misma ofreció a Benoîte. Y es que la Virgen anunció  a Benoîte que el aceite de la lámpara de la capilla (que arde ante el Santo Sacramento) obraría curaciones en los enfermos que se lo aplicaran, recurriendo con fe a su intercesión.

María se revela en Laus como reconciliadora y refugio de los pecadores, y nuevamente, a través de su Madre, Cristo nos deja ver su rostro, infinitamente misericordioso.

Una lámpara, un aceite, un milagro… una Madre que nos quiere en definitiva.

La historia de nuestra Señora de Laus no es otra que la historia de nuestra Madre: una Madre intercesora, mediadora entre Dios y los hombres, que no abandona nunca a sus hijos y les concede gracias abundantes para ayudarles en su camino al cielo.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
3 comentarios en “Virgen de Laus
  1. Comentar y agradecer: a dos personas que han colaborado con su ayuda, a Elisa Isabel para tenga medio de transporte, al Centro para personas, discapacitadas, en otra localidad, agradecer a la Virgen María del Rosario, que en ella hemos puesto nuestra fe, a Jesús de la Divina Misericordia en nuestra novena realizada a él, a todos vosotros hermanos en la fe, por haberos cansado cada día, con nuestra solicitud desesperada, y algo muy bonito sucedió, que un hermano que colaboro con nosotros se acercó al Centro de día invitado por nosotros para que nos conociera, y conociera el entorno; entro dentro del Centro y conoció a Elisa Isabel Discapacitada, en un 86%, junto a otros discapacitados que allí estaban, el disfruto, y sintió como que se le saltaban las lágrimas, de ver quizás lo nunca visto, y besar y tocar a Elisa Isabel, y otros discapacitados junto a ella, el me comento que nunca lo envidara se llama Antonio, se llevó nuestro recuerdo y nosotros el de él, Para siempre. Amen. Hermanos

  2. Gracias a Dios, que nos dió la más hermosa herencia. Nos entregó a Su propia Madre al morir en la Cruz, ahí en ese momento, hubo ése cambio tan enorme, tan gigantesco.
    Cuando le dijo : Madre, he ahí a tu hijo…. pobrecita Virgen María, ése trueque debió dolerle, pero como Ella se nombra Esclava de Señor, le obedece, con el mejor de los esmeros, y así podemos decir:
    Madre de Dios y madre nuestra, ruega por nosotros, los pecadores , ahora y en la hora, de nuestra muerte, Amén.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles