León XIV: Dios guía la historia

León XIV: Dios guía la historia

Han pasado días intensos en Roma. El cónclave ha hablado y la Iglesia tiene un nuevo Papa: el cardenal Robert Prevost ha sido elegido Sumo Pontífice y ha tomado el nombre de León XIV.

En estas páginas hemos sido muy duros con el entonces cardenal Prevost por cuestiones de gobierno relacionadas con el manejo de situaciones de abusos, pero hoy es el Papa de la Iglesia Católica. Hoy el cardenal Prevost ha dejado de ser solo un cardenal, prefecto de dicasterio. Hoy es el Papa, el sucesor de Pedro, el Vicario de Cristo, el Siervo de los Siervos de Dios. Y a él, como hijos de la Iglesia, debemos amor filial, respeto y oración.

Vemos signos de esperanza. Sobre todo, la homilía pronunciada hoy por León XIV ante los cardenales, centrada enteramente en Cristo, en su Señorío, en la centralidad de la Cruz, ha dejado una semilla de esperanza en muchos corazones. Además, el aplauso del cardenal Robert Sarah, referencia espiritual para tantos católicos en todo el mundo, es un gesto que no puede ignorarse.

Tenemos los ojos abiertos y la mente despierta para recibir del Papa León XIV lo que Dios quiera regalarnos a través de su ministerio. Sabemos que Dios guía la historia, que la barca de Pedro no es nuestra y que no somos nosotros los que llevamos el timón. Hay un Dios, y no somos nosotros.

Que el Señor bendiga a León XIV. Que lo fortalezca, lo ilumine y lo conduzca en la difícil misión que ha recibido. Y que a nosotros nos dé la gracia de reconocer en él al Pastor que Cristo ha puesto para apacentar a su Iglesia y confirmarnos en la fe.

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