Dia triste en el aula del Sínodo

Dia triste en el aula del Sínodo

El día de hoy ha vuelto a ser triste. Comprobar el escasísimo nivel de los padres sinodales y ver cómo aplauden entusiasmados intervenciones tan pobres y poco católicas como la de Erwin Kräutler, el que se ha llevado la mayor ovación, está entristeciendo a los pocos sacerdotes y obispos católicos que quedan ya en esa sala mancillada por el nuevo paganismo venido del Amazonas con dinero e ideas alemanas.

Parece que el episcopado brasileño ha llegado al Sínodo con los deberes hechos, y todos responden a la consigna e introducen los ‘viri probati’, ese nuevo bálsamo de fierabrás, en sus intervenciones.

¿Que si hay padres sinodales que respondan a las salidas de tono? Pocos. Fuera de cámara muchos, pero como pasa siempre, son muchos los que murmuran y pocos los que dan la cara. O, dicho de otra forma, son muchos los ********** (usted sabe que me refiero a usted, excelencia) y pocos los Viganós.

Sí ha habido algunos cardenales curiales que han manifestado sus reservas a la ordenación de hombres casados: Filoni, Ouellet, Piacenza, Ladaria o Sarah. Stella por su parte ha propuesto la celebración de un sínodo específico para este tema.