A pesar de que la OMS ha declarado «el fin de la pandemia» del Covid-19, el arzobispo de Chieti-Vasto, Bruno Forte, mantiene severas restricciones a la hora de comulgar en su diócesis.
El blog Messa in Latino ha tenido acceso a una circular del arzobispo italiano del pasado 20 de abril. La nota iba firmada por Fabio Iarlori, Vicario Episcopal para los religiosos y persona de contacto para el área sacerdotal (liturgia y sacramentos) de la Archidiócesis de Chieti-Vasto.
Según el blog citado, la nota fue enviada a los sacerdotes por mensaje en su teléfono móvil en la que se informó que «actualizando las normas anti-Covid vigentes, el Monseñor considera oportuno que debido a la situación actual, en nuestra Arquidiócesis se siguen manteniendo las siguientes prácticas: La comunión eucarística se distribuye exclusivamente en las manos y no echar agua bendita en las pilas». A estas alturas, la archidiócesis italiana niega la comunión en la boca a los fieles y les priva del acceso al agua bendita.
Al no encontrar este documento publicado en el sitio institucional de la Arquidiócesis, Messa in Latino solicitó confirmación por correo electrónico directamente a la Secretaría del Arzobispado, que respondió: «confirmamos que la declaración es verdadera y que fue enviada a todos los sacerdotes hace algunas semanas en a instancias de nuestro Arzobispo».
Esta medida sorprende en Bruno Forte, quien hace unos meses fue víctima del ataque de la masonería italiana. El 7 de febrero, Forte envió una carta pública en la que presentó a la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) el documento de 1983 sobre la Masonería. Forte afirmó que: “la condena de la masonería se mantiene sin cambios; segundo, los católicos que pertenecen a una logia están en estado de pecado grave y no pueden comulgar; tercero, no se permiten excepciones”.
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