El ex profesor del colegio Gaztelueta, numerario del Opus Dei, insiste en defender su inocencia.
José María Martínez fue condenado a 11 años de prisión aunque posteriormente el Tribunal Supremo rebajó la pena a dos años. Este mismo año, el Tribunal Constitucional desestimo el recurso de amparo presentado por el profesor. Una sentencia en donde primó la versión del denunciante por encima de las pruebas.
Ahora, el Papa Francisco influido por Omella y Arana decide reabrir el caso, por la vía canónica, lo cual parece llamativo ya que no es propio abrir causas judiciales por la vía canónica contra un laico. Tal y como establece el Canon 1395 § 2: «El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencias o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera». Esto da pie a que no se entienda bien el trasfondo de la decisión papal.
En un comunicado difundido por el profesor, afirma que «he tenido conocimiento de que se va a iniciar, por parte de la Iglesia, un proceso canónico para juzgar lo ocurrido en el llamado ‘caso Gaztelueta’. No alcanzo a entender cómo se puede iniciar tal proceso a un laico, pero tengo la disposición de colaborar con las instancias competentes. No dejaré de reiterar mi inocencia si desean escucharme».
José María Martínez dice estar «disponible para recibir alguna comunicación oficial que me informe del proceso y sus garantías» y denuncia que lleva «padeciendo más de diez años de angustia y sufrimientos injustos –en los que ha habido diversas investigaciones, también por parte de la Iglesia–, en un caso extremadamente mediatizado, otra vez, y que ha distorsionado la realidad», zanja el profesor.
Francisco reabre el «Caso Gaztelueta» y monta un tribunal canónico