El Arzobispado de Sevilla ha manifestado su absoluto respeto a la Ley de Memoria Histórica por la polémica que se ha generado en torno a los restos del General Queipo de Llano, enterrados en la Basílica de la Macarena. Esta es la cronología de los hechos.
Queipo de Llano, el militar que acabó con la Guerra en Sevilla
En 1951, cuando el general Queipo de Llano falleció, la Macarena decidió otorgarle un sitio de honor en la recién estrenada basílica. Lo hizo en agradecimiento a los múltiples logros que la popular hermandad sevillana había conseguido a través de la ayuda prestada por el militar golpista. Sin embargo, por aquel entonces, no se podrían ni imaginar los quebraderos de cabeza que, décadas más tarde, les iba a acarrear éste enterramiento.
Gonzalo Queipo de Llano, popularmente conocido por ser quien frenó la Guerra Civil en Sevilla, promovió múltiples acciones en favor de la Iglesia. Entre ellas, la construcción de templos como el de San Gonzalo, o Santa Genoveva. Fue un macareno confeso y alcanzó el título de «Hermano Mayor Honorario», numerosas veces insistió en que quería que sus restos depositaran cerca de la Virgen de la Esperanza. Y así fue, en el clamor de multitudes que supuso su funeral a principios de la década de los 50. La capital de Andalucía lo despidió como a un hijo predilecto.
La llegada de la Ley de Memoria Histórica
Pero con el paso de los años y el fin de la dictadura, la figura de Queipo se fue deteriorando. Muchos le acusaron de ser uno de los gobernantes más represivos al término de la guerra y con la llegada de la polémica Ley de Memoria Histórica, como era de esperar, sus restos mortales no han dejado de estar en el ojo del huracán.
Esta semana se ha agudizado el asunto después de que El País diese una información falsa en la que, supuestamente, el Hermano Mayor de la Macarena afirmaba la posición favorable de la Hermandad para el traslado de los restos mortales. Días más tarde, en un comunicado oficial, la Macarena desmentía al diario de tirada nacional asegurando que Fernandez Cabrero (El Hermano Mayor) había afirmado que no se descartaba la exhumación de los cuerpos de Queipo y su mujer, pero para trasladarlos a un columbario que está previsto que se construya dentro del mismo recinto.
Acciones legales contra la Hermandad, el Arzobispado y la Junta
Aún así, la entidad Organizaciones Republicanas ‘Andalucía Republicana’ anunció ayer miércoles el inicio de acciones legales contra la junta de gobierno de la Hermandad y el Arzobispado de Sevilla por «incumplir» la citada Ley. Es más, también se querellarán con la Junta de Andalucía por no forzar el cumplimiento de la normativa. Además se han llevado a cabo numerosas protestas públicas frente a la basílica de la calle Hermanos Bequer y frente al palacio arzobispal, en la plaza Virgen de los Reyes.
Por ello, la Archidiócesis, a través de Europa Press ha querido mostrar su respeto hacia la legalidad y las decisiones que se tomen en torno a esta cuestión. Fuentes del Arzobispado, dirigido por Juan José Asenjo, han confirmado que se mantendrán al margen con el traslado de los restos, respetando así tanto la Ley de Memoria Histórica como las decisiones de la Hermandad.
El Comunicado de la Macarena
En el comunicado citado anteriormente, la Hermandad reiteró su compromiso a cumplir la legalidad vigente, «el único punto de partida para cualquiera de sus actuaciones». Además aseguró no haber tomado todavía ninguna decisión sobre el enterramiento de Queipo, ya que aún no se ha decidido cuándo comenzarán las obras para la construcción del columbario ni se ha llegado a un acuerdo con los familiares del fallecido.
Todo esto se produce en clímax paralelo de tensión entre Madrid y Sevilla, ya que en la capital de España se cuentan los días para que los restos de Francisco Franco sean retirados del Valle de los Caídos, en contra de la voluntad de los nietos y con el beneplácito del cardenal Osoro. De hecho, la postura de la Iglesia local en ambos casos es, cuanto menos, parecida.
Los acuerdos entre el Estado español y la Iglesia
Cabe recordar que tanto el Valle como la Macarena son lugares de culto y desde el año 1979, cuando se firman los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede, han de ser respetados por su inviolabilidad. Así lo especifican los puntos 5 y 6 del Artículo 1, que dicen lo siguiente:
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5. “Los lugares de culto tienen garantizada su inviolabilidad con arreglo a las Leyes.No podrán ser demolidos sin ser previamente privados de su carácter sagrado. En caso de su expropiación forzosa será antes oída la Autoridad Eclesiástica competente”.
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6. “El Estado respeta y protege la inviolabilidad de los archivos, registros y demás documentos pertenecientes a la Conferencia Episcopal Española, a las Curias Episcopales, a las Curias de 1os Superiores Mayores de las Órdenes y Congregaciones religiosas, a las Parroquias y a otras Instituciones y Entidades eclesiásticas”.
Por lo tanto, la Iglesia podría jugar una baza fundamental para que los cuerpos de Francisco Franco y Queipo de Llano permanezcan en sus tumbas y sean respetados. Aunque todo apunta a que, con su papel neutral, favorecerá a que se cumpla la petición y voluntad de la izquierda española más radical y revanchista.