En una carta pastoral dirigida a la comunidad diocesana, el Obispo de Ourense Leonardo Lemos ha expresado su júbilo por el anuncio de la próxima canonización del Beato Juan Jacobo Fernández. Este evento coincidirá con el Año Jubilar 2025 y se enmarca en un momento de especial complejidad social y eclesial, según destaca el obispo.
Ayer 25 de julio, festividad de Santiago, se conmemoró el aniversario número 216 del nacimiento del Beato Juan Jacobo Fernández, un mártir nacido en Moire, en la parroquia de Santa María de Carballeda. La noticia de su canonización, junto con la de los otros “Mártires de Damasco”, fue recibida con alegría profunda por el prelado, quien subraya la importancia de este acontecimiento para la comunidad de Ourense. “Esta noticia nos llega cuando estamos viviendo una situación especialmente compleja en el mundo y en la sociedad en la que vivimos, y, además, estamos experimentando, aunque no nos demos cuenta, una fuerte crisis de santidad dentro de la Iglesia”, afirmó el obispo en su mensaje.
El obispo también aprovechó para reflexionar sobre la importancia de la santidad en la vida cotidiana, instando a los fieles a “no amoldarnos a los viejos criterios y aspiraciones que en ocasiones son consecuencia de nuestra ignorancia”, citando la exhortación del apóstol Pedro. Resaltó que la santidad no requiere actos espectaculares, sino la vivencia extraordinaria de las tareas diarias, sostenidos siempre por la gracia de Dios.
Además de la carta pastoral, se están organizando una serie de actividades para conmemorar y recuperar la memoria del Beato Juan Jacobo Fernández, en colaboración con la Provincia de Santiago de los Padres Franciscanos. El obispo subrayó la relevancia de este testimonio en una sociedad que, según sus palabras, está «transida toda ella por modas neopaganas e impregnada de un fuerte relativismo religioso».
La canonización del Beato Juan Jacobo Fernández, junto con la de otros mártires, será un momento clave para la diócesis, que busca renovar su compromiso evangelizador. “Que el Beato Juan Jacobo, mártir, nos ayude a cada uno de nosotros a revitalizar la llamada que la Iglesia, a través del Sínodo Diocesano, nos ha pedido que seamos testigos-misioneros”, concluyó el obispo, invitando a los fieles a seguir su ejemplo de vida y fe.