El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha confesado que ha iniciado los trámites pertinentes para solicitar a Roma la ayuda de un obispo coadjutor que le ayude con el gobierno de la diócesis.
Aunque aún le falta más de un año para que tenga que presentar la renuncia (deberá hacerlo en febrero del 2025), Demetrio Fernández ha pedido oficialmente al Vaticano que adelante la designación de su sucesor como prelado de la diócesis en la forma de un obispo coadjutor que le ayude y con el que conviva en el último o últimos años de su mandato, momento en el que se encuentra.
Al parecer, el obispo de Córdoba ha pedido una «persona que me ayude en este tiempo que queda; lo que le he pedido al Papa es una ayuda», ha dicho a ABC Demetrio Fernández.
Según el citado medio, esta petición se ha registrado ya oficialmente ante la Nunciatura y monseñor Demetrio Fernández lo está comunicando en estos días a los sacerdotes de las diferentes vicarías en retiros que está manteniendo con ellos. El obispo no padece enfermedades graves, pero sí algunos achaques de la edad que van creando pequeñas limitaciones en la movilidad. Ello también ha motivado esta solicitud.
Demetrio Fernández, quien pastorea la diócesis de Córdoba desde marzo de 2010 tras sustituir a Juan José Asenjo, ha pedido al Vaticano que le ponga un obispo coadjutor para que le acompañe de cerca durante esta recta final de mandato episcopal. Ahora, queda en manos del Santo Padre aceptar o no dicha petición.
Cabe señalar que hace unos meses, Demetrio Fernández ‘perdió’ a su mano derecha Antonio Prieto Lucena que fue nombrado obispo de Alcalá de Henares. Todo apunta a que el coadjutor -si se lo conceden- será de la cuerda de don Demetrio para garantizar que la diócesis de Córdoba siga en la buena senda doctrinal y vocacional.