Un grupo australiano de derechos homosexuales se presentó en la iglesia de Sidney donde se celebraba el funeral del cardenal George Pell con una bandera arcoiris para protestar, no sabemos si por su muerte o por su absolución.
Ni después de muerto cesa la persecución del cardenal George Pell, recientemente fallecido tras una operación en Roma. A sus enemigos no les ha bastado que el prelado tuviera que pasar más de un año en prisión, inverosímilmente condenado por uno de los delitos más infamantes, el abuso de menores, del que finalmente se vio absuelto por el Tribunal Supremo.
El grupo de derechos de los homosexuales con sede en Sydney Community Action for Rainbow Rights se presentó con la consabida bandera arcoiris a la puerta de la iglesia donde se celebraba su funeral, no se sabe bien para qué ni qué más castigo querrían infligirle al cardenal.
Mientras, en el interior de la catedral, cientos de personas se reunían para dar al prelado un último adiós rodeados de una imponente presencia policial.
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