El cardenal Cupich se dirige a la Convención Demócrata ignorando a los abortistas en las puertas

El cardenal Cupich se dirige a la Convención Demócrata ignorando a los abortistas en las puertas

El cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, se dirigió a los asistentes a la Convención Nacional Demócrata reunida en su sede, sin la menor referencia al autobús de Planned Parenthood que ofrecía abortos gratis en la puerta, sin citar una sola vez a Jesucristo y escondiendo su cruz pectoral.

De la desastrosa convención demócrata en Chicago que ha consagrado la candidatura de Kamala Harris, votada por nadie, se pueden destacar muchos detalles deplorables, desde los discursos extremistas hasta la presencia en el recinto de un autobús de Planned Parenthood que ofrece abortos y vasectomías gratis, en un paradójico furor por dejar a los votantes sin descendencia. Pero quizá el detalle más triste lo aportara la asistencia del arzobispo de Chicago, Blase Cupich, elevado al cardenalato por Francisco.

Cupich, en vez de aprovechar tan magnífica ocasión para dar testimonio y recordar los principios esenciales de la doctrina, desde el derecho a la vida del niño concebido hasta la muerte natural, los derechos y deberes de los padres hacia sus hijos y la condena de la ideología de género, prefirió despotricar sobre nada, incluso avergonzándose de Jesucristo y de la cruz.

Cupich se limitó a pedir ayuda a Dios para «comprender y responder verdaderamente al llamado sagrado de la ciudadanía», erradicando «las injusticias continuas en nuestra vida nacional, especialmente aquellas creadas por la ceguera moral y el miedo a los demás».

El discurso de Cupich se destacó por su silencio frente a una sala llena de fanáticos del aborto apoyados, explícita y masivamente, por la multinacional abortista Planned Parenthood. Hizo referencia a «soñar sueños y ver visiones», y nos preguntamos si esos sueños son los de un mundo liderado por Kamala Harris en el que el aborto hasta el nacimiento es un asesinato legalizado y gratuito de inocentes.