Que la jerarquía está haciendo denodados esfuerzos por complacer al lobby lavanda no es precisamente noticia de última hora, bordeando incluso el rechazo frontal a la doctrina perenne de la Iglesia en este sentido, como se hizo con Fiducia supplicans. Y el peso de los cardenales complacientes con el lobby podría ser determinante para elegir al próximo Papa. La Nuova Bussola Quotidiana repasa el nombre de los más conspicuos.
La sodomía está pasando en unos años de ser uno de los pecados que claman la ira de Dios a convertirse en una relación con “aspectos positivos” aunque “menos perfecta” que la conyugal heterosexual. Y, después de nueve consistorios en once años, entre las nuevas remesas de cardenales nombrados por Francisco abundan los que muestran una especial sensibilidad hacia esos grupos.
Conocidas son las proclividades de los cardenales más progresistas, como los norteamericanos Blase Cupich, Robert McElroy o Joseph Tobin, el alemán Reinhard Marx, el luxemburgués Jean-Claude Hollerich y el austriaco Christoph Schönborn. Pero hay otros que se mueven bajo el radar, aunque su voto en el cónclave valdrá tanto como el de cualquiera.
De hecho, fuera de África, con su rebelión colectiva contra Fiducia supplicans, también entre los cardenales de las ‘periferias’ abundan los cardenales aquiesceintes con el mundo LGBT. Uno de los más activos es el indio Anthony Poola, responsable de la HASSS (Sociedad de Servicios Sociales de la Archidiócesis de Hyderabad) en su diócesis, que cuenta con un programa ad hoc para el “empoderamiento” de transexuales. Las iniciativas de la archidiócesis en este campo cuentan con el apoyo de Misereor, la organización de cooperación internacional de la Conferencia Episcopal Alemana, cuenta La Bussola. La HASSS también ha organizado celebraciones navideñas inclusivas y un Día de la Mujer dedicado a la comunidad transexual en los que ha participado Poola.
En Filipinas, el actual arzobispo metropolitano de Manila, José Fuerte Advíncula, aprovechó el Jueves Santo de 2023 decidió lavar los pies a Ryan Borja Capitulo, elegido precisamente como representante de la comunidad LGBT.
En el Pacífico, el obispo de Tonga, Soane Patita Paini Mafi, es amigo de la Tonga Leitis’ Association, la única asociación pro derechos LGBT de la Polinesia. El 6 de diciembre de 2016, Mafi fue ponente en el congreso nacional de la asociación y felicitó a los activistas del arco iris por su debate abierto con los líderes religiosos. En los últimos años, Mafi ha seguido asistiendo a las conferencias de la asociación y en diciembre de 2020 celebró una misa en la basílica de San Antonio de Padua para la comunidad trans local, dejándose retratar junto a activistas que exhibían símbolos del arco iris.
Brasil, el país con más católicos del mundo -aunque en rapidísimo declive- también encontramos electores pro LGBT , como Sérgio da Rocha, arzobispo metropolitano de San Salvador de Bahía, quien, al celebrar una misa ad hoc por las víctimas de la transfobia el 21 de mayo de 2021, aceptó una petición del Centro de Incidencia y Defensa de los Derechos LGBT del Estado de Bahía y consintió que una dragqueen cantara el Ave María al final de la liturgia. También en Brasil, el cardenal obispo de Manaos Leonardo Ulrich Steiner, ya se ha declarado a favor de la legalización de las uniones homosexuales.
El quórum mayoritario de dos tercios, restablecido por Benedicto XVI, exigirá a los cardenales que quieran influir que sigan la invitación evangélica a ser “prudentes como serpientes y sencillos como palomas” confiando en que, como recordó Ratzinger en su última audiencia general, “la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya, y el Señor no deja que se hunda”.