Para el presidente de la conferencia episcopal alemana, Georg Bätzing, lo más destacable de esta primera fase del sínodo, que describe como “un gran paso para la Iglesia universal”, es el deseo de una profunda revisión de la ética sexual católica.
En una conferencia de prensa en Roma el domingo por la mañana, Bätzing declaró que «cuando el Sínodo dice que las formulaciones anteriores de la enseñanza de la Iglesia sobre el ser humano ya no son suficientes y que en este punto se avanza, también con el apoyo de la ciencia, eso es un gran paso adelante».
El obispo de Limburgo destacó que «una abrumadora mayoría de la iglesia mundial ha elegido esta formulación y la ha adoptado como propia. Este es un gran paso para la iglesia mundial».
La víspera, el Sínodo Mundial, que se reunió en Roma durante cuatro semanas, había decidido en su sesión final un texto en el que los 350 sínodos de todos los continentes afirmaban: «Algunos temas, por ejemplo en relación con la identidad de género o la orientación sexual ( …) también son controvertidos en la iglesia porque plantean nuevas preguntas.»
Luego, el texto afirma: «A veces las categorías antropológicas existentes no son suficientes para comprender la complejidad de lo que emerge de la experiencia o de la ciencia, y por lo tanto esto requiere mayor investigación. Debemos tomarnos el tiempo necesario para ello. Reflexionar y aplicar lo mejor de nosotros. darle fuerza y no caer en juicios simplistas que lastimen a las personas o dañen el cuerpo de la iglesia».