Religión Digital ataca al sacerdote Jesús Silva a cuenta de las vacunas

Religión Digital ataca al sacerdote Jesús Silva a cuenta de las vacunas

“Es uno de los curas más polémicos de Madrid. Defensor de las esencias…rancias y azote de progres. Va de listo y se lo cree. Y presume de negacionista. Una joyita, que tiene claque y se ríe del Papa y de su obispo”.

Esta frase la ha escrito José Manuel Vidal ― habla de esencias rancias el que vive en los años sesenta―, director de esa página web que, siendo completamente heterodoxa, y nido de los progresistas más dañinos, goza de las simpatías ―o peor, de la cobarde complicidad― de parte de nuestro episcopado.

¿Y a quién se refiere el machacón de Vidal?: a Jesús Silva, un sacerdote de la diócesis de Madrid; y, a juzgar por el contenido del ‘tuit’, y si estuvisteis atentos a lo que escribí hace unos días, esto sólo puede indicar que se trata, con alta probabilidad, de un buen sacerdote.

Vidal, en su exabrupto, enlaza un artículo que su pupilo Jesús Bastante dedica al sacerdote madrileño. ¿El pecado del párroco?: sus opiniones sobre las vacunas contra el coronavirus, de las que nos hicimos eco en un artículo que publicamos ayer.

Evidentemente, que el sacerdote critique las vacunas o, más bien, muestre sus dudas y reticencias a vacunarse, algo ―difícil decirlo en estos tiempos― completamente legítimo, es una mera excusa. Jesús Silva es uno de los exponentes de una generación de sacerdotes jóvenes españoles que son fieles al magisterio de la Iglesia, algo que a Vidal parece le produce sarpullidos.

Además, Silva es uno de los clérigos españoles más conocidos en las redes sociales; de hecho, en Twitter, tiene 27.000 seguidores más que el propio Vidal; o 6.000 más que su página infame. Parece que estos nostálgicos de épocas pretéritas ―sí, el desenfreno inmediatamente posconciliar ya queda lejos― no puedan soportar que las nuevas generaciones no sean como ellos.

«Es uno de los ‘azotes’ de sacerdotes y religiosos que proponen una Iglesia abierta, cercana, sinodal, como Daniel Pajuelo, Xiskya Valladares, sor Lucía Caram o el padre Damián», escribe Bastante. «Y, ahora, se posiciona claramente dentro de los ‘antivacunas’, en contra del criterio de su obispo (Carlos Osoro), del episcopado español en su conjunto y, por si cupiera alguna duda, del mismo Papa Francisco».

Vaya, resulta que estos portavoces del progresismo que, no pocas veces, se han mofado de la Tradición de la Iglesia y su Magisterio, que decían en épocas anteriores a Francisco que no había que estar mirando contínuamente a Roma, se lanzan sobre un sacerdote porque opina diferente a su obispo o al Papa en una cuestión médica. Repito, médica.

«Comunión no es la tortícolis que se genera de tanto mirar a Roma», leíamos en Religión Digital no hace tanto tiempo. «Comunión no es el silencio del cadáver, el no hablar por prudencia, el sentir en la garganta las telarañas de no poder expresarte porque te señalan diciendo que no “estás en comunión” y te complican la vida con aviesas formas de “estalinismo”», continuaba el artículo que he cogido al azar, de 2007.

«Comunión no es decir que sí a todas las barbaridades que “in crescendo” va diciendo Cañizares desde su prelacía toledana o Rouco desde su asentado respaldo romano ni las excentridades de Martínez Camino las muchas barbaridades que se dicen y cuentan en una sociedad que había olvidado ya el lenguaje “soez”” de los obispos que llaman “malos” a los frailes” porque ejercen la libertad de los hijos de Dios y porque no se someten a esta dictadura del absolutismo en la que “LÉgliese cest moi” como el Estado era para el Rey Sol».

Pues, los que escribían eso, ahora pretenden que los sacerdotes estén de acuerdo con el Sumo Pontífice o con su obispo hasta cuando hablan de vacunas. Y, esto último, va también por el bueno de Silva. Ayer por la noche, ante la repercusión que tuvieron sus afirmaciones y como las presentamos en InfoVaticana -antes de exponer las razones del sacerdote para no vacunarse dijimos que el Papa había abogado por la vacunación y que la había llamado un acto de amor- Silva puso el siguiente ‘tuit’:

«Diversos medios se están haciendo eco de mis razones para no vacunarme. Ninguno de ellos me ha pedido permiso. No tienen por qué hacerlo, pues es información pública. Pero no os fiéis del contexto en que la sitúan. Profeso de corazón mi adhesión y amor filial al santo Padre».

«No os fiéis del contexto en que la sitúan», cómo si hubieramos colocado una frase del Pontífice hablando de algo completamente distinto. «Profeso de corazón mi adhesión y amor filial al santo Padre»; por favor, nadie lo duda. Lo que los católicos tenemos que entender es que se puede tener amor filial al Santo Padre y opinar distinto a él en… yo qué sé, vacunas.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando