Me llama un buen amigo, lontano en distancia y cercano en principios, para avisarme de que «ha notado una discrepancia (leve pero podría ser importante) entre el texto de la entrevista a don Mariano Fazio reproducido en Infovaticana y el texto disponible en La Nación.»
Y se pregunta…
«¿Podrían haberlo retocado aquí?»
No lo sé, pero es sumamente sorprendente. Fíjense en la entrevista de Elisabetta Piqué a Fazio:
Y bajen hasta esta pregunta:
-¿Cómo ve el Opus Dei la apertura a los divorciados vueltos a casar?
-El Opus Dei, como todos los católicos, siempre está con el Papa, es una tradición continua en la historia de la obra que hemos aprendido de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Siempre estaremos con el Papa. Francisco ha reafirmado que la doctrina no cambia, pero urge a mejorar la atención de estos hermanos y hermanas, a los que es preciso acompañar con una mirada más cercana, de acogida y discernimiento, que les facilite superar esas situaciones, con la gracia de Dios».
Nuestra corresponsal Cristina Márquez recortó la entrevista 24 horas después de su publicación, y la pueden ver aquí:
Y la entrevista, a partir de esa pregunta, continúa:
-¿Cómo ve el Opus Dei la apertura que hay en el capítulo ocho de AL a los divorciados vueltos a casar, que tánto revuelo ha generado en los sectores conservadores?
-El Opus Dei, como todos los católicos, siempre está con el Papa, es una tradición continua en la historia de la obra que lo hemos aprendido de San Josémaría Escrivá de Balaguer, que decía que hay que estar con el Papa quien quiera que sea. Siempre estaremos con el Papa. En lo que se refiere a AL el prelado (monseñor Fernando Ocáriz) ha escrito: “Pensad también, con corazón grande, cómo ayudar a quienes se encuentran en las así llamadas “situaciones irregulares”. El Papa Francisco ha reafirmado que la doctrina no cambia, pero urge a mejorar la atención de estos hermanos y hermanas, a los que es preciso acompañar con una mirada más cercana, de acogida y discernimiento, que les facilite superar esas situaciones, con la gracia de Dios”.
Además, aparecen otras preguntas, que han «volado» del enlace original.
-Algunos, en el Vaticano, dicen que el Opus Dei tiene una visión de Iglesia distinta a la del Papa…
-Usted lo conoce a Jorge Bergoglio desde la Conferencia de Aparecida (2007) y estamos en el quinto año de pontificado: ¿cuáles fueron para usted los aportes del Papa a la Iglesia?
-¿Cómo es la situación interna del Opus Dei con el nuevo prelado y usted como el número dos?
¿Qué ha ocurrido? Sabemos que a muchos miembros del Opus Dei les sentó sumamente mal la entrevista de D. Mariano pero no precisamente esa parte, sino aquella en la que hace un duro juicio público sobre hijos suyos, y les acusa de algo tan terrible como «escandalizar a toda la Iglesia». Sin embargo en los cambios lo que aparecía primero como una cita del Prelado Ocáriz figura ahora como la opinión personal del Vicario General, Fazio. Misterios…
Lo que es cierto es que generalmente dentro del Opus Dei, cualquier idea que no coincida con la oficial, es tachada automáticamente contra ataque a la unidad. Les convendría profundizar en la famosa frase de San Agustín: «En lo esencial unidad, en lo dudoso libertad, en todo caridad»
Manteniendo la coherencia con el auténtico tomismo, monseñor Fernando Ocáriz, actual prelado del Opus Dei, con motivo de un encuentro en conmemoración de los veinte años de la proclamación de la Humanae Vitae, recordaba que «la existencia de normas particulares de moral natural, que tienen un valor universal e incondicional, corresponde a la doctrina católica, y es una verdad de fe» (Humanae Vitae 20 anni dopo, Edizioni Ares, Milano 1989, p. 129). Entre ellas están la prohibición de la contracepción y la del adulterio. ¿Ha cambiado o va a cambiar la enseñanza en las universidades de la Santa Cruz y la de Navarra, convocantes del encuentro junto con el Instituto Juan Pablo II? Hay motivos para preguntárselo a raíz de la entrevista publicada el 30 de septiembre en Infovaticana.com, en la que el actual vicario del Opus Dei Mariano Fazio, censura a otros miembros de la prelatura que han firmado la Correctio, acusándolos de «escandalizar a toda la Iglesia». La entrevista es curiosa: ni los obispos argentinos ni los de Malta, que autorizan el adulterio en sus diócesis, son culpables de escandalizar a la Iglesia, y en cambio lo es quien protesta contra tales escandalos. Según Fazio, al Papa se lo puede criticar, pero eso sí, en círculos privados, nunca públicamente. En medio de la avalancha de comentarios antagónicos que ha inundado el blog de Infovaticana, hay uno que resulta lapidario: «¿Y San Pablo?» ¿No fue precisamente San Pablo quien corrigió públicamente a San Pedro (Gál. 2, 7-14)? La franqueza apostólica de San Pablo y la humildad del príncipe de los apóstoles, San Pedro, constituyen desde entonces el modelo de la justa relación entre quien ejerce la autoridad y quien la obedece filial pero no acríticamente.
Mientras no desentierren las tres campanadas del fundador el Opus Dei va irremisiblemente al cementerio. Las tres campanadas suenan todavía en el oido de muchos. Las tres campanadas van a enterrar al Opus Dei, que ya no habla de crisis en la Iglesia, a diferencia de Benedicto XVI, quien va a la raíz, en sintonía con las tres campanadas :
EN UN PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN RUSO DE SU LIBRO «TEOLOGIA DE LA LITURGIA»
Bendedicto XVI asegura que el «oscurecimiento» de Dios en la liturgia es la raíz de la actual crisis en la Iglesia
Benedicto XVI, papa emérito, ha escrito un prólogo a la edición en ruso de su libro «Teología de la liturgia», en el que asegura que la raíz de la crisis actual en la Iglesia tiene su fuente en un malentendido de la reforma litúrgica.
5/10/17 8:05 PM
(NCRegister/InfoCatólica) El papa emérito Benedicto XVI ha lamentado el «oscurecimiento» de Dios en la liturgia, lo que, según él, es la raíz de la crisis actual en la Iglesia.
En el prefacio a una nueva edición rusa de su libro Teología de la Liturgia, Benedicto asegura que un malentendido generalizado de la reforma litúrgica llevó al hombre a colocar «su propia actividad y creatividad en el centro del culto».
Añade que la Iglesia vive de la «correcta celebración de la liturgia», porque si la preeminencia de Dios ya no es evidente en la liturgia y en la vida, entonces la misma Iglesia «está en peligro».