Se inicia el capítulo general que renovará parte de la cúpula directiva de la Fraternidad que fundí monseñor Lefebvre y que pese a tremendas dificultades, hoy en parte superadas, ha conocido un constante incremento de sacerdotes, seminaristas, religiosos adheridos y fieles. Hasta el punto de ser hoy una importante realidad eclesial muy consolidada.
Remito al artículo que hoy le dedica Infovaticana y que enlazo pue permite una visión ciertamente somera pero suficiente para un primer contacto y hecha desde la comprensión del hecho lefebvrista.
https://infovaticana.com/2018/07/11/comienza-la-renovacion-de-la-fraternidad-de-san-pio-x/
Yo haré hincapié en cinco aspectos que me parecen esenciales de este fenómeno eclesial verdaderamente singular y que hoy e una realidad consolidada y viva en la Iglesia católica o al menos en sus periferias.
En primer lugar es inexcusable la referencia a monseñor Lefebvre que está en el origen y en el núcleo actual de la Fraternidad aun después de su fallecimiento. Le conocí personalmente y siempre tuve por él admiración y respeto aunque nunca fuera de sus seguidores y no compartiera íntegramente algunas de sus posiciones aunque sí buena parte de ellas. Creo que con absoluta buena fe y desde un gran amor a la Iglesia y ante el caos posconciliar más que evidente, tomó una serie de decisiones, justificadísimas muchas y discutibles algunas, que llevaron a lo que es hoy la Fraternidad.
Después está mi relación con ella. Que siempre ha sido escasa y amable. No la he frecuentado pero las veces que me la encontré fue de modo grato y participé alguna vez en sus misas, comulgando en ellas sin el menor problema personal antes que Francisco levantara algunas reservas existentes. Tengo amigos muy queridos «lefebvristas» por algunos de los cuales tengo enorme admiración intelectual y simples conocidos. Algunos de estos últimos, y digo algunos, más bien escasos, me parecieron de una radicalidad cerril pero irracionalidades semejantes r incluso peores me las encontré también en la Iglesia «oficial» y fuera de ella.
Creo que hay que señalar por determinantes la prudencia de los superiores generales, el sacerdote Schmidberger y el obispo Fellay que supieron mantener lo esencial de sus posiciones sin incrementar rupturas sino propiciando aproximaciones. No era fácil la posición de monseñor Fellay y creo que la sostuvo con una sensatez admirable.
Fue importantísimo el gesto pontificio de levantar las excomuniones a los obispos ordenados sin mandato pontificio. A partir de ese momento la comunión con Roma estaba prácticamente hecha. Muchos católicos, incluidos cardenales y obispos, niegan cuestiones mucho más fundamentales para la fe y la moral que las reservas de los lefebvristas a determinadas posiciones en general más opinables. Nunca ha sabido esta cigüeña por qué alguien en el Vaticano quiso valerse de ella para anticipar el anuncio del levantamiento de las excomuniones. Cosa que hice encantadísimo y mucho más por el hecho que por la primicia.
Y también el de Francisco de levantar restricciones canónicas a la administración de sacramentos por sacerdotes de la Fraternidad.
Pues por mi parte desearles el mayor acierto en las decisiones y elecciones de ese capítulo general que acaba de comenzar.
Mons. Lefebvre excomulgado , Pablo VI ….Santo , Juan Pablo II ….. Santo ….Es para meditar …
Nuevo Superior General de la FSSPX, que no parece vaya a poner las cosas fáciles para la regularización:
https://gloria.tv/article/4VufZR8y7Nv8CKqFgZWsBhjDG
Lauro Zapata: ¿es usted el mismo comentarista que en este blog firmaba sus comentaristas como Capeto tiempo atrás?
La figura de monseñor Lefebvre se agiganta con el tiempo. Nunca quiso celebrar la nueva misa, considerándola bandera de una nueva religión. Hoy el cisma está más claro que nunca, en gran parte gracias al santo padre Francisco, que ha señalado claramente las líneas de demarcación. Un referente es la dictadura del género, cuya bandera arco iris ya ondea en parroquias en varios países. «Todos son bienvenidos» es el letrero en las puertas.
Monseñor Lefebvre fué el único valiente, el último de Coetus Internacional de 250 prelados que se mantuvo en su palabra. Los demás, cantaron la gallina. Fundó un seminario, que fué modelo de fidelidad a la Tradición. Ya no más. Con las plàticas entabladas con Roma, se han puesto voluntariamente un bozal y ya no señalan más las herejías de Roma, salvo monseñor Fellay , en raras ocasiones y con mucho tacto. Se han vuelto como un toro de lidia capado. Manzurrón. Hay más enjundia en éste blog, en Adelante la fe y en otros blogs que sí dicen las cosas como son.
Entre su opinión y la de Cristo…
Y respecto de su aviso, ya estoy aconsejado por el mejor director espiritual.
Vaya y haga usted lo mismo.
Tradis o neocones, lo que es seguro es que todos son católicos, apostólicos y romanos.
En cuanto a las palabras de S. Pío a Lefèbvre existen dos versiones del mismo hecho, usted sólo ha mencionado la que más le conviene.
Vaya usted con viento fresco.
Gracias, muy amable. Y cuidado con anular su capacidad de raciocinio entregando toda su voluntad a un director espiritual, que por muy bueno que sea, puede equivocarse. Las gracias de estado, junto con el discernimiento de espíritus, no son incompatibles hoy en día con una mala teología, por mucho que se disfrace de ortodoxia. Ese entreguismo es propio de ambientes conservadores. Tiene por consecuencia un «efecto resorte» según el cual saltan de forma chusca ante cualquier cosa que no pertenezca a esa restricción mental típica del conservador. Conozco a gente que ha cortocircuitado y luego se ha rebotado con la Iglesia. Otros, vocaciones inducidas. Por eso es tan importante un plano natural consolidado, sobre el cual se asume la dirección espiritual -en algunos casos y desde principios generales- y se inserta nuestra fe en este mundo hostil a través de la buena distinción que nos procura Santo Tomás. Un cordial saludo.
Verborrea pura.
Adiós.
En cuanto a Monseñor Fellay, por lo que he leído por ahí no tengo claro que no vaya a ser reelegido superior general.
Tímidamente, casi cincuenta años después de la fundación de la FSSPX, son cada vez más las voces en plena comunión con Roma que concuerdan con Monseñor Lefebvre:
https://gloria.tv/article/mmx2SA1m98G61gN1JEM9zYoxm
Excelente ejemplo y excelente frase, de dos grandes personajes pertenecientes al mismo siglo y que se conocieron en persona. Eso sí, si la aplicación de esta frase fue hacia la persona de Monseñor Lefebvre, no consta ninguna frase del Santo a Monseñor en un sentido «extra ecclesia». Y mire que tuvo dones sobrenaturales y oportunidad para hacerlo. Como prueba de carga, el encuentro que tuvieron ambos en San Giovanni Rotondo. Lo que sí dijo el Santo Padre Pío es algo así como, «¡por favor, acaben con este Concilio!». Sin dudar de su buena voluntad y su amor al Cuerpo Místico, tenga cuidado con caer en la dialética bueno/malo o dentro/fuera cuando habla de la FSSPX. A nivel doctrinal, son los mejores a años luz. A la asunción de la formación escolástica se le añade la libertad de pensamiento en dirección al depósito bimilenario, lo que provoca un odio africano de aquellos que se ufanan por ir de tradis, vestir de anglicano y decir la Misa Nueva o de aquellos híbridos a caballo entre seglar y consagrado. A los primeros, decirles que den el paso y se olviden de las comodidades materiales de sus Diócesis. A los segundos, que se echen novia. (http://fsspx.mx/es/news-events/news/monse%C3%B1or-lefebvre-y-el-padre-p%C3%ADo-17631)
«Prefiero estar equivocado dentro de la Iglesia que llevar la razón fuera de Ella».
S. Pío de Pietrelcina.
Es curioso que con los años, todas y cada una de las objeciones al Concilio y a la Reforma litúrgica hechas hace 40 años por la FSSPX, están encontrado eco y están siendo asumidas de motu proprio por personas de desigual afiliación en las «realidades eclesiales» existentes. Un teólogo por allí, un seglar por allá, una tendencia por acullá (cf Franciscanos de la Inmaculada). Lo que obliga a sacar como conclusión que la posición de la FSSPX es simplemente un compendio de lo que sea puede leer, incluso en esta bitácora. Si se quiere no tan precisa en su definición, pero sí en el fondo y en su problemática. Lo que trasciende a las personas es la gran profundidad de los cambios, lo que le da una naturaleza de suma gravedad. Por instinto de conservación siempre se han intentado parar los razonamientos haciéndolos explotar en el «posconcilio» y su mala praxis o intentando sacar frases pasables de los documentos conciliares problemáticos, queriendo ignorar un potencial nocivo en su conjunto a partir de una definición tan ambigua como confusa. Se está viendo, por la fuerza de los hechos, que si no vamos a la raíz , los berrinches en una dialéctica estéril a modo de hacer rayas en el mar con un palo, no sirven para nada y no encaran el problema. Dios sabe por que, pero solamente -y insisto solamente- la FSSPX es la depositaria inmerecida por sus fuerzas y dimensiones, de un legado de XX siglos con un poder intrínseco tan grande, que su sola aplicación en forma de resultados y solidez, deja boquiabierto a todo el mundo. Sensu contrario, uno se pregunta por el silencio de las comunidades Ecclesia Dei entorno a las cuestiones problemáticas y se pregunta si son los tontos útiles o piezas de tablero de ajedrez para que Roma pueda crear un sucedaneo también llamado tradicional para diluir el combate y confundir a la gente.
Efectivamente puede serlo en sus periferias.
En realidad comparto muchas de las apreciaciones de Lefèbre, las que se fundamentan en la Palabra.
Y estoy de acuerdo en que si valoramos las ventajas e incovenientes del VII. acarreó mayores males que bienes a la Iglesia.
Pero lo que no se puede, ni debe justificar es la desobediencia de un Pastor de la Iglesia, rompiendo su voto sagrado por discrepancias con el Papa reinante por opinión personal.
La situación de la Iglesia cuando Lutero proclamó su herejía, era lamentable: Clérigos abarraganados y negocio papal con las bulas a quien las pudiese pagar.
¿ Y eso justifica el mayor cisma que ha sufrido la Cristiandad?
¿Estaba legitimado el hereje Lutero para romper con Roma y extender la maldad de su secta?
Cuando hablamos de Lefébvre no hablamos de un cura de tres al cuarto que ha caído en pecado de lujuria. Hablamos de un intelectual de primer nivel con mucho predicamento, seguidores e influencia, incluso entre los católicos, basta leer los elogios que le prodiga De la Cigoña.
Pero el quid, el meollo está en que como no estaba de acuerdo se largó, trsicionando su voto de obediencia ( no entro en si llevaba razón o no, eso es materia opinable). Y su ejemplo constituye un pésimo referente en la Iglesia, pues su reconociniento justifica la desobediencia en función del discernimiento personal.
Justamente una de las pocas cosas que predicó el hereje Lutero.
la diferencia es que monseñor lefebvre jamás cayó en la herejía como si cayó en la herejía el malvado lutero. se le puede acusar a lefebvre de cismático, pero jamás de hereje. esa es una enorme diferencia.
por cierto, hay ejemplos que si son pésimos referentes en la iglesia, como el difunto y malvado setien que destrozó la diócesis de san sebastián, el secretario del cardenal coco diabólico que organizaba orgías gays con cocaína a bordo en el propio vaticano, o el padrecito ángel defensor del homosexualismo y del aborto.
Estoy de acuerdo, man. Pero a todos esos que menciona, ¿quién los ha seguido?
Ángel de Entrevías tiene algunos seguidores por lo de mensajeros de la paz, ¿pero algún católico auténtico va a recibir cualquier sacramento de él?
La respuesta es: No.
Y sin embargo muchos católicos pata negra están de acuerdo con los lefevbrianos, pero el verdadero peligro está en lo que hizo Lefèbvre: Basándose en su discernimiento personal desobedeció al Papa,
Justo lo que hizo el hereje Lutero.
Si los prelados y clérigos católicos asumen que en función de su discernimiento personal pueden desobedecer al Papa, ya no seríamos Iglesia Católica sino secta protestante.
Y sí, Man, Lutero fue un imbécil, Setién cómplice de asesinatos, cocopalmeiro un vicioso y Ángel un tonto útil, pero lo que nadie puede negar es que Lefèvbre fue un soberbio.