Con Gurpegui todo es posible.
Y ya no descarto un quatris,
Ahora es el salesiano López Romero, arzobispo de Rabat, una nada sin sifón, la persona y la diócesis. Con 22.000 católicos. Bastantes parroquias españolas tienen más personal. Uno de los cardenalatos periféricos de Francisco verdaderamente incomprensibles. Por la persona y el obispado.
Gurpegui retrata al arzobispo. Lástima que no se repartan copias de su artículo a los cardenales electores. Aunque algunos seguro que ya lo conocen. Lo que no sé es si lo habrán comunicado a los demás cardenales votantes.
López Romero queda bien servido por Gurpegui. Casi tan malo como Tagle.
Primero: otro salesiano espantoso (tipo Rodríguez Honduriaga). Segundo: de los cardenales que conozco, él y Zuppi no necesitarían maquillaje alguno para intervenir en una película de terror. Tercero: no hay universalidad alguna en que un español sea purpurado en Marruecos (la habría si el cardenal fuera marroquí de nacimiento). Cuarto: no entiendo que doce naciones africanas con muchos más católicos carezcan de purpurado y Marruecos lo tenga con sólo unos pocos miles. Quinto: dada su edad, tendríamos pontífice para quince años (y de los peores). Sexto: «Cualquiera menos un jesuita, cualquiera menos un hispano»; espero que esto signifique también «cualquiera menos un español».