1 comentarios en “El Specola de hoy viene tambien cargado”
Si me lo permiten, y contando con la benevolencia de los lectores, voy a decirles en que va a consistir el dichoso sínodo. La Iglesia Católica es un chiringuito globalista, y las élites y grandes grupos financieros que la están regando con millones de euros consideran que a medio plazo el clero católico se habrá extinguido, y por tanto no tienen interés alguno en que los curas se casen o en que las mujeres sean ordenadas. Por lo tanto, aquellos que sueñan con curas casados o sacerdotisas se quedarán con las ganas. En cambio, esas élites sí tienen un gran interés en que la Iglesia acepte el divorcio y las relaciones homosexuales. Por tanto, el sínodo respaldará tanto la comunión de los adúlteros como la bendición de las parejas homosexuales. Y, aparte de alguna exhibición aparatosa e hipócrita de genuflexión hacia las ideologías en boga, ahí se quedará todo.
Por cierto, los medios de manipulación de masas están proclamando a los cuatro vientos que, por vez primera, las mujeres tendrán capacidad de decisión en el sínodo. En realidad, son medio ciento de religiosas y seglares que conforman una exigua minoría sin capacidad de influencia alguna. Por otra parte, han sido cuidadosamente escogidas por los promotores del sínodo en función de su trayectoria y sus ideas, en la seguridad de que votarán lo que el papa y sus cardenales quieren que voten. De este modo, la unanimidad de votos a a favor de las conclusiones podrá presentarse como aquello que el pueblo cristiano en su totalidad desea para la Iglesia y. de un modo especial, como un fiel reflejo del sentir de las mujeres en la Iglesia. Busquen ustedes al político más sucio, corrupto y rastrero que haya existido jamás en ninguna parte, y no llegará a la altura de la suela de las sandalias del papa Francisco.
¿Qué quedará de la Iglesia después? La Iglesia Católica está en un callejón sin salida. Alguien dijo, con mucho acierto, que a la Iglesia o la salva Dios o no la salva nadie. Tratar de conciliar este pontificado con la tradición es pretender la cuadratura del círculo. Humanamente hablando, la única salida sería declarar loco al pontífice y de este modo anular todos sus actos. Pero, a menos que pudiesen demostrar que la supuesta locura sobrevino tras haber sido nombrado papa, los cardenales tendrían que admitir que nombraron papa a un loco. Y eso nunca lo harán.
Si me lo permiten, y contando con la benevolencia de los lectores, voy a decirles en que va a consistir el dichoso sínodo. La Iglesia Católica es un chiringuito globalista, y las élites y grandes grupos financieros que la están regando con millones de euros consideran que a medio plazo el clero católico se habrá extinguido, y por tanto no tienen interés alguno en que los curas se casen o en que las mujeres sean ordenadas. Por lo tanto, aquellos que sueñan con curas casados o sacerdotisas se quedarán con las ganas. En cambio, esas élites sí tienen un gran interés en que la Iglesia acepte el divorcio y las relaciones homosexuales. Por tanto, el sínodo respaldará tanto la comunión de los adúlteros como la bendición de las parejas homosexuales. Y, aparte de alguna exhibición aparatosa e hipócrita de genuflexión hacia las ideologías en boga, ahí se quedará todo.
Por cierto, los medios de manipulación de masas están proclamando a los cuatro vientos que, por vez primera, las mujeres tendrán capacidad de decisión en el sínodo. En realidad, son medio ciento de religiosas y seglares que conforman una exigua minoría sin capacidad de influencia alguna. Por otra parte, han sido cuidadosamente escogidas por los promotores del sínodo en función de su trayectoria y sus ideas, en la seguridad de que votarán lo que el papa y sus cardenales quieren que voten. De este modo, la unanimidad de votos a a favor de las conclusiones podrá presentarse como aquello que el pueblo cristiano en su totalidad desea para la Iglesia y. de un modo especial, como un fiel reflejo del sentir de las mujeres en la Iglesia. Busquen ustedes al político más sucio, corrupto y rastrero que haya existido jamás en ninguna parte, y no llegará a la altura de la suela de las sandalias del papa Francisco.
¿Qué quedará de la Iglesia después? La Iglesia Católica está en un callejón sin salida. Alguien dijo, con mucho acierto, que a la Iglesia o la salva Dios o no la salva nadie. Tratar de conciliar este pontificado con la tradición es pretender la cuadratura del círculo. Humanamente hablando, la única salida sería declarar loco al pontífice y de este modo anular todos sus actos. Pero, a menos que pudiesen demostrar que la supuesta locura sobrevino tras haber sido nombrado papa, los cardenales tendrían que admitir que nombraron papa a un loco. Y eso nunca lo harán.