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Otro cardenal que sencillamente me parece una vergüenza

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El cardenal De Kesel propone que la Iglesia bendiga el pecado nefando de las uniones homosexuales

No es ninguna sorpresa. Este hijo de… Danneels  llegaba con los peores pronósticos. Y no los conforma, los supera.

Se liquidó precipitadamente a Leonard al que además se le hizo el feo de no nombrarle cardenal para ponernos en su lugar a este individuo a quien se le hizo inmediatamente cardenal.

Como si se quisiera desprestigiar para siempre al Sacro Colegio. Jamás tuvo tal cantidad de nulidades. En los días del Concilio los hubo muy malos: Frings, Doepfner, Alfrink, Lercaro, Suenens, Bea, Lienart, König… pero al menos tenían una notable personalidad. Hoy son igual de malos y de una mediocridad absoluta. Este de Kessel es uno de ellos.

https://infovaticana.com/2018/05/07/cardenal-kesel-ya-insostenible-la-condena-los-actos-homosexuales/

http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=32202

https://secretummeummihi.blogspot.com.es/2018/05/llamado-del-card.html

 

Comentarios
15 comentarios en “Otro cardenal que sencillamente me parece una vergüenza
  1. La visión de la amistad

    Fray Raymond La Grange OP
    08 de Mayo de 2018

    Nota del editor: Ésta es la décima publicación de nuestra serie más reciente, referente al álbum autotitulado Tomistas Bucólicos. La serie continuará los martes y jueves durante el Tiempo de la Pascua. Este Post se refiere a la canción » “What a Friend We Have in Jesus.” ¡Qué amigo tenemos en Jesús!, que puedes leer aquí.

    El cristianismo propone una visión radical de la realidad. Esto no es principalmente un ejercicio intelectual, como el de un investigador que trata de crear un paradigma que explique el brote de una enfermedad.
    No busquemos un modelo de Dios en nuestra mente hasta que encontremos uno que nos guste. La visión cristiana es de mucho mayor alcance: Se trata de la visión de la amistad con Jesús. Los Tomistas Bucólicos, en su canción «¡Qué amigo tenemos en Jesús!» proponen el acto más básico de esta amistad: «Llevar todo al Señor en la oración.»
    Esto lo implica todo. Debemos ofrecer a Jesús no sólo nuestras alegrías y éxitos, sino también nuestros miedos y fracasos. Sólo entonces podremos ver el mundo tal como es: Como el desarrollo del amor de Dios por nosotros.

    No es una afirmación absurda el que vivimos en un mundo problemático. Desafortunadamente, esta discusión a menudo se limita al ámbito sociológico y político. Sin embargo, cualquiera que examine cuidadosamente su propia experiencia de la vida sabrá que este efecto llega hasta el final.
    Ya sea que estemos atrapados en la indecisión, incapaces de renunciar a un mal hábito, temerosos de esforzarnos por conseguir la excelencia o avergonzados por algo que hayamos hecho (o peor, por la desnaturalización de algo bueno en sí), somos conscientes de este desorden interno. Se expande de nosotros mismos a nuestras familias y círculos sociales, a nuestras sociedades y, en última instancia, a todo el mundo. Somos «débiles y cargados / cargados con un montón de lastre.»

    Karl Marx dijo que «la religión es el opio de las masas.» Su argumento era que la religión proporciona una felicidad ilusoria como respuesta a la angustia de los oprimidos.
    Según Marx, debemos dejar atrás la religión y solucionar los problemas reales mediante una reforma radical y revolucionaria de la sociedad.
    Sin embargo, no logró ver la religión como una amistad transformadora. Negó el conocimiento del verdadero significado de toda la creación, obtenido sólo a través de la amistad con Jesús. Vio el mundo tan sólo como un amasijo de personas -consideradas como individuos- y propiedades, de unidades monetarias con sus respectivas fracciones.

    También es tentador para nosotros el olvido de Jesús, cuando nos sentimos perturbados, desanimados y rodeados de distracciones. Rechazamos la amistad divina, con el vano intento de depender de nosotros mismos, creyéndonos los artífices de la creación. «Cambiamos la gloria de Dios por la imagen de un buey que come hierba.» (Sal 106, 20).
    Tal vez nos decimos a nosotros mismos que cuando tengamos más tiempo o terminemos de superar cualquier obstáculo actual al que nos enfrentamos, nos convertiremos a Jesús.
    Peor aún: Podemos olvidarnos completamente de Dios y obsesionarnos con nuestro propio esfuerzo como si pudiéramos controlar todo. Y entonces desaparece de nuestro horizonte la visión cristiana del mundo.
    Pero es en nuestras dificultades cuando más necesitamos de la perspectiva transformadora que sólo el amigo de Jesús puede recibir:

    Oh! qué paz perdemos a menudo!

    Oh! Qué dolor innecesario soportamos!

    Todo porque no llevamos,

    Todo a Dios en la oración.

    Nos dice el Papa Benedicto XVI: «Ser cristiano no es el resultado de una elección ética o una idea elevada, sino el encuentro con un evento, con una Persona, Que da a la vida un nuevo horizonte y una dirección decisiva.» (Deus Caritas est, 1).
    Dios nos otorga una relación con Él, profundizada por la muerte y la Resurrección de Cristo.
    Esto es incomparablemente de mayor calibre que cualquier construcción meramente humana para mejorarnos a nosotros mismos o a nuestro mundo.
    Es el conocimiento de nosotros mismos tal como realmente somos, como amigos de Jesús, destinados nada menos, que la unión con Él. Tenemos el «privilegio de poder llevar / todo a Dios en la oración.»

    ¿Qué hay en el mundo que pueda compararse con un gran don? ¿Qué pobreza hay en el mundo que pueda compararse con su carencia? Toda la creación proclama la grandeza de Nuestro Salvador. No podemos ignorar este ofrecimiento de tal amistad.
    Es una invitación abierta y accesible a todos. Pero tenemos que dirigir nuestra plegaria a este Amigo. Ya en el deleite en medio de las alegrías de la vida o bajo la presión de las dificultades, busquemos «un Amigo tan fiel, con Quien compartir nuestras penas. Lleva todo al Señor en la oración.»

  2. El problema no es que elijan a este, que no lo van a elegir ni por casualidad, el problema es que supone un voto y sumados a otros similares a él pueden poner a uno de los suyos que intente destrozar lo poco que quede. Y digo intente, porque está claro que no van a destrozar a la Iglesia por mucho que lo intenten, pero fastidiar, fastidiarán un montón.

    Hermenegildo de ayer

    Ya sé que Setién vive, me refería a la gravísima enfermedad que motivó su sustitución, tan grave que pasó Uriarte y Msr Munilla ya lleva unos años y él sigue con la grave enfermedad, eso sí, acude a dar conferencias donde lo llaman. Lo dicho, enfermedad gravísima.

  3. Esto escribía el ex-sacerdote modernista Houtin en 1926, en un pasaje de su pequeña autobiografía en el que aboga por la creación de una religión universal humanista e inmanentista a partir de la Iglesia católica:
    «Estoy convencido de que ni las personas ni los pueblos pueden vivir sin una religión; que el tiempo de una nueva religión ha llegado; que no se puede crear artificialmente una religión universal, igual que no se puede crear de la nada un lenguaje universal; pero que, como nada se pierde y nada se crea, sino que todo se transforma, la nueva religión consistirá en la transformación de la más grande y más fuerte de las religiones existentes, es decir, el catolicismo romano».
    Han pasado casi cien años y al sueño de este desgraciado hereje le falta un milímetro escaso para realizarse. ¡Quién lo iba a decir entonces!

  4. Lo de este abracadabrante cardenal aparece ya en el capítulo 23 del libro del profeta Jeremías:
    “Tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto impíos; en mi misma Casa topé con su maldad (…) No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan. Os están embaucando. Os cuentan sus propias fantasías, no cosa de boca de Yahveh. Dicen a los que me desprecian: «Yahveh dice: ¡paz tendréis!» y a todo el que camina en terquedad de corazón: «No te sucederá nada malo.» (…) Yo no envié a esos profetas, y ellos corrieron. No les hablé, y ellos profetizaron (…) Aquí estoy yo contra los profetas que (…) hacen errar a mi pueblo con sus falsedades y su presunción, cuando yo ni les he enviado ni dado órdenes, y ellos de ningún provecho han sido para este pueblo – oráculo de Yahveh –“.

  5. Si este está ahí es porque alguien le nombró y le mantiene. Asesorado por supuesto por otro alguien.
    Que nadie espere acción alguna. Esto es como la respuesta política que se les dio a los obispos alemanes la semana pasada: «se hará lo que Uds. digan, pero quiero unanimidad». Y lo dijo perfectamente consciente de que unanimidad ni la hay ni la habrá, así que un problema que él cree que se quita de encima sin haber tenido que mojarse.
    Me pregunto qué pasaría ahora si los ocho prelados díscolos decidieran pasarse al otro bando y admitir la intercomunión con los protestantes. O la comunión de las mascotas. A ver qué iba a decir entonces Su Santidad ante la decisión unánime de la Konferenz teutona. «¿A qué demonios está jugando…?», se preguntarán Uds. Seguramente ni él mismo lo sabe. Pero por lo pronto el amigo Marx debe estar que bufa contra el pontífice argentino. No es para menos.

  6. Los que entremos en el próximo cónclave tendremos que sufrir sutiles presiones fortísimas. El que resista hasta el final , ganará.

  7. Los malos viven mucho porque Dios quiere darles tiempo a que se arrepientan, pero no hay tutía.Mueren empedernidos y contumaces en el error.

  8. Hombre, no creo que a esos niveles sean malos, en todo caso pueden ser demoníacos, pues el poder es mas atrayente que el dinero. Lo que no entiendo o mejor dicho, lo que confirma mis palabras, es lo que duran… mira que les cuesta morir… Estepa y muchos más… será la buena vida o es que no quieren vérselas con su creador ante quien deben dar cuenta del mal cometido y del bien dejado de hacer por mediocres o favores personales. Espero que el Director de la Torre de la cigüeña disfrute de salud, y no porque esté aliado con satanás, sino porque es una de las voces preclaras. Se que en algún comentario estaban deseando su finiquito. «Muerte deseada, muerte alargada».

  9. El cardenal De Kessel es tan sumamente malo que no gozará de los apoyos suficientes para ser pontífice; es más, creo que ni lo intentará.

  10. ¿Quién es tu Pastor?

    Fray Damian Day OP
    07 de Mayo de 2018

    ¿Quién es tu Pastor? ¿Quién conduce el rebaño? Todos somos ovejas, que, o siguen con docilidad a un pastor o dan coces contra el aguijón.
    De todos modos, todos somos ovejas, que debemos decidir en qué rebaño deseamos ser contados. Las ovejas se asemejan a su pastor, si siguen sus pasos.

    Las Escrituras presentan dos tipos fundamentales de pastores. Los profetas arremetieron contra esos malos pastores «que destruyen y dispersan el rebaño del pastizal [del Señor]» (Jeremías 23: 1).
    Esos pastores no se preocuparon por las ovejas, que «se dispersan por falta de pastor y se convierten en alimento de las fieras … Nadie las cuida.» (Ez.34: 5-6). Las ovejas que siguen a tales pastores se encuentran perdidas y perecen.

    Siguiendo a los malos pastores, las ovejas perdidas se convierten en ovejas malvadas, que confían en sí mismas y comparten el destino de los malvados:

    «Ésta es la suerte de aquéllos que confían en sí mismos,
    que tienen a otros a su entera disposición.
    Como ovejas, son llevados a la tumba,
    donde la muerte será su pastor.» (Salmo 49, 13-14).

    La muerte es el pastor de los malvados. Porque fueron los impíos «quienes con manos y palabras invitaron a la muerte, la consideraron como un amigo, y la abrazaron e hicieron un pacto con ella.» (Sab 1,16).
    Seguir a los malos pastores, o confiar en uno mismo como pastor, es convertir a la muerte en el propio pastor.

    ¿A dónde huiremos las pobres ovejas, de un pastor tan temible? ¿Quién es el pastor que nos llevará a los pastos y no al sepulcro? ¿Cómo vamos a entrar en su redil y recibir su pasto?

    Con voz clara, ese Pastor nos grita a las ovejas descarriadas: «‘Yo soy el Buen Pastor.” (Jo. 10, 14). Todos los demás pastores fueron mentirosos y ladrones, impostores y usurpadores. Vinieron «sólo para robar, matar y destruir.» (Juan 10, 10). Pero Yo, Tu verdadero Pastor, he venido a buscarte: “Yo mismo buscaré mis ovejas … Yo mismo apacentaré mis ovejas. Yo mismo les daré descanso.” (Ez.31, 11,15).

    ¿Cómo nos hará Sus ovejas? No podemos comprar la entrada al rebaño de ese Pastor, «porque nadie puede comprar su propio rescate, o pagarle un precio a Dios por su vida.
    El rescate de nuestra alma nos supera, no es cosa nuestra.
    No puedes comprar la vida sin fin, ni evitar entrar en el sepulcro.» (Salmo 49, 7-9).

    Sin embargo, Nuestro Pastor ha ofrecido un medio de rescate a quienes jamás podríamos haber salido por los propios medios, de nuestra postración.
    Nos redimió con Su propia vida del azote de la muerte. Por eso vino a buscar a Sus ovejas dispersas. «Vine para que tengan vida y la tengan en abundancia. «Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da Su vida por las ovejas.» (Juan 10, 10-11).

    Cuando Cristo cargó sobre Sus hombros el madero de la cruz, nos hizo Sus ovejas, reuniéndonos «en un solo rebaño, destinado a las majadas del cielo.» (San Teodoro el Estudita).
    Nuestro Buen Pastor nos guía a los pastos eternos, donde no nos apacentaremos con un alimento perecedero, sino con el banquete festivo del Señor.
    Desde pastoreo levantaremos nuestros ojos para contemplar «el rostro de Dios con visión clara y festejarlo en el banquete de la vida para siempre.» (San Gregorio Magno).
    A este fin es donde Nuestro Buen Pastor nos guía, donde las ovejas se han convertido en hijos, que conocen el amor del Padre y al Que Él envió para guiarnos a casa.
    «Y ésta es la vida eterna: que Te conozcan a Tí, el único Dios verdadero, y a Tu Enviado, Jesucristo.» (Juan 17, 3).
    ¿Quién es tu pastor? Mi Pastor es Aquél Que es la Vida en mayúscula.

  11. Don Francisco Jose: Los Cardenales Frings, Doepfner, Alfrink, Lercaro, Suenens, Bea, Lienart, y König, habrían enrojecido de ira y vergüenza a leer las declaraciones de ese sujeto. Ciertamente estaban en una línea opinable pero, de su preparación, capacdad y espíritu eclesial, no cupo jamás ni una duda. Ciertamente Alfrink y en mayor grado Suenens propiciaron situaciones, que en Holanda se corrigieron gracias a una intervención in extremis de Don Pablo, y en Bélgica siguió, porque en apariencia no había un problema clamoroso. Ése es otro debe de ese infausto pontificado. Que Dios nos pille confesados.

  12. No es que sean malos de solemnidad, mediocre en su opinión, es que parecen obedecer a un plan de sofocación de cualquier luz, de cualquier empresa, de cualquier movimiento evangelizador. Son esos cardenales que deben oler a sepa Dios qué, lo mismo que los obispos a oveja, pero estar vigilantes contra la ortodoxos de la verdadera doctrina. Esa expresión desafortunada, por disparatada, solamente podría ser considerada como una ironía. Pero sería la primera vez que en un texto pontificio se emplea la ironía.
    Detrás de esos cardenales del Concilio Vaticano estaban teólogos que habían recibido numerosos avisos de la Congregación del Santo Oficio o que se callaron previamente al Concilio para mostrarse tal cual eran durante su desarrollo, atrincherados en las intervenciones de esos cardenales. En la Comisión Teológica recibían una y otra vez el repaso de los teólogos, más preparados, aunque menos vocingleros que el dúo Ottaviani-Browne habían ido colocando contra la oposición de los afectados. Algunos reordenaron a su tiempo su pensamiento y sus adhesiones, como el profesor Ratzinger; otros estaban todavía muy doloridos con sus hermanos de religión (Congar frente a Gagnebet y Labourdette), pero no rompieron ni dogma ni moral. Otros, así Rahner y Schillebeeks, prosiguieron en su orgullo rompedor, jaleados por jesuitas, redentoristas, etcétera.
    Hoy don Paco Pepe, en la Congregación de la Fe hay un jesuita sin pulso teológico (su antropología del pecado original es de aurora boreal), cuyo especial interés es vestir los dislates de Francisco con puentes inexistentes con la doctrina recibida. Los Cardenales bendecidos son Marx y Kasper, con sus errores sacramentales y la justificación, lo que se llama el luteranismo de la Iglesia Católica, propiciado por Francisco. De los purpurados de acá mejor ni hablar. O son ágrafos e iletrados (resulta patética la pretensión de Omella de adornar su curriculum con “estudios en Lovaina y en Jerusalén”, la de Osoro el matemático fake, por usar la palabra en boga) o cambian de opinión como las veletas con el viento (Blázquez).
    Por fin, un chascarrillo que le alivie en su recuperación, don Paco Pepe. Conocido era el interés de Suenens, el cardenal de Malinas, en admitir la famosa píldora. En París vendían unas postales dobles donde se leía en la cara “la única píldora que admite el papa…” y en la segunda hoja aparecía… una aspirina. Suenens se empecinó tanto en el asunto, que alguien espetó a un prelado cercano: Dígale a su eminencia por qué no se la recomendó a su madre. Estaríamos todos tranquilos.

  13. Como dicen que comentó el Rey emérito cuando echó al Presidente de Gobierno heredado, «un desastre sin paliativos».
    Veremos que nos deparan todos estos desastres sin paliativos a la hora de elegir un nuevo Papa, cuando toque, que eso sí va a afectar a los fieles que lo vean.

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