En un episodio que mezcla lo esperpéntico con una preocupante falta de garantías jurídicas, el cardenal ex secretario de Estado, Pietro Parolin, ha filtrado —según informa el diario italiano Domani— dos cartas supuestamente firmadas por el Papa Francisco en las que se expresaría su voluntad de excluir al cardenal Angelo Becciu del próximo Cónclave. Las misivas, una de ellas fechada en marzo de este año mientras el Papa agonizaba, fueron mostradas por Parolin directamente a Becciu, en una maniobra que ha provoca estupor entre canonistas y observadores vaticanos.
Becciu, condenado por su implicación en un escándalo financiero relacionado con la compra fraudulenta de un edificio en Londres, sigue siendo formalmente cardenal y tiene menos de 80 años, por lo que cumple con el requisito canónico para ser elector. Sin embargo, su participación en el Cónclave se pretende bloquear mediante la invocación de estos documentos privados que, en ningún caso, han sido publicados oficialmente ni revestidos de las formas jurídicas exigidas por el Derecho Canónico.
Los actos pontificios que restringen deberes tan esenciales como el acceso al Cónclave deben estar debidamente formalizados y promulgados conforme al procedimiento previsto en la normativa eclesial. Lo contrario es caer en una suerte de «gobierno por carta privada», sin efectos jurídicos, sin publicación en el Acta Apostolicae Sedis, y sin posibilidad de defensa ni claridad para el Colegio Cardenalicio.
Que, en pleno precónclave, el ex secretario de Estado muestre documentos privados a un cardenal para persuadirlo de no ejercer un deber canónico, y que este movimiento se retransmita en la prensa, revela una forma de operar que degrada el principio de legalidad y convierte la sucesión papal en una operación de poder opaca y desconcertante con el sello de Pietro Parolin.
La constitución apostólica Universi Dominici Gregis establece con claridad los criterios para la participación en el Cónclave. No contempla vetos personales ni cartas informales. Solo actos pontificios válidos, públicos y conocidos pueden alterar esa composición. Lo demás es política de pasillo vestida de voluntad pontificia.
Estamos, en definitiva, ante un precedente grave. Si se acepta que un cardenal puede ser excluido de un Cónclave en base a cartas privadas filtradas, sin ninguna formalización jurídica, la Iglesia no sólo se aleja del Derecho Canónico, sino también de su propia tradición de racionalidad institucional. Porque incluso en el corazón de lo espiritual, las formas importan. Y mucho.
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Estoy totalmente de acuerdo con lo que se dice en el artículo. Y Becciu tiene una condena por robar dinero de la Iglesia en favor de parientes suyos.
Eso lo saben los cardenales. Con eso es suficiente para que su influencia en el cónclave sea mínima. Y opino que el Papa Francisco debería haberle retirado su derecho a ser elector. Pero si no lo ha hecho en la forma prevista estoy de acuerdo que, si lo desea, no se le puede negar. El derecho canónico es importante. La iglesia no es una república bananera.
Y Parolin con este gesto se ha quitado a sí mismo muchos puntos para ser Papa.
Una mafia capaz de cualquier cosa! La masonería es experta conspiradora, el papel aguanta cualquier cosa, hay demasiado en juego, y la verdad es que la masonería controla todo el aparato vaticano, no esperemos que salga un Papá tradicional fiel a las Sagradas Escrituras, Magisterio y Tradición Apostólica. Si bien es cierto hay que rezar para que Dios nos conceda un buen Papa, la triste realidad es que la infidelidad y desobediencia colectiva es sujeta a castigo, los Hebreos tuvieron 430 años de esclavitud en a Egipto, otro tanto en Babilonia e innumerables castigos precisamente por su infidelidad, habiendo cometido crímenes mucho menores que los que actualmente cometemos los católicos. Penitencia, penitencia, penitencia nos pidió la Virgen de Fátima, el vaso se estaba rebalsando, creo que ya se derramó! Entonces Don Jaime, hay que desenmascarar la masonería eclesial como mínimo y empezar a combatirla con los medios disponibles sin tregua alguna.
Vuelvan al derecho canónico y déjense de ejercer de reyezuelos sát rapas al estilo oriental. El Parolin ya ha estado y está como una mezcla entre Rasp utín (porque tenía pillado a Bergoglio), y Go doy. Si consigue finalmente el pontificado o pone a uno de sus peones para seguir mangoneando, lo del falso profeta del Apocalipsis va a ser demasiado real.
El artículo define la situación con absoluta claridad y precisión.
No verlo es ignorancia jurídica, papolatría, o ambas cosas.
👏👏👏👏
Sacan cartas como si fueran decretos póstumos.
Cómo se nota la manipulación que se puede intuir en muchas más cosas.
Pero ¿ Becciu no había sido condenado a cinco años de cárcel ?
Pero haber dónde están las cartas de marras. Supongo que se deberían ver si existen o es un farol de Parolín. No creo que Parolín vaya contra Becciu porque son curiales y subordinado el último y sabe muchas cosas. A Parolín poco le conviene que hable por lo que será conciliador.
Alguien inventó la existencia de estas cartas con qué intención.
Juego sucio antes de comenzar el plazo y sin haber acabado de enterrar a Francisco favoreciendo o perjudicando vaya Vd a saber a quién.
Por la situación en la que se ha viso Becciu, y aún está inmerso, si tuviera amor a la Iglesia debería ser él mismo, si es que aún tuviera derecho a votar en el cónclave, a renunciar libremente a entrar en el próximo cónclave. Y en cambio, si se empeña en entrar, mostraría no su inocencia, sino su parte de culpabilidad en lo que se le ha acusado, enjuiciado, sentenciado y todavía no absuelto en la posibilidad de último recurso. La presunción de inocencia a la que todavía tiene derecho, por su pertinacia, y en la opinión de muchos, se podría convertir ya en presunción de culpabilidad.
Vitto Corleone es un hito de bondad comparado con el Parolín esto y sus modos y maneras. La mafia italiana tiene más principios éticos y morales (al menos defienden «su familia») que estos mafiosos del Vaticano, que dan pena por su ambición desmedida y vendidos al poder mundano y la masonería.