Cardenal Zuppi: «El nacionalismo contradice el Evangelio»

Cardenal Zuppi
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El cardenal Matteo Zuppi, en su discurso ante la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana, abordó la cuestión de Europa y el nacionalismo en relación con la paz y la convivencia.

El purpurado italiano advirtió sobre el peligro de perder la memoria de la Segunda Guerra Mundial a medida que desaparece la generación que la vivió. «Corremos el riesgo de perder una memoria sana de esos acontecimientos y sus verdaderas causas. La lógica del más fuerte parece prevalecer y llega a ser casi fascinante y aceptada acríticamente». Para contrarrestar esta tendencia, subrayó la necesidad de una Europa unida basada en los valores cristianos: «Dios, que tiene cuidado paternal de todos, quiso que todos los hombres formaran una sola familia y se trataran entre sí como hermanos» (Gaudium et spes, 24).

El cardenal mencionó que la actual fragmentación y la falta de diálogo internacional se ven agravadas por un lenguaje agresivo. «El lenguaje, tanto internacional como comunicativo, se ha vuelto muy duro, agresivo, y busca golpear o desacreditar en lugar de crear bases para el diálogo». Advierte contra la «babelización de las lenguas», fruto de un «egocentrismo nacional, personal y grupal». Citó el discurso del Papa Francisco del 9 de enero de 2025: «Donde falta el vínculo entre la realidad, la verdad y el conocimiento, la humanidad ya no es capaz de hablarse y entenderse».

El nacionalismo, según Zuppi, contradice el Evangelio y fue una de las causas de la Segunda Guerra Mundial. Recordando el pensamiento de Juan XXIII, señaló: «El mundo está intoxicado por un nacionalismo malsano, basado en la raza y en la sangre, en contradicción con el Evangelio». Subrayó que «hoy el mal del nacionalismo viste nuevos ropajes, golpea en muchas regiones, dicta políticas, exalta a parte del pueblo, señala enemigos». Diferencia el nacionalismo del legítimo amor a la patria, denunciando el «cierre miope y egoísta, que acaba envenenando a quienes son protagonistas y sus relaciones con los demás».

Zuppi reivindicó la construcción de una Europa unida, recordando que «los padres fundadores tuvieron coraje, rompieron con la lógica nacionalista consolidada y crearon una realidad nunca vista antes en Europa ni en ningún otro lugar».

El arzobispo de Bolonia enfatizó en la centralidad de la persona en la construcción europea frente a «las visiones relativistas e individualistas que pretenden hacernos perder la memoria del Viejo Continente». Recordó las palabras del Papa Francisco en Estrasburgo: «Promover la dignidad de la persona significa reconocer que la persona posee derechos inalienables que no pueden ser privados a discreción de nadie y mucho menos en beneficio de intereses económicos» (Discurso, 25 de noviembre de 2014). Cita a Mounier: «El nosotros sigue al yo porque uno no se forma sin el otro».

Zuppi también adviertió sobre el debilitamiento de las estructuras internacionales y su impacto en la paz: «El debilitamiento de las estructuras internacionales pronto se convertirá en causa de mayor incertidumbre para todos, no de mayor seguridad» por lo que llamó a fortalecer el multilateralismo y promover el diálogo como método de resolución de conflictos: «Sin espacios para entablar un diálogo sincero y constructivo, las posiciones individuales se vuelven rígidas y tienden a imponerse mediante la violencia».

Para Zuppi, Europa no es sólo un conjunto de instituciones, sino «hija de una larga historia común, es madre de la esperanza de un futuro humano». Recupera el pensamiento de Pablo VI en Populorum progressio: «El mundo sufre por falta de pensamiento» (n. 85). Durante su intervención ante el resto de obispos italianos, propuso «coaliciones» culturales, educativas, filosóficas y religiosas para fortalecer la convivencia y la paz.

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Comentarios
18 comentarios en “Cardenal Zuppi: «El nacionalismo contradice el Evangelio»
  1. otro mason globalista que no se quiere enterar.
    Los padres de la Union Europea masónica fueron sencillamente unos traidores a la verdadera Europa y a sus países y se pusieron al servicio de USA, que queria controlar mejor a Europa. Y lo consiguieron, la direccion masonica de la UE fue dictada desde sus comienzos, no ha habido traicion, esa es la Europa que quería USA, el globalismo.

  2. Bueno, la Iglesia «siempre» (desde el siglo XIX, pero sobre todo Pío XII), siempre condenó el nacionalismo, contraponiéndolo a lo nacional, que es lo bueno. Como lo social es antagónico con el socialismo.
    Este Cardenal, al criticar el nacionalismo y ensalzar el patriotismo, no se aleja de la postura tradicional de la Iglesia.
    Sólo que en el actual contexto puede parecer un ataque a las «fuerzas nacionales», a los movimientos patrióticos tildados de ultraderecha, que suben con fuerza por causa del globalismo y de la invasión migratoria. Esa sería una mala postura, pues además de defender la Patria, esos movimientos están contra el aborto, las leyes de género y la corrupción rampante en el resto de fuerzas políticas de derecha e izquierda que gobiernan actualmente.

    1. Perfecto resumen. Aquí es el tono el que da la canción. Zuppi rasga vestiduras con el «nacionalismo», pero sin criticar que muchos han debido recurrir a este tema identitario como último refugio frente a un Leviatán internacional anticristiano, de lo cual no dice nada.
      Claro, otra cosa sería si vivieramos en el Sacro Imperio y Europa fuera la Europa católica del medioevo, pero hoy impera la peor raela de delincuentes nunca visto.
      La iglesia conciliar siempre ha estado al servicio del mundo y va a perecer con este.

      1. «Perfecto resumen»

        Perfecto resumen de una trola contada por Zuppi que trasluce la inmoral promoción de la inmigración ilegal, aunque no la nombre. No, Eminencia: entrar ilegalmente en los países, saltándose la legislación que obliga a todos, no es un «derecho inalienable». Ni siquiera es un derecho: es un delito y es contrario al buen común. Tanta referencia a la rigidez (cuando hacía siglos que no se veía una jerarquía vaticana más rígida que la actual), a un documento de un concilio pastoral del siglo pasado (como si no hubiera habido otros muchísimo más importantes) y a un papa de cuando él era joven hace medio siglo (como si tampoco hubiera habido más papas y bastante menos nefastos que el citado), sitúan a este cardenal como uno de los que los electores deberían evitar en el próximo cónclave.

  3. Paraíso en la tierra, hacer de la cizaña un «trigo trans» imaginario para hacer como que no existe, hermandad universal sin la paternidad de Dios, ausencia de la noción de pecado y redención, globalismo masónico con su trilema (libertad, igualdad, fraternidad), en resumen sin fe católica.
    Ruego a Dios que nos levante el castigo y nos libre de los malos pastores.

  4. Otro hijo del Baphomet que pretende hacernos creer que el patriotismo es antievangélico, ¡menudo cabestro cardenalicio! Espero que sus Eminencias no lo elijan a el, aunque posibilidades, tiene.

  5. Antes se llamaba patriotismo, ahora nacionalismo. Según esto los españoles que se levantaron contra Napoleón fueron «nacionalistas» porque, naturalmente, desde el punto de vista cristiano da lo mismo que el gobierno de un país sea del propio país o sea de una potencia extranjera. Se podría mirar así, pero eso supondría que todos los que combatieron por su país hasta la IIGM estaban equivocados y debieron dejarse invadir.
    Franz Jägerstätter aplicó el criterio de guerra justa y por eso no quiso combatir (Hitler fue el agresor), pero hubiera combatido por defender Austria de los alemanes. Es decir, se sentía austriaco por lo que el beato, según criterio del Cardenal Zuppi, no fue pacifista sino «nacionalista».

  6. Dice la noticia que Zuppi reivindicó la construcción de una Europa unida, recordando que «los padres fundadores tuvieron coraje, rompieron con la lógica nacionalista consolidada…»
    Pero el talante de los actuales dirigentes de la Unión Europea no tiene nada que ver con el de aquellos padre fundadores.
    Entonces, el discurso del cardenal Zuppi debería dirigirse más bien a los actuales dirigentes de la UE afeándoles que con sus políticas anticristianas, usureras, segadoras de libertades…y ahora belicistas, están desengañando a los ciudadanos europeos de su fe en una Europa unida y están fomentando patriotismos de «sálvese quien pueda».

  7. A Zuppi le aplica la expresión popular «miren al burro hablando de orejas» : ¿qué mejor representante de jerarcas que le llevan la contra al Evangelio que Zuppi?

    1. No habla de eso. Usted no entiende progresaurés: se refiere a la malvada «ultraderecha», que se los está comiendo por una pata (porque la gente vota eso y no al zurdismo que la curia actual promueve, básicamente).

  8. La diferencia entre un patriota y un nacionalista es obvia.
    Un patriota ama a su país, ama a su gente, acepta y respeta la variedad racial, cultural o religiosa.
    Un nacionalista es en esencia un ser que odia, necesita un enemigo interior o exterior con el que confrontar, y si no existe, se encargará de buscarlo.
    En España tenemos ejemplos claros, los nacionalismos periféricos no pueden existir sin su odio a España, pues se eliminaría su razón de ser; la nueva extrema derecha de inspiración trumpista, también tiene como base el odio, los inmigrantes ilegales, los países que nos roban…
    Son en esencia seres primarios, con mensajes muy simplistas, ofrecen el paraíso terrenal una vez que el enemigo sea liquidado.

    1. «Un nacionalista es en esencia un ser que odia, necesita un enemigo interior o exterior con el que confrontar, y si no existe, se encargará de buscarlo»

      Buena descripción de la actual política vaticana, de la que Zuppi es mero representante. Que sigan misericordiando católicos, que verán qué bien.

      «Son en esencia seres primarios, con mensajes muy simplistas, ofrecen el paraíso terrenal una vez que el enemigo sea liquidado»

      Pues nada, a ver si logran acabar con la «nueva extrema derecha de inspiración trumpista» a base de decir simplezas. De momento, no parece que les surta mucho efecto. De hecho, cuanto más inciden en atacar a quienes profesan íntegramente la fe católica y en repetir en bucle lo bien que estaremos en su soñado paraíso terrenal sin contaminación ni pecados ecológicos, más rápido se implementa la iglesia en estampida, digo… en salida (no va a quedar ni el apuntador, tras salir todo el mundo haciendo «fu» como el gato).

  9. En los movimientos nacionalistas de la Europa de la preguerra, con sus escritores, poetas y grandes intelectuales, había mucho más del espíritu cristiano y de la Europa clásica que luego del triunfo de la alianza liberal-bolchevique y judeomasónica, que fue destruyendo, poco a poco hasta nuestros días, la Europa clásica y católica hasta en los propios cimientos de la misma Iglesia. En España: entre muchos otros, Ernesto Giménez Caballero, Agustín de Foxá, Ramiro de Maeztu, Felipe Ximénez de Sandoval, Eugenio Montes y, sobre todo, José Antonio. En Francia: Robert de Brasillach, Charles Maurras, Maurice Barres, Paul Bourget, el mismísimo Mariscal Petain, y muchísimo otros. En Italia: Gabriele D’Annunzio, Ezra Pound, etc.,etc. En alemania: a quienes bien se podría caracterizar de nacionalistas y enemigos del nazismo: Carl Schmitt, Max Scheller, Ernst Jünger, el Cnl. von Stauffenberg… y otro largo etc. Me parece que Zuppi no entendió nada. Debería tener más cuidado con sus dichos.

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