La reciente adhesión del arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Marcelo Colombo, a una marcha LGTB ha generado un fuerte debate dentro de la Iglesia católica en Argentina.
La declaración oficial de la Pastoral de la Diversidad Sexual de la archidiócesis y el respaldo expreso del prelado han motivado la publicación de una carta abierta de denuncia y reflexión por parte del sacerdote misionero argentino Federico Highton, quien se encuentra en Pakistán realizando labores de evangelización y asistencia a esclavos.
En su misiva, publicada en su blog de InfoCatólica, el sacerdote critica duramente el posicionamiento de Colombo y lo acusa de no representar ni a la Iglesia ni a los fieles argentinos. Según Highton, el deber de la Iglesia no es simplemente acompañar, sino llamar a la conversión y predicar el Evangelio sin concesiones a ideologías que, según su opinión, distorsionan la verdad revelada. «La Iglesia no está para ofrecer espacios de servicio a la diversidad, sino para llevar a los pecadores a la conversión sincera, la confesión y la sagrada predicación», expresa en su carta.
El sacerdote también se muestra particularmente crítico con la actitud de la jerarquía eclesiástica ante el movimiento provida en Argentina. Señala que muchos obispos, que ahora muestran apertura hacia el colectivo LGBTQ+, guardaron silencio en 2018 cuando se debatía la legalización del aborto. «Es extraño ver que parte de la jerarquía que hoy apoya estas manifestaciones, calló cuando se atentaba contra la vida de los no nacidos», denuncia en su escrito.
Highton también pone en evidencia la incoherencia del discurso inclusivo de Colombo al preguntarse si este acompañamiento irrestricto se extiende también a criminales como sicarios, mafiosos o pedófilos, o si, por el contrario, hay límites en la inclusión. La carta también se hace eco del descontento de muchos sacerdotes y obispos argentinos, quienes según Highton se oponen en privado a estas posturas pero temen ser marginados por expresar su desacuerdo. Así, el sacerdote sostiene que el silencio de muchos prelados se debe al miedo a represalias dentro de la misma institución.
Este sacerdote argentino ha lanzado varias preguntas al presidente del episcopado argentino para que reflexione: ¿Vas a incluir a los pedófilos, a los sicarios y a los mafiosos bautizados dentro de tu programa de acompañar a todos sin excepciones? ¿entran ellos en tu voluntad de “acompañar a todas las personas en su proyecto de vida»? ¿o acaso hablaras de “todos, todos, todos” y luego algunos quedarán afuera? Y si algunos quedan afuera, ¿dónde quedará tu lógica discursiva? ¿Y a los católicos que algunos llaman “nazis” o “fachos”, los vas a dejar “al margen”? ¿Y a los miles de jóvenes que desean Misas dignas, sin payasadas? ¿Y a los que desean recibir a Cristo en la boca? ¿Dónde podemos leer una declaración de tu arzobispado para acompañar a esos “católicos periféricos”? ¿O el acompañamiento solo está reservado sólo a los nostálgicos de Sodoma y Gomorra?»
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Próximamente será » misericordiado» ?
No, no depende del lgbtero
Una carta valiente que pone el dedo en la llaga, escrita por alguien con una incuestionable autoridad moral.
Es patética la actitud de muchos obispos argentinos. Ojalá recapaciten.
¿Ojalá recapaciten? Este señor, quiere promover la canonización de Carlos Ponce de León, favorable a los subversivos.
Aplaudo al padre Federico con las orejas porque habla de la verdad de Jesucristo. Quieren una iglesia inclusiva y periférica? quieren pastores que huelan a oveja? que miren al padre Federico.
Este sacerdote pronto verá cómo «lo misericordian», porque «todos todos todos» quiere en realidad decir: «los
de mi cuerda, los de mi parecer». La insistencia de Bergo y Tucho en cambiar, por la vía de los hechos consumados, algunas enseñanzas de la Iglesia sólo tiene dos explicaciones: 1) pérdida de la fe; 2) «debilidades personales» que se llevan camuflandontoda la vida.
Don Federico, todo un hombre de Dios para quien Dios y la salvación de las almas es lo primero.