El obispo de Cuenca, monseñor José María Yanguas, ha expresado su enérgico rechazo hacia el programa de Televisión Española que emitió las campanadas de fin de año 2024, un contenido que ha sido ampliamente criticado en los últimos días por la comunidad cristiana.
En una carta pastoral dirigida a los diocesanos de la diócesis de Cuenca, el prelado ha subrayado que lo sucedido no solo fue un acto de vulgaridad, sino un grave ultraje a Dios al ridiculizar una imagen sagrada, ofendiendo profundamente a millones de ciudadanos cristianos.
Según el obispo, las críticas al programa no deben centrarse únicamente en los momentos zafios o burdos que algunos señalaron, sino en la dimensión más profunda del ataque. “Lo que sucedió fue un acto de burla de lo sagrado y una agresión contra los sentimientos religiosos de los creyentes”, afirmó monseñor Yanguas. La emisión, lejos de ser una mera manifestación de falta de buen gusto, fue considerada por el obispo como un ataque directo a lo que representa la fe cristiana, algo que afecta especialmente a aquellos que profesan esa fe en el contexto público y privado.
El obispo lamentó que un medio público, financiado con fondos del Estado, haya permitido que se diera espacio a una ofensa grave contra los cristianos. En su carta, monseñor Yanguas no solo expresó su dolor personal, sino también la sorpresa y tristeza de ver que un ente de servicio público se haya arrogado el derecho de ridiculizar a una gran parte de la sociedad española, que es cristiana, y que, como tal, merece un respeto por sus creencias.
El llamado a la protección de los sentimientos religiosos
En este contexto, el obispo de Cuenca también se refirió a la posible modificación o derogación del delito de odio contra los sentimientos religiosos, una medida que, según él, podría generar un precedente peligroso en cuanto a la protección de los derechos fundamentales. Monseñor Yanguas expresó su esperanza de que esta reforma no siga adelante, ya que considera que las actitudes, gestos y manifestaciones que incitan al odio contra los sentimientos religiosos deben ser penalizadas. Para él, el ataque a los sentimientos religiosos no solo es una cuestión de falta de respeto, sino que es una forma de lesión de la dignidad de la persona, causante de división y de enfrentamientos sociales.
El obispo recalcó que la libertad de expresión, aunque fundamental, no debe ser confundida con el derecho a ofender o maltratar las creencias ajenas. A su juicio, “la libertad de uno termina donde comienza la libertad del otro”, y en una sociedad democrática, es esencial que se respete el derecho de cada individuo a no ser objeto de ofensa o de ridiculización por sus convicciones religiosas. Este respeto, según Yanguas, no debe limitarse a la mera tolerancia, sino que debe ser una actitud activa de reconocimiento de la dignidad de la persona y de sus creencias.
La importancia del respeto a las creencias religiosas
En su reflexión sobre el respeto y la libertad, monseñor Yanguas hizo una distinción fundamental entre las ideas, que pueden ser objeto de debate y crítica, y las creencias religiosas, que son una extensión de la persona misma. El respeto debe ser otorgado a las personas por el simple hecho de su dignidad humana, mientras que las ideas pueden ser refutadas, pero no deben ser ridiculizadas de manera que se ataque a quienes las sostienen. En este sentido, las creencias religiosas ocupan un lugar privilegiado, pues son parte constitutiva de la identidad de la persona y, por tanto, su desprecio o burla constituye una ofensa no solo a la creencia, sino también a la persona misma que la profesa.
En este contexto, el obispo de Cuenca subraya que las verdades vinculadas a la religión no son «impersonales», como sucede con verdades científicas o matemáticas, sino que están profundamente ligadas a la vida y al corazón de los creyentes. “El desprecio hacia una creencia religiosa no es solo una falta de educación o una grosería, sino una ofensa directa a la dignidad de la persona que profesa esa creencia”, señaló Yanguas.
Un mensaje a la comunidad cristiana y a la sociedad en general
Finalmente, el obispo aprovechó la ocasión para instar a los creyentes a mantener su postura de respeto y firmeza ante los ataques a la fe, recordando que el cristiano debe estar preparado para defender sus convicciones, pero siempre desde el respeto y el amor hacia los demás. Sin embargo, también hizo un llamado a la sociedad en general a reflexionar sobre la necesidad urgente de cultivar el respeto hacia todas las personas, especialmente cuando se trata de temas tan fundamentales como las creencias religiosas.
Monseñor Yanguas cerró su carta pastoral con un mensaje de esperanza y unidad y reafirmando su confianza en que, con el esfuerzo de todos, se puede construir una sociedad basada en el respeto mutuo y la convivencia pacífica, donde la libertad religiosa y el derecho a no ser ofendido por las propias creencias sean protegidos y respetados.
De este modo, monseñor Yanguas se une al pequeño grupo de obispos en España que están tomando la palabra para defender los sentimientos religiosos frente a los ataques cada vez más frecuentes en los medios de comunicación.
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Nunca se había hecho nada así. Fue en las Campanadas de Fin de Año ante el reloj de la Puerta del Sol, el gran momento del año en el que los españoles –como proclamaba la famosísima canción de Mecano– deponemos nuestras diferencias y nos unimos en una fiesta de amistad y alegría. Y lo hizo el Gobierno socio-comunista de Sánchez a través de la cadena más entrañable, RTVE: afrentar a los telespectadores católicos blasfemando en antena contra el Corazón de Jesús.
Como decía mi abuela: `Tranquilo; quien al cielo escupe, a la cara le cae’.
Cadena entrañable esa gentuza iconoclasta. Eso os pasa por ver la televisión pública, y la privada, la misma basura son. No se les atragantaran las uvas al personal aborregado. La televisión es un invento del diablo y una puerta al infierno. Se cambió el santo rosario en familia por este engendro. Es una fuente de adoctrinamiento masónico masivo para apollardar al pueblo. A parte de que aburre hasta los caracoles. Quizás alguna película o algún reportaje sobre naturaleza o cultura. Eso es todo lo que veo desde hace años.
Televisión Española fue creada bajo Franco, y sus mejores producciones –reconocidas incluso a regañadientes por antifranquistas– se remontan a esa época.
Era mejor la TVE en los tiempos en los que había sólo dos cadenas, que ahora. No tenía nada de diabólico, y era mucho más instructiva.
Totalmente de acuerdo!
Lalachus es una señorita gorda (libertad de expresion), dicho esto, si Lalachus quiere ser una autentica antisistema debe hacer humor a costa de los musulmanes.
Sin acritud, Lalachus, eres una gorda sistémica, y además no tienes gracia.
Broncano, lo mismo, no eres gracioso, ni tienen gracia tus bufones. Las hormigas te superan por la izquierda.
Os desahogáis con don nadies aun viendo que detrás de la blasfemia está el Gobierno del PSOE y sus socios, que la ha ratificado desvelando que era un paso previo para despenalizar las agresiones al catolicismo. Igual que os cebáis con «El Trucho», cuando sabéis que sólo es una marioneta de Francisco.
Bravo D. José María. Envié su carta pastoral al obispo de Getafe para que aprenda claridad
Devolver insultos por insultos, aunque fueran contra Dios, no es cristiano. «El que llame ‘raká’, etcétera…»
José María, decir que esa cetáceo con dos patas es gorda no es libertad de expresión, es simplemente decir la verdad y llamar a las cosas por su nombre.
Lavacachus es GORDA.
Deberìan despedir a esos dos titerss de las campanadas , denigran el trabajo de presentadores , son carentes de todo amorales, insensibles , falta de profesionalismo , inmafuros , carentes de creatividad .
Solo petsonas que carecen de talento son capaces de usar la burla para herir los sentimientos de otros .
Eso lo han hecho con toda conciencia , maldad y provocacion . Que personas mas bajas .
La TVE deberìa ser inmediatamente cancelada .
Arrepientete y cree en el Evangelio.
De la justicia Divina nadie escapa.
Dios es un Dios misericordioso pero también justo.
Yo ni mire las campanadas…porque estaba mirando pa Cuenca
Señores obispos españoles,,vayanse uno por uno a la mi***a y dejennos en paz de una santa vez.
Ya han destruido a la Iglesia de Cristo, ahora simplemente imploten y desaparezcan.
Está bien lo que dice el Monseñor en su carta pastoral. Pero es eso, «una carta dirigida a su Diócesis». ¿Por qué no poner algún «tuit» o en otra red social de masas o así, o ALGUIEN de la Diócesis lo publicque para que esto se SEPA y RESUENE y diga bien a las claras la REPUGNANTE blasfemia llevada a cabo por la Televisión supuestamente «pública»?
La ofensa a Dios fue en un momento de máxima audiencia televisiva, no se correponde intentar «hacer algo» como «escondido», así no vale, Monseñor.