La curación milagrosa de una enfermedad terminal del obispo de Córdoba por intercesión del venerable José María García Lahiguera

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba Demetrio Fernández, obispo de Córdoba
|

Monseñor Demetrio Fernández, obispo de la diócesis de Córdoba, celebra 50 años de sacerdocio.

En su carta pastoral de esta semana, el prelado cordobés celebra sus 50 años de sacerdocio. Demetrio Fernández cuenta que fue ordenado sacerdote en Toledo y celebró su primera misa en Puente del Arzobispo, su pueblo natal.

El obispo de Córdoba, que deberá presentar su renuncia al Papa por motivos de edad el próximo mes de febrero, narra en su misiva que disfrutó mucho en su primera parroquia «en la que tenía mil niños de catequesis, doscientos cincuenta adolescentes de confirmación, y más de doscientos catequistas».  También empleó infinidad de horas en confesar, visitar colegios y administrar otros sacramentos.

Demetrio Fernández niega que su vida sacerdotal haya sido siempre «de color de rosa». En este punto, confiesa que estando en Roma estudiando por segunda vez en 1981, contrajo una enfermedad incurable que le tuvo en cama durante un año entero. «Llevaba ya nueve años de cura, tenía 33 años, y me preparé para la muerte que llegaba inminente», asegura Demetrio. El obispo afirma que el medico que le trató, un discípulo del doctor Marañón, acertó con el tratamiento y logró ir recuperándose durante varios años «hasta que, por intercesión del venerable José María García Lahiguera y la oración de sus hijas Oblatas, fui curado milagrosamente de la noche a la mañana. Era el 27 de septiembre, san Vicente de Paúl. Y aquí me tenéis».

«La enfermedad fue una fuerte experiencia de impotencia, de postración, de despojamiento de todo proyecto de futuro, de preparación gozosa para la muerte. Aquel año 1982-1983 entendí como nunca y para siempre en medio de la enfermedad que mi vida era toda para el Señor, porque le sentí a él tan cercano y cariñoso como nunca», relata el obispo de Córdoba.

Reconoce abiertamente que ese episodio «fue verdaderamente un desposorio en la Cruz, que me ha marcado definitivamente. Quizá cuando llegue me eche a temblar, pero puedo afirmar que desde aquella experiencia (y han pasado más de 40 años) miro la muerte con deseo sereno, con alegría de encontrarme con el amor de mi vida, Jesucristo mi Señor». Además, subraya que «este deseo sereno relativiza todo cualquier otro sufrimiento, que no han faltado a lo largo de mi vida».

Por último, remarca que de todos estos años como obispo se queda con la ordenación de 75 presbíteros en Córdoba, además de otros 15 en Tarazona, diocesanos y religiosos. «Y con ello los miles y miles de personas, niños, jóvenes, adultos y ancianos, cuyos ojos han brillado al predicarles y hablarles de Jesucristo», concluye.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
3 comentarios en “La curación milagrosa de una enfermedad terminal del obispo de Córdoba por intercesión del venerable José María García Lahiguera
    1. Es la única misa que escucho los domingos en 13TV, solo la que se retransmite desde Córdoba. Siempre noté en este obispo una santidad especial, y no sabia hasta ahora nada del milagro. Sabia que era el último santo dentro del episcopado y lo he aprovechado al máximo. Nos quedamos sin santos, solo nos quedan los petardos modernistas del resto de la CEE. Una lástima y una tragedia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles