Con motivo de su nombramiento como obispo de Segovia, monseñor Jesús Vidal Chamorro ha dirigido una carta a los fieles de la diócesis en la que ha expresado su gratitud al Papa Francisco por la confianza depositada en él, así como su compromiso de servir a la comunidad segoviana con dedicación y humildad.
«Quiero transmitiros un saludo muy cordial y mi gran alegría por la confianza que el Santo Padre deposita en mí», señaló en su misiva, destacando también su solicitud de oraciones por parte de los fieles para acompañarlo en esta nueva etapa.
En su carta, monseñor Vidal ha tenido palabras de reconocimiento para su predecesor, César Franco, a quien agradeció por su labor pastoral. «Con tu ministerio, la antigua Iglesia segoviana ha seguido creciendo en fe y en amor a Nuestro Señor», afirmó, subrayando la importancia del trabajo realizado para acercar la presencia del Buen Pastor a todos los fieles. También dedicó un mensaje especial a monseñor Ángel Rubio, obispo emérito de Segovia, expresando su agradecimiento por su servicio y oración constante.
El nuevo obispo de Segovia manifestó su disposición a integrarse plenamente en el camino pastoral de la diócesis, alineándose con el plan pastoral trienal establecido. Entre las prioridades, destacó «la vocación bautismal, la participación en los cauces de la vida de la Iglesia y la familia como Iglesia doméstica», temas centrales en la actual orientación pastoral.
Monseñor Vidal se dirigió con afecto a los distintos grupos de la comunidad diocesana, desde el presbiterio y los seminaristas, hasta los laicos, familias, jóvenes, mayores y personas en situación de vulnerabilidad. También tuvo un mensaje cercano para las comunidades de vida consagrada: «Con vuestra entrega y fidelidad nos dais testimonio de la riqueza de la vida en Cristo».
Además, expresó su intención de colaborar estrechamente con las autoridades civiles de Castilla y León y los representantes locales de la diócesis para fomentar una cultura basada en la vida, la acogida y el cuidado. «Pueden contar con mi leal colaboración para construir con todos una cultura de la vida», afirmó.
Finalmente, monseñor Vidal invocó la protección de la Virgen de la Fuencisla, patrona de Segovia, y de San Frutos, patrón de la diócesis, confiando en su intercesión para guiar su ministerio. También recordó a San Francisco Javier, en cuya festividad se anunció su designación, pidiendo su inspiración para vivir y transmitir con fervor el mensaje del Evangelio.
Con su lema pastoral, «Hago nuevas todas las cosas» (Ap 21,5), monseñor Jesús Vidal inicia una nueva etapa en la diócesis de Segovia, marcando el inicio de un camino de esperanza y renovación para todos los fieles.
Deseo que iniciar esta nueva etapa
En la rueda de prensa celebrada ayer en la Sala Capitular del Arzobispado de Madrid, Jesús Vidal manifestó que «cuando el Señor llama», hay un primer momento de «verse sobrepasado por la grandeza de la misión», pero a la vez «una gran alegría en el corazón». Ha querido trasladar su agradecimiento a la diócesis de Madrid, «donde he recibido la fe, he sido formado como laico primero, como sacerdote, como obispo». A la vez, ha dicho, su alegría es grande «por la diócesis de Segovia; estoy seguro de que me iré haciendo segoviano».
«Me voy con un gran deseo de conocer la diócesis», ha asegurado. «A ella quiero llevar un mensaje de alegría y esperanza» en un día, y esto lo ha remarcado, en el que se celebra la memoria de san Francisco Javier, «un misionero ardiente, apasionado, enamorado del Señor, en quien me quiero mirar» para su misión en la diócesis de Segovia.
El obispo electo de Segovia ha mostrado «un deseo muy grande de caminar con la diócesis, de aprender mucho con los fieles de Segovia, caminando con ellos, escuchándolos». «Ir viviendo la vida de la Iglesia» será su primer proyecto, en una diócesis con espacios rurales a la que va también con muchas ganas de «aprender y escuchar a quienes están allí».
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Ayer fue San Francisco Javier, un auténtico misionero.
Ufff, eso es bergoglismo puro y duro. Esta haciendose notar desde el primer momento. La Iglesia es mater et magistra. El obispo ante todo tiene que enseñar, y comprobar que la diocesis funciona como debe. Si el obispo a estas alturas tiene que aprender mal vamos.