¿Y si a la Iglesia le sobran los límites de edad?

Obispos Francia
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En el artículo que publiqué esta semana, titulado “Valentía tardía: cuando los obispos descubren que ya no hay nada que perder,” exploraba la idea de cómo algunos obispos, en sus últimos momentos de carrera o una vez retirados, empiezan a alzar la voz, quizá porque ya no sienten que tienen algo que perder.

Este fenómeno nos lleva a reflexionar sobre cómo la estructura y las reglas actuales de la Iglesia afectan la libertad de sus pastores para hablar con claridad cuando más se necesita. Pero a raíz de la publicación, uno de los comentarios me dejó pensando: ¿y si el problema viene desde hace décadas, desde que los obispos fueron obligados a renunciar por edad?

El comentarista decía, en esencia, que mientras un obispo sea fiel al Evangelio, debería poder seguir dirigiendo su diócesis sin límites de edad, como siempre fue en la Iglesia. No se equivocaba al recordar que, en el pasado, los obispos continuaban su labor hasta el final de sus días, y que la jubilación forzosa –introducida por Pablo VI– rompió con esa tradición. Y, además, señalaba algo clave: si un obispo denuncia incoherencias en la fe, las represalias llegan rápido, y en algunos casos incluso pueden ser excomulgados.

Tomando esta observación, es inevitable preguntarse: ¿realmente estamos ganando algo al apartar a obispos que aún tienen tanto que aportar, que llevan años de experiencia y que saben cómo guiar a sus fieles en tiempos de confusión? Si la Iglesia es, como decimos, una madre, ¿por qué no permitir que quienes ya han recorrido mucho camino sigan ofreciendo su sabiduría sin ser obligados a ‘jubilarse’ o a callar?

Es cierto que esta regla de la jubilación a los 75 años se pensó para darle a la administración eclesiástica una dinámica más ágil, pero lo que no se puede negar es que, en la práctica, ha silenciado a muchos que, precisamente por su edad y experiencia, pueden ver con claridad ciertos problemas y levantar la voz contra ellos. Los obispos, especialmente en tiempos de crisis como los actuales, necesitan hablar con libertad, y la Iglesia debería permitirlo, no castigarles por ello. La experiencia de los años es un don, y retirarlos por un mero criterio de edad significa privar a sus fieles de la sabiduría que solo el tiempo y la fidelidad a Cristo pueden dar.

Como bien dice el comentarista, estos obispos que denuncian las incoherencias en la fe, «venga de donde vengan», suelen recibir la «misericordia» en forma de retiro forzoso o, en los casos más duros, de excomunión. En otras palabras, el sistema actual premia el silencio y castiga la valentía. Y eso no solo afecta a los pastores, sino a todo el pueblo de Dios, que merece líderes que hablen claro y que no tengan miedo de señalar los problemas.

Quizá sea momento de replantearnos esta normativa, de revisar si realmente responde al espíritu de la Iglesia o si se ha convertido en un freno para quienes quieren ser fieles al Evangelio hasta el final. Porque lo último que necesitamos son pastores que miren al reloj temiendo a los 75, sino hombres que, fieles al Evangelio, sirvan hasta el último día de sus vidas, sin límites impuestos por la edad o por la burocracia.

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Comentarios
10 comentarios en “¿Y si a la Iglesia le sobran los límites de edad?
  1. Las reglas generales pueden no hacer justicia en casos concretos, a pesar de aportar certidumbre. Esto es, puede haber un obispo competente y lúcido, en plenitud de facultades mentales para dirigir su diócesis más allá de los 75 años; todos tenemos algún conocido que con más años todavía es plenamente capaz y se mantiene activo.
    El problema está en que hay mucha gente que se deteriora antes y puede envejecer con lapsus cada vez más frecuentes y un deterioro cognitivo progresivo que no es perceptible con facilidad al principio; es en esa etapa donde puede ser hasta peligroso que alguien siga en activo por el peligro de posible captación de su voluntad por personas de su entorno, de toma de decisiones incomprensibles, etc. En suma, estimo acertado fijar una fecha límite al ejercicio de los cargos.

  2. Es decir, que es preferible un sistema más gerontocrático aún y tener las diócesis paralizadas por obispos ancianos y enfermos manipulados por camarillas curiales.

  3. Pues Benedicto XVI se fue del puesto sin tener demencia senil ni nada parecido ¿Por qué sigue en su puesto el destructor Bergoglio, que ya tiene encima varias operaciones intestinales? 87 años y quiere seguir adelante, nombrando a los peores herejes para seguir con la destrucción de la Iglesia católica, en eso no para…

  4. Te mandan silenciar si comparas a francisco con el papa honorio I o con el papa juan xxii. Siendo la situacion actual una combinacion de las 2 problematicas de dichos precedentes y siendo la mejor explicacion para calmar a los fieles y sin negarle la legitimidad ni autoridad a francisco.
    Pero los entusiastas de francisco interpretan como cisma cualquier critica que se base en la biblia, la tradicion o el magisterio previo.
    En la practica hay un «dogma tacito» de la «incuestionabilidad papal», pero solo de francisco, al resto pueden insultarlos y no dicen nada.

  5. No entiendo qué sentido tiene la nota, para Francisco el límite de edad no existe cuando le conviene. ¿Alguien vio que al reciente concluido sínodo de la sinodalidad invitó al cardenal Coccopalmerio, el cual está en 82 años?¿A qué edad se fue el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga de todos sus encargos?, bueno, a ese también se le vio el el sínodo. El cardenal Christoph Schönborn también hace rato superó la edad de retiro forzoso, allí sigue tan campante. Al cardenal Blase Cupich apenas cumplió 75 años, casi de inmediato Francisco le dijo que allí seguía hasta nueva orden. Todos los personajes que he nombrado, yo no quisiera si quiera que alguna vez hubieran sido obispos ni nombrados en nada, y así innumerables ejemplos. ¿Para qué quejarse del límite de la edad de retiro si a Francisco le tiene sin cuidado cuando se trata de uno de su cuerda? ¡Por favor, no den ideas!

  6. No creo se pueda modificar en este Pontificado,que usa los retiros para cancelar y / o » misericordear» a los opositores.Como bien conocido es el caso de Mons Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata.

  7. _ Tengo miedo de que me excomulguen si digo algo.
    – Entonces, eres un obispo valiente que deberías continuar en tu puesto.
    _ ¿Para no decir nada que me excomulgue?
    _ Exacto, para no decir nada de nada por once años más.

  8. «¿y si el problema viene desde hace décadas, desde que los obispos fueron obligados a renunciar por edad?»

    Los obispos NO están obligados a renunciar por edad. El Código de Derecho Canónico es muy claro al respecto:

    Canon 401: «Al obispo diocesano que haya cumplido 75 años de edad SE LE RUEGA que presente la renuncia al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias».

    Es decisión del obispo presentarla o no. Si el papa decide «jubilar» a otro sucesor de los apóstoles, que se invente una excusa y se retrate, porque la ley canónica no obliga a jubilarse a los 75 a ningún obispo.

  9. Ese límite debiera suprimirse. Si un obispo está demente o cualquie otro percance que disminuya su capacidad mental, se le debería poder jubilar epresando la causa.

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