Valentía tardía: cuando los obispos descubren que ya no hay nada que perder

El cardenal Antonio María Rouco Varela; Miguel Ángel Quintana Paz y José Francisco Serrano El cardenal Antonio María Rouco Varela; Miguel Ángel Quintana Paz y José Francisco Serrano
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Ayer, mientras escuchaba al cardenal Rouco Varela en el ISSEP —y vaya, qué delicia es oírle—, me vino a la mente una reflexión un tanto incómoda: ¿por qué esperamos siempre a que nuestros obispos y cardenales estén al borde de la jubilación o la irrelevancia para escuchar sus voces realmente audaces? ¿Acaso la valentía es un lujo reservado a quienes ya no tienen nada que arriesgar? Es como si el acto de ser obispo en activo conllevase una cláusula implícita: “Prohibido ser valiente hasta próximo aviso.”

Lo cierto es que si nos fijamos en la Iglesia de los primeros mil años, la situación era bastante distinta. Antes, el obispo era elegido entre sus propios sacerdotes y, curiosamente, eso le daba un nivel de libertad y autonomía que, visto desde hoy, parece utópico. ¡Imaginen! Un obispo que responde a su comunidad en vez de preocuparse por si en Roma han cambiado los vientos.

Un obispo que no necesita esperar a que su voz sea irrelevante para ser auténtico. La Iglesia de entonces podría parecer una especie de rebelión ordenada desde la perspectiva moderna. Hoy, sin embargo, las cosas son distintas: los obispos se apresuran a sintonizar la emisora de Roma para no desafinar ni una nota… hasta que, claro, ya no les queda nada que perder.

Y aquí viene la pregunta incómoda: ¿será que en esta obsesión de mirar tanto a Roma nos hemos perdido de vista a nosotros mismos? Quizá ese temor al poder político y a las corrientes progresistas que vienen de la cima ha convertido a muchos en meros ecos, repitiendo discursos suaves y aprobados para no levantar polvo.

Quizá algún día, no tan lejano, podríamos ver el retorno de obispos que recuperen aquella audacia de los primeros siglos, cuando la valentía no era una «moda de despedida», sino una característica del cargo.

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Comentarios
15 comentarios en “Valentía tardía: cuando los obispos descubren que ya no hay nada que perder
  1. Es que Leninoglio te destituye si no eres lame…

    Yo suponia que el Celibato ( a los que son celibes ) los hacia mas libres.

    Pero no es asi.

    El Episcopado esta copado por la mafia Gay.

    Y en los ratos libres fingen ser Comunistas y Panteistas

    Per es solo para intentar camouflar su vicio.

    1. Lo de la mafia LGTB es cierto, en cuanto a lo de fingirse comunistas, la verdad es que para ser algo fingido lo hacen muy bien. Dan el pego.

      1. Pero, no le hacen justicia a Rouco, que se ha batido bien por el pueblo fiel de Madrid a él confiado, con enemigos como los vidante, me niego a poner sus nombres, pero se entiende, y entre los políticos otro tanto, y hasta su sucesor el dizque matemático ha tratado de embarrarle, aunque ha quedado el sucesor para el olvido y los sacerdotes de la diócesis, siguen hablando bien de él.

  2. Algunas veces viendo alguna película de mafiosos he llegado a la conclusión que la cosa nostra tenia mas moralidad que la mafia vaticana. Defensores de la Tradición litúrgica y de los sacramentos. Para empezar amantes del matrimonio para siempre, y si alguien engañaba a la esposa se le obligaba a volver a la familia o bien le pegaban un tiro. Por contra la mafia vaticana, en Amoris letiticia lo que Dios ha unido ellos lo separan enmendando la plana a Cristo, Sodomitas en la familia ni en broma, en la iglesia modernista la mari conería impera y es bendecida.. Solo les falta tomar coca. La avaricia por la pasta gansa, en eso están empatados, ayer escuché un anuncio en Radio María, le piden a la gente que hagan testamento a favor de la radio de la Virgen, saben que muchos ancianos solos, solo tienen como referencia espiritual Radio María, cuando en la realidad son lacayos de Francisco. Goretsi Jainkoa

    1. La primera vez que oí el anuncio ese de Radio MAría me quedé estupefacta. La voz de un hombre (no habitual en los audios de Radio María) así como de anuncio, susurrante, con una música suave, instando a los ancianos a que les dejen la herencia, así como en plan «es lo mejor que puedes hacer» de verdad, te quedas sin saber qué decir…

      Y luego usan lo de la «radio de María» como apropiándose de la Virgen María, cuando en realidad es, desgraciadamente, «la radio de Bergoglio»… adulaciones por doquier, programas dedicados a la «creación», a la «voz del Papa» al «ecumenismo»… todo teñido de esa iglesia sinodal del anticristo de la que tanto proselitismo (de esa sí se puede hacer, por lo visto) que caracteriza al heresiarca Bergoglio… en fin…

      1. Pinche porquería esa emisora. Ellos eran los que defendían que el primer mandamiento era opcional, o no traía culpas si ellos recibían dinero. Unos crápulas.

  3. Yo creo que lo primero es que se vuelva a que el obispo mientras sea fiel al evangelio dirija su diócesis sin limites de edad, porque obispos muy válidos, valientes y valiosos se tienen que ir (renunciar) aún cuando tengan mucho que aportar; antes no era así, y si no están en edad de renunciar y denuncian incoherencias en la fe venga de donde vengan los misericordia. Ese es el castigo más leve si antes no los excomulgan.
    Lo que está claro es que se debe hablar claro pero nunca abandonar la iglesia, Dios sabe más.
    Lo que nunca debió suceder es que Pablo VI jubilará a los obispos y que Francisco los eche cuando dicen la verdad.

    1. Lo de Pablo VI, como casi todo lo que hizo, era para colgarle por los pulgares del palo mayor. Había que quitar la generación tradicional y llenar cuanto antes la Iglesia de adeptos amamantados con la leche del conciliábulo.
      ¿Hay disminución de la capacidad para que siga ejerciendo como obispo, pero no lo hay para ser elegido o ejercer de Papa?

  4. Es indudable que hay actualmente corrientes ideológicas que quieren que se cumpla la Agenda 2030, y que los obispos y cardenales no tienen una buena predisposición para contrarrestar dichas corrientes ideológicas, que intentan acabar con que la Iglesia sea una recta moral para el pueblo.

  5. Hay muchos obispos que quisieran hablar de más, pero tienen miedo a ser despedidos de su diócesis como el emérito de Tyler en Estados Unidos.

    Una solución sería poner un candado a la potestad del papa de remover obispos por lo que dicen y piensan, actualmente el obispo de roma tiene la plenitud del pinche poder en las manos, ya lo ha usado contra muchos y no dudaría en seguirlo haciendo mientras esté vivo

    1. Esa solución ya existe y es que la ley injusta o el mandato injusto no obliga. Si el obispo de Roma atenta la deposición de un obispo sin causa justa (y si no es pública no puede ser justa), tal cosa es sencillamente nula. El de Tyler ha hecho un flaquísimo favor, pues debería haber resistido, teniendo en cuenta que allí no hay concordato. Tenía curas y fieles que le apoyaban. Cualquier medida canónica de Roma hubiera sido nula de por sí. Y ante discusiones sobre de quien eran los edificios que lo resolviera el tribunal supremo, que no creo que le diera la razón a Bergoglio. En suma, falta cabeza para saber la verdad y testosterona para aplicarla. Pero qué se puede esperar de siglos diciendo que hay que ver blanco lo negro, la obediencia de juicio jesuítica y demás estupideces. Al final la verdad es un optional en la Iglesia y depende de lo que diga el mandamás de Roma. En cuanto unos cuantos obispos se plantarán en Roma se llamaban a andana.

  6. Es curioso que bajo gobiernos… lo q hoy llaman ultracatólicos (o sea TODOS los del Antiguo Régimen) pues los obispos no les pasaban ni una, exigían independencia total. Y bajo nuestros gobiernos (ateos, criminales, pro aborto etc etc) pues resulta que «hay q adaptarse a los tiempos»…

  7. Antiguamente los obispos tenían una ventaja: muchos de ellos, probablemente, no verían jamás al Papa, con lo cual difícilmente podían hacer carrerismo.
    Otra cosa a tener en cuenta es que hasta hace unos 60 años los enemigos de la Iglesia no habían conseguido influir mucho, y menos controlar como de un tiempo para acá, a lo que ellos llamaban el dedo de Dios.

  8. Rouco es un Cardenal nefasto. Ha servido a los intereses del PP durante muchos años, cargándose, en la medida que ha podido, todo partido de corte auténticamente católico del que ha tenido noticia. Dios le perdone el daño causado, con ello, a España y a muchos buenos católicos.

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