Hace unos días -sin dar nombres- Paco Pepe de la Cigoña ya avanzó en su blog la terrible tragedia de la muerte por suicidio del cura mallorquín Guillem Feliu.
El sacerdote fue encontrado muerto en su casa la semana pasada y según varias fuentes, la muerte de este sacerdote se la habría provocado él mismo. Por ahora, la diócesis de Mallorca ha admitido la existencia de dos denuncias contra el sacerdote Guillem Feliu por supuestos abusos sexuales a menores ocurridos hace unos años.
El obispado mallorquín explica que al tratarse de presuntos abusos en el ámbito del menor que no habían prescrito canónicamente, inmediatamente se procedió a aplicar los protocolos vigentes y se decretó la apertura de una investigación previa que conllevó que fuera apartado de su parroquia.
Dado que se trataba de un rector actualmente en activo, se pusieron en marcha las medidas cautelares previstas ante este tipo de denuncias, «siempre respetando y acompañante a las presuntas víctimas, sin por eso dejar de defender la presunción de inocencia a la cual tiene derecho el presbítero».
La diócesis de Mallorca ha confirmado que la investigación se encontraba «en la fase inicial, sin haber podido llegar a ninguna conclusión» en el momento en que se ha producido la muerte del párroco denunciado, motivo por el que ha pedido que «se respete su memoria y la de los denunciantes».
Ante su trágica muerte, el Obispado ha lamentado «profundamente», si fallecimiento a quien han encomendado a la «infinita misericordia de Dios», y ha compartido el dolor de familiares, amigos y de los que le han apreciado y querido.
Según los medios locales, el obispo de Mallorca Sebastián Taltavull mantenía una relación muy próxima con el sacerdote fallecido.
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Este suicidio no se hubiera producido si el Papa obedeciera lo que manda la Biblia que prohíbe entregar a los hermanos a tribunales civiles (*), y si no se hubiera cambiado la normativa canónica que disponía la prescripción del delito denunciado a los veinte años, dado que los supuestos hechos que en este caso concurren, son del año 2000.
* “Cuando alguno de vosotros tiene un pleito con otro, ¿se atreve a llevar la causa ante los injustos, y no ante los santos? ¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no sois acaso dignos de juzgar esas naderías?…Y cuando tenéis pleitos de este género ¡tomáis como jueces a los que la Iglesia tiene en nada! Para vuestra vergüenza lo digo. ¿No hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar entre los hermanos? Sino que vais a pleitear hermano contra hermano, ¡y eso, ante infieles!” (1 Cor 6,1-6)
En el hipotético e improbable caso de que fuera cierto aquello de que se le acusó (cosa que nunca se sabrá porque ya no podrá ser juzgado), un momento de debilidad no desmerece la trayectoria de un buen sacerdote, que, si ocurrieron esos abusos, debió confesarse, y habiendo pasado veinticuatro años sin reincidencia, se demuestra su arrepentimiento.
Y que nadie se lance a difamar, pues ya advirtió el Señor contra los que querían lapidar a la adúltera: «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra» (Jn 8,1-7). De ella sí se había demostrado su delito, pero el Señor no quiere que nos pongamos contra nadie, sino que el pecador se arrepienta. Y no olvidemos que las palabras también pueden ser como piedras.
Además que en este caso, el sacerdote de Palma es inocente, ya que un principio del derecho afirma que todo el mundo es inocente hasta que se demuestra su culpabilidad.
En cuanto al denunciante, ¿qué ha ganado con su delación? Difamar a la Iglesia (con el riesgo de alejar gente de ella), arruinar la vida de un sacerdote, y provocar mucho sufrimiento entre sus allegados. A éste habría que recordarle lo que dice la Biblia: «Hermanos, no os critiquéis unos a otros. El que habla mal de un hermano o se hace su juez, habla contra la Ley y se hace juez de la Ley. Pero a ti, que juzgas a la Ley, ¿te corresponde juzgar a la Ley o cumplirla?» (St 4,11)
Todo esto es absurdo. La única acción recta aquí, en este momento, era callar.
Callar? Lo tenéis que hacer es decir la verdad, hipocritas
Si tienes algo que ver en temas de éstos, da la cara y no te escudes en los que estamos totalmente ajenos, aprendiz de Sánchez.
El problema es que los gerifaltes, han accedido a pagar con las ofrendas de los fieles a cualquiera que se acerque con una denuncia aunque sea de cincuenta años atrás, con el denunciado muerto, veinte años atrás. ¿Por qué han cedido ante este tipo de presiones? Nunca lo sabremos y esto se ha vuelto un jugoso negocio para muchos, los obispos que reciben esas denuncias, que son contra sacerdotes difuntos, no deben admitirlas, pues no se pueden defender. Tampoco se debe admitir, la expresión genérica «abuso sexual», cuando se trata de un abrazo de lado y por encima del hombro o de una caricia.
La Iglesia debería revisar su normativa canónica, y asumir postulados más acordes con la misericordia que predica la Palabra de Dios, pues dice el Señor: “No me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva.” (Ex 33,11)
Como bien se ha señalado más arriba, este suicidio se hubiera evitado con una legislación canónica más caritativa, que no entregara a los sacerdotes a la justicia de los hombres, sino que, a tenor de lo que manda la Biblia, resolviera los asuntos por cauces internos, y que lo hiciera con conmiseración, ya que lo que interesa no es el castigo, sino la conversión del pecador y la protección de posibles afectados.
La prescripción del delito ha de preservarse, ya que es frecuente que con el tiempo la gente cambia, y no tiene sentido andar escarbando cosas de hace 24 años cuando ya no hay riesgo de que se repitan. Y si Dios lo ha perdonado, los hombres deben hacer lo mismo.
Da la impresión de que Francisco quiere congraciarse con el mundo, y por eso, como el tema de los abusos es rechazado por el mundo (sobre todo cuando los practican los eclesiásticos), entonces Francisco adecúa protocolos inmisericordes a esa mentalidad. En cambio, en otras materias como el pecado del aborto, se muestra misericordioso y facilita la reinserción.
Existe una campaña de difamación contra la Iglesia en el tema de abusos, y no debemos hacer el juego a los enemigos.
Y además debemos recordar que muchas denuncias son falsas, como ocurrió con el cardenal Pell, que incluso fue a prisión, y después se demostró que era inocente.
Anda tómate la medicación
Sacerdote Católico está muy versado en el Código Canónico… In firmamento Dioecesis Mallorcae lucescit stella Nativitatis.
Por cierto, ¿ cuándo la Obra Cultural Balear, los partidos ecosoberanistas de Mallorca, la extinta Unión Mallorquina y los amiguísimos del difunto le organizan un sepelio aunque sea civil? ¿ O es que, cuando vienen mal dadas, todas las ratas se apartan para que no les salpique el oleaje?
Mucho panegírico las primeras veinticuatro horas por parte de gente que no ha pisado la Iglesia más que para protestar en bragas y sostenes, o para decir que » la única Iglesia que ilumina es la que arde» , pero ha sido mentar a la bicha de los presuntos abusos, para desaparecer la sociedad civil catalanista de enmedio. Es muy típico. Para mí lo más lamentable de todo es que este sacerdote se haya quitado la vida, puesto que ante los grandes desafíos de la vida, hay que agarrar la cruz de Jesús y seguir adelante. Admitir la culpa o luchar por su inocencia. No cabe una salida así
SACERDOTE MARIANO:
Creo que esta usted muy equivocado. La justicia civil debe de actuar en cuanto existe denuncia o de oficio si hay indicios de delito contra menores. Que alguien se suicide es una tragedia, pero eso no le hace inocente, aunque tampoco culpable. El concepto que usted tiene de abusos como un desliz, es absolutamente equivocado, y diría sin animo de ofender que incluso perverso para las victimas. No es un desliz. Y en realidad la culpabilidad es de los obispos que no controlan quien sale del seminario o a quien permiten salir a pesar de ser homosexual.
Para estos dos «sacerdotes» de pacotilla, una discusión de lindes o por el feo que le ha hecho Fulanito a Menganita, tiene la misma entidad moral y jurídica que aprovecharse sexualmente de un menor al que pastoreas, catequizas o confiesas. Hay que j…
Ahí se ve el panorama. Curas que se suicidan por su conducta sexual desviada y maligna. Luego vienen a dar lecciones. Que cosas!
No se sabe que hubiera ninguna «conducta sexual desviada y maligna.» Sólo hay dos denuncias y ninguna condena. Además, no conocemos el contenido de esas denuncias, que podrían referirse a una simple palabra, lo cual no puede encuadrarse en el término de «conducta desviada y maligna.»
Y aunque fuera cierto que hubiera habido algún abuso, le recuerdo que existe el sacramento de la penitencia instituido por Nuestro Señor: «A quienes les perdonéis los pecados les quedarán perdonados.» (Jn 20,23)
Y supongo que ese sacerdote debió hacer muchísimas cosas buenas en su vida, de modo que es injusto fijarse sólo en alguna caída aislada y excepcional que pudiera tener en su haber.
A ver, hablemos en general y no de este sacerdote en particular. Y atengamonos a los hechos, que es lo único que podemos juzgar.
Primero, el suicidio. Eso es un pecado mortal. Judas también se arrepintió, pero cayó en la desesperanza que lo condenó. Y que un sacerdote cometa suicidio es más pecaminoso que lo haga un laico (al que mucho se le ha dado, mucho se le exigirá).
Segundo, el supuesto abuso. También el Señor dijo «Ay de los que escandalizan a uno de estos pequeños que creen en mí…» Si hubo sacramento de confesión, no lo sabemos, pero lo cierto es que no hay confesión válida sin reparación. Y si hubiera mediado esta, no habría habido denuncia.
Y supongo que ese sacerdote debió hacer muchísimas cosas buenas en su vida, de modo que es injusto fijarse sólo en alguna caída aislada y excepcional que pudiera tener en su haber.
Padre, lo que gratis se afirma, gratis se puede negar. En tren suposiciones, podemos suponer cualquier cosa. No sabemos si hizo o no muchas cosas buenas. Tampoco sabemos si fue un hecho aislado o no. De modo que sacar conclusiones sobre premisas aparentes, es la nada misma.
Cómo católicos, debemos atenernos a los hechos y sólo juzgar en base a éstos. Hubo un suicidio, cometido por un sacerdote. Hubo desesperanza (de lo contrario no hubiera habido suicidio). Eso es pecado mortal y el que muere en pecado mortal, se condena. Si las acciones dicen algo, pues a mí lo que me dicen es que este sacerdote perdió la fe (sin entrar a juzgar el supuesto abuso). Y sin la fe, es imposible agradar a Dios.
D. Rubén: La reparación se exige en la medida de lo posible (como es el caso de devolver lo robado cuando se puede), pero en estos temas no suele ser factible reparar porque el daño ya se hizo, y lo único plausible es el arrepentimiento y la enmienda, que se demuestran por la ausencia de reincidencia.
En cuanto a lo de perder la fe, no se puede asegurar ni parece probable, pues siguió ejerciendo, y que cometiera un suicidio no implica necesariamente pérdida de fe.
Lo de las buenas obras se confirma a partir del gran afecto que tenía entre sus feligreses (según se lee en Diario de Mallorca).
Y lo de condenarse, tampoco lo podemos suponer, pues mientras pendía de la soga pudo arrepentirse antes de morir.
La reparación se exige en la medida de lo posible
En este caso no hubo mucho arrepentimiento y pedido de perdón a la víctima y de pagarle la atención médica que el caso pudo repetir.
Padre, no solo hay que pedir perdón a Dios, también al ofendido. Y en caso de que fuera herido física o espiritualmente, se debe pagar los gastos que originen los tratamientos médicos.
Cualquiera que les estás líneas entiende que la reparación (o indemnización) es posible y que la misma no medió (por algo hubo denuncia).
No Padre, no basta la confesión y el arrepentimiento y el propósito de enmienda. Si a usted se le presenta un caso así, no puede dar la absolución sin exigir previamente que se indemnice el daño.
Don Rubén. Pretender que reparara pidiendo perdón a la supuesta víctima, no es requisito indispensable para absolverlo, pues es probable que no se cruzaran más sus caminos, y hasta podría ser inapropiado remover cosas pasadas, y hasta peligroso, si con ello se ponía a tiro de ser denunciado.
En cuanto a lo de reparar pagando gastos médicos es suponer que los hubo, cosa que no sabemos, y tampoco constituye un requisito imprescindible, pues es probable que no se requiriera ninguna intervención médica, y si la hubo, pudo ser en la sanidad pública, y si fue de pago, tampoco sería de una cuantía desorbitada como para tener que ir buscando a la presunta víctima para abonársela.
Y si se me presentara un caso así en confesión, puede estar seguro que le daría la absolución inmediatamente y sin ningún requisito previo (fuera del dolor de los pecados y propósito de enmienda). Y lo haría como el padre de la parábola del hijo pródigo (Lc 15,20-24)
O sea que el pago de los tratamientos sicológicos que requiere la víctima, que se los pague ella, no el perpetrador.
Pues Padre, no solo que el supuesto arrepentido, no lo está, porque no quiere hacerse cargo del daño que causó (de última, que lo haga anónimamente o por vía de un tercero), y usted al darle la absolución, se hace cómplice de su pecado. Si en el pecador hubiera verdadero dolor por el mal causado, haría todo para compensar a la víctima. No hay pues ni verdadero arrepentimiento ni voluntad de reparación a menos que se quiera indemnizar el daño. Absolver sin requerir esto es un grave pecado por parte de un sacerdote. Tenga presente la regla de oro y piense como le gustaría ser tratado en caso de que el abusado fuera usted.
La presión que se viene encima, supera a veces… Una pesadilla estando despierto.
Oremos por todos nuestros sacerdotes. Y por qué Dios nos dé unos sacerdotes santos.
Solo Dios sabe cuánto de dura y difícil que es la vida del sacerdote.
Un sacerdote que no sabe vivir de acuerdo de la ética cristiana, tiene que dejar de serlo antes de hacer daño a otros, como hacen tantos y tantos. No se necesitan sacerdotes. Ya es hora de verlo. Se necesitan personas corrientes que vivan de acuerdo al evangelio.
En el caso de que fuera verdad que hubiera caído en algo, según esas denuncias serían sólo dos veces, y hace ya 24 años, por lo que si se confesó y se enmendó, no tiene que dejar de ser sacerdote, sino que ha de continuar, porque en el sacerdocio puede seguir haciendo mucho bien. Recuerde cuántos ejemplos hay de sacerdotes que pecaron y después se arrepintieron y fueron magníficos santos: San Pedro, San Pablo, San Agustín, etc.
por lo que si se confesó y se enmendó, no tiene que dejar de ser sacerdote, sino que ha de continuar, porque en el sacerdocio puede seguir haciendo mucho bien.
El tema es que no sabemos si se confesó y enmendó, esas son suposiciones. Por lo tanto, tampoco podemos decir que era conveniente que siga en el sacerdocio.
Además, para la confesión válida no solo se requiere el arrepentimiento y el propósito de enmienda sino también la reparación. Y no parece (y acá estoy suponiendo yo también) que hubiera habido reparación dada por un lado la denuncia y por el otro el suicidio. Si el mal hubiera sido reparado, o no hubiera existido la denuncia, o no hubiera existido el suicidio o las dos cosas. Si es evidente que el sacerdote no estaba en gracia, no había inhabitación de Dios en él (de lo contrario no se habría suicidado).
Y pregunto en general ¿conviene que sea sacerdote alguien en quién Dios no mora?
No es evidente que el sacerdote no estuviera en gracia. Eso es una suposición gratuita. Si celebraba, es porque se habría confesado (en caso contrario sería un sacrilegio). Y como por defecto debemos considerar la inocencia (mientras no se demuestre lo contrario), debemos afirmar que estaba en gracia y tenía la inhabitación de la Santísina Trinidad, por lo que era conveniente que siguiera ejerciendo su sacerdocio para el bien de las almas.
Y si Francisco no mantuviera en vigor una ley excesiva e inmisericorde, este suicidio no se hubiera producido.
Creo que el arrepentimiento llevaría a pedir perdón a la víctima y retirarse un poco.
Me cuesta creer que si hubiera pedido perdon a la victima entonces, pasados tantos años la víctima le denunciase ahora.
No es evidente que el sacerdote no estuviera en gracia. Eso es una suposición gratuita.
Ninguna suposición gratuita. Los hechos hablan. ¿Cómo va a estar en gracia una persona que se suicida? ¿Cómo va s estar en gracia quien comete pecado mortal? ¿Cómo va a estar en gracia quien antes de suicidarse ya tenía decidido quedarse la vida?
«Todo lo puedo en Dios que me conforta», así decía el apóstol Pablo. Es evidente que el suicidado no tenía la inhabitación de la Santísima Trinidad en él. De lo contrario jamás hubiera pensado siquiera en quitarse la vida. Acá no estamos hablando del caso de Sansón o de los Macabeos.
«quitarse la vida» y no «quedarse la vida».
Yo digo que debía estar en gracia después de los supuestos hechos denunciados, porque creo en la presunción de inocencia y me fío de la bondad de los hermanos sacerdotes. Seguro que en 24 años se confesó muchas veces y que hizo un gran bien a las almas con su sacerdocio.
En cuanto al momento del suicidio, no sabemos que fuera premeditado con antelación, sino que pudo darse en un arrebato. Y es cierto que ahí sí que perdió la gracia, pero pudo recuperarla si antes de morir se arrepintió, cosa que creo probable porque Dios da gracias extraordinarias a los moribundos.
Pero Padre, si esa persona hubiera estado llena de Dios, si hubiera estado en gracia, nunca hubiera caído en la desesperación y pensado en quitarse la vida. ¡Cómo es que no lo ve! Se lo vuelvo a repetir:
«Todo lo puedo en Dios que me conforta».
Dios no confortaba a este sacerdote (de lo contrario no hubiera caído en desesperación) y por ende, no estaba en gracia. Si la recuperó antes de morir no lo sabemos y no podemos emitir juicios sobre suposiciones, cuanto mucho opiniones, que pueden tener tanta autoridad como las de cualquier hijo de vecino.
Pero los hechos nos dicen que:
Que el sacerdote no estaba en gracia,que cayó en desesperación, yque cometió pecado mortal
Y si Dios da gracias extraordinarias a los moribundos, también a los vivos. Por ello es casi seguro afirmar que el sacerdote resistió a la gracia que le daba fuerzas para no cometer el suicidio.
Ojo que mas allá de las consideraciones piadosas, este suicidio es una inculpación y huida para no asumir responsabilidades.
Leyendo algunos comentarios parece que eso no está claro.
El suicidio sólo indica desesperación, y no que sea culpable o inocente.
Ya, ya, píntalo como prefieras.
No voy a entrar en si las denuncias son o no verdad, tampoco en la terrible decisión de quitarse la vida.
Dios Todopoderoso sabe la verdad.
Mi reflexión va en otro sentido. Yo por mi trabajo tengo un seguro de responsabilidad civil, por si cometo errores o negligencia. Ante una situación así, estoy bajo las leyes civiles. Puedo causar daño, por error o deliberadamente. Me confieso, se me perdona, pero eso no me exime de las responsabilidades ante la ley.
A Cesar lo que es de Cesar y a Dios lo que es de Dios.Estamos obligados a acatar las LEYES JUSTAS, y esto son delitos. La iglesia no puede ser un lugar donde refugiarse, para escapar de la justicia humana.
Todos tenemos que cargar con la cruz que viene, sin buscarla, o la que nosotros hemos creado con nuestros
pecados.
Doña Rapunzel: Según se lee en las noticias, el asunto había prescrito según la ley civil. Era según la nueva normativa canónica que no había prescrito. Por eso afirmo que si no hubieran endurecido la ley canónica, se habría evitado este suicidio.
La impunidad como aspiración y los pelillos a la mar como horizonte no pueden ser ideales cristianos. El Señor no instituyó el sacramento de la Penitencia para esa m…
Mi comentario no iba en relación a este caso concreto, sino a lo que apunta algún comentarista, de que esto se diluida dentro de la iglesia.
Creo que esa forma de pensar es equivoca, por lo que expongo en mi comentario.
Aquí es que el par clónico este de «sacerdotes», mucho manosear a San Pablo, pero parece que ninguno se ha leído ni por el forro la Carta a los Romanos:
«Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación. Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues ministro es de Dios, un vengador que castiga al que practica lo malo. Por tanto, es necesario someterse, no solo por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto también pagáis impuestos…»
Es que hay que obedecer a la autoridad civil en lo que no se opone a Dios (ya lo dijo el Concilio de Trento). Pero eso no contradice lo que dice la misma Biblia en 1 Cor 6 que prohibe entregar hermanos a los tribunales civiles (Y es obvio que no puede haber contradicción en las Escrituras).
¿Pero qué «entregar» ni qué niño muerto? Ni que los curas vivieran en falansterios, islas de Utopía o kibbutzim regidos por obispos. Si tienes que comparecer o incluso te detienen, pues igual que todo hijo de vecino.
Y más suicidios que habrán, ante una denuncia (sea verdadera o falsa) el sacerdote es totalmente «misericordiado», apartado de su parroquia, y repudiado por la jerarquía por orden y mandato del Papa de la Misericordia, sin importar su dignidad, su honor ni su presunción de inocencia. y no digamos si la denuncia (falsa o verdadera) llega a los medios de comunicación o a las redes sociales: muerte en vida.
Y más que veremos…
Perdone, pero suicidios de todos los pelajes ya estamos viendo muchísimos más de la cuenta, y los de sacerdotes son un pequeñísimo porcentaje. Y ponerse a repartir culpas es una irresponsabilidad que, por suerte, cada vez menos cometen ante una realidad que nos sobrepasa y que nadie debe tomarse a la ligera.
Toda actividad sexual fuera del matrimonio es materia grave. Un sacerdote, o seminarista o que cree tener una vocación, que no es capaz de vivir gozosamente la continencia está fuera de lugar. Que cuelgue los hábitos o que no se los ponga y viva como seglar como todos, casado o soltero, que por lo menos no va a causar escándalo. La continencia es posible, si uno quiere y pide la gracia. El problema es “si uno verdaderamente quiere”.
Hermanos todos en la fe:
No se puede condenar sin antes ser juzgado y a nuestro hermano Guillem nunca lo han juzgado y, por tanto, nunca ha sido condenado. Han pasado 24 años, así que ha habido tiempo de sobra.
Ya solo nos queda rezar por él y pos su familia 🙏
Los que sostienen que la prescripción civil del delito convierte en innecesaria e injusta la condena canónica deberían meditar serenamente lo que hacen. Un sacerdote -lo he escrito varias veces pero no me importa repetirme- no es un monitor deportivo, ni un profesor, ni un padre de familia, con ser muy relevantes socialmente y dignísimos los trabajos o roles sociales anteriores. No. Un sacerdote es mucho más que eso -yo soy laico y así lo veo; me sorprende que un sacerdote no lo vea así también- y quede claro que la igualdad jurídica de todos ante la ley (art. 9.3 CE) es un logro social enorme. Pero no se trata de la igualdad ante la ley ni de presunción de inocencia, que también. Hablamos de reproche moral a quien investido de Cristo corrompe hasta los cimientos su ministerio contra un menor. Quien hace eso no merece ser sacerdote; igual da que lo hiciera hace 50 años o más. Por esa razón estimo que deben investigarse siempre estas acusaciones, sin atender a la prescripción.
De muchos era sabido los acompañantes efebos que paseaba Feliu a diestro y siniestro, alguno de ellos por lo visto ha largado. Se instalará Tontovull en el chalet, o se lo ha dejado a su preferido «el chico de la funeraria»?
Por fin alguien que encauza un poco el asunto real y conciso sobre el pobre G. Feliu. Pero no nos engañemos pues a los curas que no son afectivos del Asmodeo Taltavull, los entrega a los leones rápidamente, véase el caso de un ex-prior de Lluc, denunciado de forma chantajista por no acceder a una cuestión económica de un matrimonio que tenía acogido en su parroquia y que fue vilipendiado por la diócesis entregándolo como carnaza a la prensa y que al cabo de tres años, cuando fue juzgado por un juez civil salió absuelto. Nadie dijo nada, absolutamente nada…
Aqui lo grave es que este sacerdote que había sido suspendido de la docencia por el anterior obispo de Mallorca debido a una denuncia de violencia física (no se dice nada de abuso sexual), pues el nuevo obispo de quien es muy amigo, le ha rehabilitado y volvía a ser profesor. Cuando la antigua víctima se lo encontró, ejerciendo de docente amonestó al actual obispo y volvió a poner una denuncia.
No entiendo qué les pasa a los obispos de estos tiempos… ¿Qué pretenden?
Es como lo de los políticos actuales… ¿qué pretenden?
¿A quien sirven? ¿cómo forman a sus seminaristas?
Yo lo que veo es cada vez se distingue mas claramente el trigo de la cizaña.
Creo que todos los comentarios que se plasman en esta web son meras suposiciones ya que en principio nadie conocía al suicida.
A no ser que sacerdote Mariano y sacerdote católico que son la misma persona intenten una defensa absurda a ultranza de ¿su amante?
Para los que conocemos al sujeto no nos sorprende que haya individuos que salgan a dar la cara por su memoria o recuerdo
Este sacerdote era un maltratador psicológico de su propia familia, de los efebos que les rodeaban e incluso de su obispo diocesano. Todos conocemos sus fiestas, desmadres y adicciones “carísimas” que durante años hemos consentido.
Este señor, psicológicamente trastornado, ha dejado momentos de gloria en Mallorca. El callarlo durante años le dió sensación de impunidad y no de culpabilidad. Quien es el culpable? Evidentemente, Taltavull, que sabiendo ha ocultado, que escuchando ha callado. El es el verdadero verdugo, la mano instigadora de un crimen atroz
Pena, ninguna para su obispo… solo la eterna para Dios.
No hace falta ofender a nadie.
Gracias 🙏
MARC MANACOR, da en el clavo, un clavo que lleva muchos años de silencio, ¿acaso no salió en la prensa de forma silenciada lo del director de la capella catedralicia y pontificia?,¿acaso dos años de tratamiento han sido suficientes para enviarlo a Andratx, o es porqué el rector de esa contrada es psicólogo?. Y el próximo caso de otro protegido , con casa en la Serra de Tramuntana con jacuzzi incorporado donde de forma sutil y malvada seduce efebos de 16/17 años y se los lleva al huerto recién cumplidos los 18, hay que ser sibilino. Pronto saldrá a la luz pues se denunció al obispo, con todas las pruebas y declaración de una víctima huida a Cataluña, pero como es de su farra, Taltavull nada. Y luego llama desesperado al director de cierto medio de comunicación solicitando un apaño. Así cumple con la tolerancia 0 de su querido Francisco, el cual por cierto está al caso de este último tema y quizás por eso Taltavull lo sacó de la part forana y lo colocó en Palma, una forma de tapadillo.