El obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, ha publicado esta semana su carta pastoral en la que reflexiona sobre la importancia de la devoción a la Virgen María en la vida de los jóvenes católicos.
Inspirado por las palabras de San Bernardo de Claraval, recuerda a los fieles la poderosa intercesión de la Madre de Dios: «En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón», destaca el obispo, subrayando la cercanía y el amparo de la Virgen en los momentos difíciles.
Uno de los eventos más esperados y consolidados en la diócesis de Córdoba es la peregrinación juvenil a Guadalupe, que este año celebra su XXIX edición. La alta participación ha obligado a limitar las inscripciones, ya que la capacidad del santuario no puede acoger a todos los interesados. Mons. Fernández, consciente de la devoción mariana que despierta esta peregrinación, invita a que esta experiencia se extienda durante el año con nuevas iniciativas: “Es muy importante que entre los jóvenes católicos cunda esta devoción, esta necesidad de vivir la vida cristiana de la mano de María”, afirma el prelado.
El obispo destaca que encontrarse con María en la juventud marca profundamente la vida de una persona, pues ella es «ejemplo de todas las virtudes» y, con su ternura maternal, “comprende mejor que nadie nuestras debilidades”. Este encuentro con María no solo es una vivencia espiritual, sino también una experiencia comunitaria en la que los jóvenes se sienten parte de una Iglesia viva, formada por sus propios compañeros de fe. Mons. Fernández lo describe como «una experiencia de Iglesia joven, gestionada por jóvenes», y añade que Guadalupe se convierte así en «una parábola de la vida misma, en la que se desafían las dificultades del camino para llegar a la meta, que es María».
Este año, la figura de San Pelagio tendrá un lugar especial en la peregrinación, pues se conmemoran 1.100 años de su martirio en Córdoba. San Pelagio, joven mártir que prefirió dar su vida antes que caer en la tentación de pecar contra la castidad, es presentado por el obispo como un modelo de virtud para los jóvenes, a quienes se les invita a acudir a su intercesión. “Una virtud por la que merece dar la vida entera. Una virtud que no está de moda, pero que es tan vital para una juventud sana”, destaca Mons. Fernández.
Además, en la carta pastoral se recuerda que la peregrinación coincide con el DOMUND, el Domingo Mundial de las Misiones. El obispo anima a los jóvenes a ser misioneros en su vida diaria, testigos de la nueva vida que Cristo ofrece al mundo a través de la Eucaristía, «Jesús vivo, que te quiere vivo y te envía a ser testigo de su nueva vida en el mundo de hoy».
Finalmente, Mons. Demetrio Fernández concluye su carta pastoral con un mensaje de esperanza y bendición para los jóvenes peregrinos, confiando en que “Guadalupe 2024 traiga bendiciones abundantes sobre nuestros jóvenes”, y asegurando sus oraciones por ellos en estos días.
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¡Dar la vida entera por la castidad!, madre mía de mi vida…!
Agustín de Foxá fue un enorme periodista, escritor y diplomático, hoy injusta y sectariamente silenciado, más que desconocido, a cuya mordacidad no escapaban ni unos ni otros, ni altos ni bajos, ni ricos ni pobres, ni rojos ni falangistas, ni santos ni beatos, ¡como debe ser!
Como embajador en algún país de Hispanoamérica, durante una discusión con cierto politicastro, este le protestó: «¡Oiga usted!, ¡que en mi país morimos por la democracia!», a lo que nuestro insigne contestó «¡Qué barbaridad!, ¡pero si eso es como morir por el sistema métrico decimal!»
Concluya, por tanto, Su Eminencia, y no digo más.