Pueyo o el obispo Trampantojo, a un nuevo destino

Por Aurora Buendía Ángel Pérez Pueyo Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón
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Me hizo gracia cuando una persona bien relacionada con la curia episcopal de este país me contó que, entre algunos obispos, se estaba transmitiendo el mote de «Trampantojo» refiriéndose al obispo Pérez Pueyo, el de Barbastro-Monzón.

Y es que, según me comentan, este hombre de 68 años tiene varias caras. La primera impresión es la de amabilidad y buen talante, pero, cuando te acercas un poco más, te das cuenta de que está vacío. Esa fachada de bondad no existe. Era una hermosa ilusión óptica. Eso, precisamente, es un trampantojo. Y es lo que dicen algunos que le conocen bien: que este hombre está más pendiente de las trapacerías, las puñaladas y las vanidades que de cuidar a su grey.

Aunque yo esto no me lo creo, claro, porque sería gravísimo tratándose de un obispo de la Iglesia de Cristo. Pero bueno, también es cierto que el demonio enreda por donde puede, y si le dejas, hace de las suyas. A propósito de hacer de las suyas, me cuentan que, en la homilía de la pasada Jornada de la Familia en Torreciudad, Pueyo se deshacía en alabanzas, elogios y cariñitos hacia el Opus Dei, su prelado, el fundador, y cualquier perro pichichi que se cruzara por el santuario. Pero el que sonríe a los niñitos de las familias numerosas opusinas que por allí pululan, es el mismo que luego excluye a Torreciudad de la lista de iglesias y santuarios de su diócesis para obtener la indulgencia plenaria por el Año Jubilar del 2025.

Ese Pueyo, el mismo que está empeñado en manipular a la Virgen de Torreciudad, intentando sacarla de su bonito camarín, donde miles de personas pueden rezarle, es el que pretende imponer su voluntad en una negociación que, según fuentes del propio Dicasterio del Clero, tiene perdida de antemano. Yo no sé quién le puso al frente de tan alta responsabilidad, pero el mismo que lo puso, que lo quite. Hay argumentos de sobra para darle una patada hacia arriba, o hacia un lado, o para hacerlo obispo con título de una diócesis extinta. Pero los trampantojos son así. Bonitos por fuera, pero, cuando te acercas, decepcionan.

El Somontano aragonés no se merece esto. De verdad, no se lo merece.

Sin embargo, el problema no es solo apartar a Pueyo del Somontano, sino asegurarse de que no vuelva a generar polémicas ni aproveche cualquier ocasión para darse importancia, especialmente evitando que aterrice en Roma, donde no dudaría en pavonearse con fotos ridículas y filtraciones a medios de comunicación heréticos, que, al fin y al cabo, son los únicos que le hacen caso.

Fuentes muy cercanas al episcopado español me sugerían, entre bromas y veras, una posible solución consistente en asignarle cargos alejados de la vida pública y de los focos mediáticos. Entre las opciones sugeridas, se baraja asignarle responsabilidades en áreas donde su impacto sería mínimo. Un destino plausible sería como coordinador de cofradías en zonas rurales, donde su papel se limitaría a supervisar pequeñas procesiones en pueblos casi deshabitados, con una relevancia escasa y sin posibilidades de figurar en la prensa.

Otra opción sobre la mesa sería asignarle un puesto como responsable de la Pastoral del Sordo y del Mudo, una labor discreta que, aunque importante, lo mantendría fuera del radar mediático. Esta posición sería ideal para alguien que ya parece no escuchar a sus feligreses, asegurando que, por lo menos, no siga creando controversias.

Entre las alternativas, se ha propuesto asignarle un puesto administrativo como delegado en el Archivo Diocesano de Manuscritos Perdidos o enviarlo a una capilla de aeropuerto en una localidad remota, donde su exposición sería mínima y su impacto nulo.

En cualquier caso, lo urgente es que la Iglesia tome medidas antes de que el obispo Pueyo, el “Trampantojo”, siga creando ilusiones vacías que solo dañan la imagen de la Iglesia y, en particular, la del Somontano, una tierra que no se merece estos espectáculos.

Aurora Buendía

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Comentarios
25 comentarios en “Pueyo o el obispo Trampantojo, a un nuevo destino
      1. Ahora va a tesultar que este nefasto Obispo es un santo? El daño que ha hecho a la diócesis y a Torreciudad es casi irreparable. La codicia suya y de Roma respecto al santuario no terminará bien. La Iglesia necesita ministros santos, y no intrigas de palacio y vidas regaladas. «Por sus frutos los conoceréis…» y este obispo sólo ha sembrado discordia y desconfianza.

        1. Si hablamos de codicia, no creo que el señor Obispo o Roma sean los villanos de este estira y encoge. Creo que estamos ante una Diócesis que quiere rescatar un santuario diocesano que por décadas ha sido tenido como “de la prelatura”. Por su parte, Don Ángel ha dado su lugar y reconocimiento al Opus Dei, sin embargo ha tenido que enfrentar situaciones adversas, zancadillas y toda una campaña negra mediática impulsada por gente de la Obra, infovaticana solo se ha dedicado a atacar al Obispo, pero no se han molestado en entrevistarlo para que él exponga su postura y sus inconvenientes, un periodismo objetivo escucha las dos partes y no se inclina por ninguna. Lo mejor será que la Santa Sede corte por lo sano y se defina quién administrará el santuario.

          1. A ver zoquete, el santuario no ha sido «retenido» por la prelatura. Ha sido construido por la prelatura, que es bien distinto y ahora el obispo trata de adueñarse del santuario para pasar el cepillo y recoger unos euros más. Lo mejor que puede hacer el Opus es demoler el santuario y que se quede el Pueyo con la ermita y pague al Opus el dinero que invirtió en la reforma de la ermita y de la talla de la virgen

  1. Con todo respeto, no me creo ni una sola palabra de este artículo. Conozco a don Angel y en absoluto es así como lo describen, dudo mucho que le hayan puesto ese absurdo apodo y dudo todavía más que vaya a ser removido de su cargo. No discuto, no obstante, su mal hacer en la cuestión de Torreciudad, es muy evidente que así está siendo, pero de ahí a todos lo demás va un abismo.

    1. De acuerdo con lo que dice. Yo solo lo conozco por esta cuestión, pero el artículo me parece de «patio de corrala».

      Yo sigo pensando «que es un mandado». La cuestión se le viene grande, y lo que se busca es tensión ar. Si realmente es como dice el artículo precisa de confesor y psicólogo.

  2. Menos mal que este medio es cristiano, no lo parece por el tono y fondo de los artículos contra el obispo.

    Muchas noticias seguidas sobre el OD, entendemos que lo que subyace es la próxima publicación definitiva de los estatutos y con ello todo quedará resuelto, incluido el uso de Torreciudad y su titularidad. Dejen de embarrar el campo de juego.

  3. Este medio es del Opus. Sólo ellos ponen motes, y muchos. Los obispos, si ponen motes son más sencillos. Así moteaba Jose Maria. Opus bebe tu propio jarabe.

    1. «Este medio es del Opus»

      Claro, y usted «vidente»: por eso el Opus Dei amenazó con emprender acciones legales a todas las webs que publicaran «Las tres campanadas» que escribió su fundador (alegando los «derechos de autor» que posee una de sus sociedades pantalla) y esta web, entre otras, no pudo publicar más que lo que permite el derecho de cita, que está tasado (otras que ya las habían publicado tuvieron que retirarlas). Se amenazó a sí mismo el O.D., que es lo más normal del mundo, ¿verdad? Menos mal que no las publicó enteras, o habríamos asistido al estrafalario e inédito espectáculo de ver al Opus Dei querellándose contra sí mismo y ejerciendo de denunciante y denunciado al mismo tiempo.

  4. Pues anda que la Obra no parece estar » evolucionando» en la órbita bergogliana woke y progre….en fin, hay disparidad de opiniones, lo que denota esta polemica, que me gustaría ver y leer aclarada, es que se da a entender que este obispo quiere apropiarse de Torreciudad, ¿esto es así? Pero esta cuestión abarca otro problema más amplio: el «nivel» general de la CEE, empezando por la dupla don José/don Luis y siguiendo por un hatajo de bustos silentes, personajes mediocres y pastores «incompetentes» e inconscientes que alfombran la locuacidad progre, vacía y claramente destructiva de JMB. A ver si alguien aclara aquí esta polémica y empezamos a hacer lo mismo con otras muchas que salpican a la jerarquía dizque española: lo de Almería, la promoción de la invasión africana, el silencio ante la apostasía y el globalismo abortista, la indefensión ante las políticas bolcheviques del gobierno comunista y su despenalización de la ofensa religiosa, la indefensión de la Basílica del Valle…

    1. Estoy de acuerdo:
      -El Opus es modernista, aggiornado y ahora también woke.
      -No se han diferenciado mucho de Bergoglio y sus secuaces en más de once años.
      -Solo han protestado a raíz de no ser ordenado obispo Ocáriz, haber perdido su anterior status jurídico y saltar el conflicto de Torreciudad.
      En todos los demás aspectos se diferencian muy poco de la Iglesia progre. Callaron en las dubia, expulsaron al sacerdote que corrigió a Bergoglio, acataron Amoris Latitia y han hecho lo propio con Fiducia Supplicans. En su propia web se confiesan precursores del CVII

      1. Y tú desde tu sofá tienes toda esta información, claro que sí guapi. Te recomiendo que busques en internet lo que quiere decir una cámara de eco, y también que salgas a dar un paseo de vez en cuando.

  5. El primer comentario y algunos otros dicen que don Ángel es buena persona. Yo no lo sé, porque no le conozco de nada. Pero como Obispo es una calamidad absoluta. Con el conflicto de las Obras de Arte de Ponent ya dejó entrever su narcisismo. Y ahora con Torreciudad sucede lo mismo. Sólo tiene ansias de publicidad, cosa lógica cuando hay mediocridad y resultados pésimos. Pero el tiempo y la historia ya ponen debidamente a cada uno en su lugar, y eso seguro que no lo podrá manipular. Por último diré que para mí fue una suerte que no acudiera a la celebración de La Seu d’Urgell del pasado sábado (habían todos los Obispos de la C.E.Tarraconense y algunos más de la C.E.Española), pues de habérmelo encontrado le hubiese dicho públicamente alto y claro lo despreciable que es (y entonces hubiésemos dado un espectáculo lamentable). Porque siempre hemos de defender la verdad y el bien en contra del engaño y la maldad.

    1. En el tema de los Bienes de la zona oriental de la Provincia de Huesca…el Obispo tiene razón y asi se lo han dado en todas las instancias eclesiásticas y judiciales.
      Eso pasa cuando te quedas algo que no es tuyo…
      En otras cosas al de Ejea se le hace grande…

  6. Dejemos los juicios de intenciones y valoremos dos hechos:
    1) El obispo no quiere que el Opus presente terna para regir el santuario que la Prelatura ha construido y mantiene, pero el gobierno comunista chino sí puede presentar obispos.
    2) Sería impensable que el obispo local impidiese que un jesuita rigiese Loyola, o un franciscano la basílica de Asís.

  7. Pues yo lo conozco y lo sufro.
    O estas con el y le bailas el agua o te crucifica. Es un telepredicador que muchas veces no sabe por donde lo sopla el aire, rodeado de aduladores ( porque a los que le dicen las verdades se los pule)
    Un desastre de pontificado y un montón de diocesanos cansados de tanto desastre. Rezaremos para que lo trasladen pronto… pero por favor que no sea a una Diócesis porque menudo regalo les caerá.

  8. Aurorita, hija, gracias por compartir tus reflexiones. Como numeraria, me preocupo y te pregunto. Primero, más allá del obispo, me llaman la atención las insinuaciones sobre nuestra prelatura. Quiero recordarte que, por principio, ninguno de nosotros jamás llevaría a la esfera pública comentarios de este tipo. Como bien decía San Josemaría, «que se quieran, que se traten, que se conozcan, que se respeten mutuamente, como si cada uno fuera un tesoro que pertenece al otro. No olviden que está Dios Nuestro Señor delante, que los ve y que los oye». En segundo lugar, como periodista, sabes bien que «ninguna vida humana es una vida aislada, sino que se entrelaza con otras vidas. Ninguna persona es un verso suelto; todos formamos parte de un mismo poema que Dios escribe con nuestra libertad». Te agradezco sinceramente tu labor y te animo a que apagues la llamita que se ha encendido con esta cuestion. Nos duele. Con la cabalidad y la sabiduría que siempre te han caracterizado. Unidad, Aurora.

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