Según los datos que ofrece el santuario, solo 3.000 personas asistieron este año a la 32º Jornada de las Familias en Torreciudad.
Lo cierto es que este año se tuvo que celebrar en el interior del santuario y no en la explanada como suele ser habitual. Los voluntarios (del Opus Dei y no de la diócesis de Barbastro) habían preparado las sillas pero la lluvia impidió que la Misa se pudiera celebrar al aire libre. Hay quien puede pensar que precisamente la climatología adversa puede ser la causante de la baja participación de este año pero la realidad es que no.
Hay que tener en cuenta que desde hace meses se habían organizado viajes en autobús desde varias provincias de España, por lo que la previsión de lluvia nunca es motivo suficiente para suspender esos viajes cuando ya se han preparado y pagado por adelantado. La realidad es que la desmovilización entre las filas opusdeístas es cada vez mayor y no son pocos los que no quieren ver al obispo de Barbastro ni en pintura. A quien por cierto, señalan como causante de todo este desmán.
Tradicionalmente, cada año desde Torreciudad se invitaba a un obispo distinto para que celebrara la Jornada de las Familias. En el año 2022 el invitado fue el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde y se congregaron cerca de 9000 personas. En el año anterior, Mario Iceta siendo todavía obispo de Bilbao reunió a unos 8000 asistentes. Pero desde que estalló el conflicto en Torreciudad llaman la atención dos detalles. Por primera vez, un obispo ha repetido como celebrante dos años consecutivos: Ángel Pérez Pueyo, el de Barbastro. Casualidad o no, en estos dos años que ha asistido el obispo operario a Torreciudad la asistencia no ha hecho más que caer. El año pasado ya se notó esa caída cuando asistieron 6.000 personas (3.000 que el año anterior) y este año ha dejado a la mitad su registro del año pasado.
Durante la Misa, como viene siendo habitual, el tono era de cordialidad y de piropos y halagos mutuos entre el obispo y el ex rector de Torreciudad Ángel Lasheras (no De Las Heras como dijo el obispo en la Misa). Ángel Pérez Pueyo tuvo palabras de cariño y cercanía con Ignacio Barrera, vicario del Opus Dei en España y con el prelado, Fernando Ocáriz. Los fieles asistentes a la Misa le devolvieron a Pérez Pueyo el afecto en forma de aplausos.
Homilía de Pérez Pueyo
«En Torreciudad, desde hace siglos, la Virgen ha derramado su gracia sobre quienes con fe y devoción han peregrinado hasta aquí desde los diferentes pueblos de nuestra Diócesis», dijo Pérez Pueyo para dejar claro que antes del santuario construido por el Opus Dei ya estaba la obsoleta ermita que la prelatura reformó.
El obispo de Barbastro-Monzón citó en varias ocasiones a san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. «San Josemaría siempre miró con cariño hacia este lugar que hoy nos acoge, Torreciudad, un sitio emblemático donde la Virgen, a través del milagro que obró en su vida, despertó en su corazón ese deseo ardiente de entregarse a Dios y ayudar a que otros lo hicieran a través de su vida diaria. Gracias a esa experiencia, hoy miles de miembros de la Prelatura del Opus Dei peregrinan hasta este lugar, buscando consuelo, fuerza y una renovación espiritual», dijo Pérez Pueyo quien con sus obras está logrando que cada vez peregrinen menos personas a este santuario por su obsesión por el control del mismo.
El resumen es evidente. Desde que estalló en conflicto entre la diócesis y la prelatura por el control de Torreciudad la asistencia a la Jornada de las Familias ha caído en picado hasta menos de la mitad que hace dos años. A esto hay que sumarle que el obispo celebrante de estos dos años ha sido el de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, quien sigue sin dar su brazo a torcer teledirigido desde Roma. Ya hay quien plantea que de aquí a unos años la Jornada de las Familias podrá celebrarse en la ermita de la diócesis situada a los pies del santuario de Torreciudad en la que no habrá problemas de aforo.
Mientras tanto, el problema sigue enquistado y el obispo Pérez Pueyo no parece que tenga la más mínima intención de poner fin cuanto antes a este problema. ¿Se atreverá el Papa a enviar a Pérez Pueyo a Huesca para que vuelva la normalidad a la diócesis de Barbastro?
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