Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, ha destacado en su reciente carta pastoral la relevancia de la Santa Cruz como símbolo esencial del cristianismo, subrayando su significado profundo más allá de un mero estandarte.
En su misiva resalta que «la señal del cristiano y del cristianismo es la Santa Cruz, porque en ella murió Jesucristo para redimir a todos los hombres», enfatizando que la Cruz sin Jesucristo carecería de sentido.
Fernández hace referencia al episodio bíblico del desierto, en el cual los antiguos israelitas, tras protestar y desconfiar de Dios, enfrentaron una epidemia mortal de serpientes. “Fue como una epidemia mortal. ‘Hemos pecado hablando mal contra el Señor… reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes’”, relata el obispo, evocando la intervención divina que permitió la sanación a través de una serpiente de bronce elevada por Moisés, vista como símbolo de salvación.
El obispo conecta este pasaje con la figura de Jesucristo en el Nuevo Testamento: “Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna… Porque Dios no envió su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”, subraya monseñor Fernández, citando el Evangelio.
En su carta, el obispo también reflexiona sobre el sentido del pecado y la redención a través de la Cruz, señalando que el pecado conduce a la muerte espiritual y eterna, mientras que «Jesucristo clavado en la Cruz se ha convertido en ese estandarte lleno de contenido, no sólo simbólico, sino real. Él ha pagado por nuestros pecados, restaurando nuestra imagen rota por el pecado y dándonos la gracia abundante que brota del costado de Cristo en la Cruz y que sana todas nuestras heridas.»
La carta resalta la Cruz de Cristo como la máxima expresión del amor divino, indicando que «En la Cruz de Cristo Dios dice al mundo hasta dónde llega su amor, hasta entregar a su Hijo por nosotros». Monseñor Fernández enfatiza cómo, en la obediencia y sacrificio de Jesucristo en la Cruz, se encuentran redimidas todas las desobediencias humanas, y cómo este acto es visto como una «sobredosis de amor de Jesús al Padre y a los hombres.»
Finalmente, el obispo de Córdoba invita a los fieles a contemplar la Cruz no solo como un símbolo de condena, sino como una fuente de gracia y amor. «Mirad el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo. Venid a adorarlo.», exhorta Fernández, recordando a Santa Teresa de Jesús: “No os pido que penséis mucho, tan solo os pido que le miréis.”
Esta reflexión busca llevar a los fieles a una apreciación más profunda y contemplativa de la Cruz, invitándolos a reconocer en ella la síntesis del amor de Dios hacia la humanidad.
¿Es monseñor Demetrio Fernández el obispo que mejor predica de España?
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¿Y cómo estaba el infierno?, abarrotao, naturalmente. Si no hubo ni redención ni perdón para los ángeles caídos, tampoco la habrá para los que de modo voluntario elijan el camino del mal y rechacen a Cristo y su misericordia. Dios es infinitamente justo y su ira se abatirá sobre la tierra, espero que mas pronto que tarde. Dies irae, dies illa, solvet saeclumin favilla. Teste David cum Sybilla. Por cierto, poema maravilloso medieval suprimido por el heresiarca Montini santo por el modernismo. Quizás no le gustara lo del mundo convertido en cenizas.
MONSEÑOR DEMETRIO FERNÁNDEZ, SIEMPRE DANDO BUEN EJEMPLO DE HOMBRE DE DIOS. QUE EL SEÑOR LE BENDIGA. AMÉN