El obispo de Tréveris, Stephan Ackermann, ha presidido un servicio «ecuménico» LGTB en la catedral donde hizo la «dolorosa confesión» de que «la enseñanza de la Iglesia ha agraviado a la gente y ha reforzado el rechazo y la exclusión».
Hasta el día de hoy, la gente se ha encontrado a menudo con incomprensión o incluso con odio y violencia debido a su orientación sexual o identidad de género, «aquí y en todo el mundo», afirmó Ackermann en un servicio queer en la catedral de Trier, parte del festival Holy Rock Days de la diócesis . La Iglesia Católica ha reforzado las exclusiones a través de su enseñanza. Pero ahora hay procesos de cambio y aprendizaje, afirmó el obispo. Este camino continúa. «Y eso es algo bueno», dijo Ackermann.
La representación se anunció como parte de la celebración diocesana anual de la Santa Túnica de Cristo, con una gran bandera arcoiris en el altar, y a ella asistieron unas cincuenta personas. Se reprodujeron durante la ceremonia varios discursos intercalados con algunas canciones y las lecturas corrieron a cargo de un travesti.
Ackermann afirmó que los homosexuales -un ‘colectivo’ abiertamente ‘mimado’ por autoridades públicas y grandes empresas- experimentan «odio» y «violencia» a causa de sus propensiones sexuales, y atacó a la Iglesia calificando de «compromiso» su espectáculo de propaganda homosexual, afirmando que «queremos ser una diócesis que valora la diversidad», incluida la «diversidad sexual y de género».